Aguascalientes tiene mucho de qué estar orgulloso, presumimos orgullosamente buena parte de la ciudad, su historia, tradición, sus fiestas, tradiciones, nuestra gente, etcétera, pero lo que no podemos presumir son esos viejos, destartalados armatostes que circulan por toda la ciudad y contaminan nuestros aires. Esos que algunos llaman transporte público de pasajeros o camión, aunque en su mayoría parezcan más a máquinas de transportación de material de la construcción.
Como una cíclica cantaleta cada año, salen los concesionarios a exigir aumento a las tarifas, en esta ocasión quieren 9 pesos. Hoy no solo quedó en las amenazas verbales y mediáticas, sino llevaron sus dichos a paros de hasta el 50% de sus unidades. Tan grotesca y condenable acción que solo afectó a los usuarios, exhibió una de las realidades, el transporte público de camión está secuestrado por Atusa y el gobierno no hace nada. Solo algunas acciones mediáticas, para hacer como que hace, pero busca ganar tiempo, y dejar el problema a la nueva administración.
Atusa sabe que en esta ocasión ganó y seguirá ganando, ya logró un aumento de 1.5 peso sin ningún compromiso, ¡ojo!, ahora siguen estirando la liga, declarándose en quiebra, buscando la posibilidad de un rescate financiero por parte del gobierno, mejor dicho de nuestros impuestos, algo así como un Atusaproa.
Nos aplicaron un sabadazo y en puente, de las prácticas del priismo más rancio. En verdad es condenable que el actual gobierno a 10 días del cambio de administración autorizara un aumento en las tarifas, sin ningún compromiso y mejora en el servicio de Atusa. Como analogía de un secuestro, “el negociador” el gobierno cedió a las pretensiones de “los secuestradores” Atusa, sin que liberaran “al secuestrado y víctima” el ciudadano. Por lo que los secuestradores seguirán pidiendo y pidiendo hasta que terminen asfixiándolo.
Orgullosamente puedo decir que en 2006 inicie e impulse una lucha por la dignificación del transporte público, que afortunadamente fue arropada por estudiantes de distintos centros educativos y conformamos el Frente Pro-tarifas Justas, que con base en datos, información y novedosas protestas logramos el descuento del 50% para estudiantes, descuento que hoy se sigue regateando.
A finales del 2012 puse -en mi calidad de ciudadano y usuario- en la mesa del Ejecutivo Estatal y del Poder Legislativo la propuesta de una “consulta ciudadana por transporte público digno” propuesta que se ignoró. Por tanto quisiera exponerles algunas consideraciones y retomar dicha propuesta;
1.- Crecimos bajo el argumento de que vivimos en una ciudad históricamente reconocida como bien planeada; sin embargo, es una ciudad-estado en la que los proyectos viales construidos en los últimos 30 años, han privilegiado al automóvil como único medio de transporte, dejando para después y postergando indefinidamente la solución al transporte colectivo. Para muestra está la priorización de construcción de puentes y pasos a desnivel.
2.- En Aguascalientes, ni por error se habla de políticas públicas encaminadas a la movilidad sostenible que englobarían un conjunto de procesos y acciones orientadas para conseguir como objetivo final un uso racional de los medios de transporte; tratando de reducir el número de vehículos que circulan; de esta manera, se consigue que la contaminación disminuya. Además, se reduce el ruido; contribuyendo a un ahorro energético por parte del gobierno y económico a las familias.
3.- No hay ningún proyecto gubernamental en el que a corto, mediano o largo plazo se contemple la instalación y funcionamiento de sistemas de transporte distintos a los ya existentes. La intención de establecer un tren suburbano se difumino por situaciones políticas. Los esfuerzos de “ciclo-pistas” se quedan en ocurrencias de cada trienio, en vez de una planeación integral.
4.- Existe un -casi- monopolio en las concesiones en los sistemas de transporte colectivo, el cual exigen y presionan de vez en vez para lograr aumentos. Hoy llegando a secuestrar la movilidad de los ciudadanos y poner en riesgo la actividad económica, educativa y social en el estado.
5.- Los pretextos para pedir el aumento en el precio son dos principalmente; el aumento en los precios de las gasolinas y el diesel y la tan mencionada “modernización” del transporte público.
6.- El sistema de camiones se destaca por tener unidades incómodas, viejas, contaminantes, infuncionales e inadecuadas para un servicio digno. Además, no contemplan mecanismos para el uso de minusválidos y el estado que se encuentran, hace casi imposible un trayecto adecuado para personas de la tercera edad.
7.- Las rutas están mal planeadas, desincronizadas y desfasadas por el crecimiento de la mancha urbana, es por eso que los usuarios tienen que tomar más de una unidad para trasladarse.
8.- Quien usa el camión por lo general son las clases más débiles económicamente y que viven más alejadas de sus centros de trabajo o de estudios, por ende, las que más gastan en transporte. Llegando a dedicar aproximadamente un 30 por ciento de sus ingresos para sus traslados.
9.- Existe un regateo en un derecho ganado, como lo es el descuento del 50% para estudiantes, ya que al condicionar a la compra de una credencial expedida por Atusa se reduce el sector de beneficiados.
10.- Las condiciones de los trabajadores del volante (choferes) son arcaicas y casi inhumanas con turnos de casi doce horas, trabajo a destajo y sin ninguna seguridad en su labor.
11.- No hay transparencia de los recursos del fideicomiso para la modernización del transporte público establecido hace 6 años. Donde se aportarían 25 centavos por cada pasaje y si el 36% usa este medio, estamos hablando de algunos millones de pesos que al día de hoy no sabemos su destino.
12.- Sigue pendiente una Ley de Transporte Público con carácter social, donde más que regular los intereses del gobierno y concesionarios se regule para garantizar el beneficio de los usuarios.
Propuesta
Ante estas doce consideraciones propongo a los usuarios, choferes, concesionarios y principalmente al Poder Ejecutivo y la Comisión de Transporte Público del Congreso del Estado a que una decisión tan importante no solo quede en la opinión del gobierno y usuarios, sino que se lleve a cabo una Consulta Pública, donde los usuarios no solo opinen sobre el precio del pasaje, sino también sobre las condiciones de las unidades, las rutas, las mejoras que se puedan implementar.
Dicha consulta tiene que contemplar mínimamente cuatro aspectos:
- Un comité por la dignificación del transporte: integrado por representantes de choferes, concesionarios, gobierno, especialistas, estudiantes y principalmente de usuarios. Que sean los encargados de elaborar el instrumento, la logística de la consulta, además de la interpretación e implementación de los resultados.
- Mesas receptoras de opinión: instaladas en cada terminal y “parada de camión”.
- Cuestionario: donde se aborde el precio, descuentos, calidad, rutas, contaminación, propuesta alternativas, etcétera, pero también se deje un espacio abierto para la opinión espontánea del que lo contesta.
- Foros de discusión y análisis: donde se dé voz a usuarios, choferes y se invite a personajes y funcionarios de otras ciudades para escuchar sus experiencias.
Respetuosamente creo que solo así podemos comenzar a contemplar que el gobierno está en disposición de apostarle por un transporte colectivo público y digno, y no solo la de satisfacer con caprichos de los concesionarios; veo con buenos ojos el interés del gobernador electo por atender dicho problema, espero sea replicado en los funcionarios que designe en el sector.
Pienso en la utopía de tener un transporte público integral y sostenible al nivel de las mejores ciudades del mundo, un sueño donde miles de familias sacarían sus bicicletas, dejarían sus autos; y estudiantes, servidores públicos, amas de casa, obreros, políticos y ejecutivos se mezclarían en el transporte colectivo como lo hacen en el DF, Nueva York, Londres, Moscú o Sídney, y para poder tener lo primero es comprender las necesidades y opinión de los que lo usan o quisieran usarlo.
@noeg2