Ángeles con mandíbulas de acero, el título de esa película que impactó profundamente a esta cocinópolis. Basada en hechos reales acontecidos en Estados Unidos, en los años de la Primera Guerra Mundial. La película narra la lucha de Alice Paul y Lucy Burns, dos importantes líderes del movimiento sufragista femenino en EUA.
Particularmente impresionante es la escena en que Alice Paul es obligada a tragar alimento a través de un tubo insertado en su garganta, ante la huelga de hambre emprendida por ella, como medio de protesta a la negativa del presidente Woodrow Wilson de impulsar en el Congreso Nacional el reconocimiento de la ciudadanía plena a las mujeres en ese país.
Ayer martes 17 de octubre, pero en el año de 1953, las mexicanas adquirimos la plenitud de nuestros derechos civiles y políticos conforme a las reformas de los artículos 34 y 35 de nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Con base en esas reformas se decreta el derecho a votar y ser votadas para el género femenino. 63 años han transcurrido de entonces a la fecha.
Vuelta a la película Ángeles con mandíbulas de acero, le obsequio a usted, querida lectora, apreciable lector, esta joya argumentativa, pronunciada por Wilson W. al manifestarse en contra, de lo que finalmente sería en 1920 la Enmienda Decimonovena constitucional federal para reconocer el derecho al sufragio de las norteamericanas: no podemos concederles (¿?) el voto ¿Qué van a querer luego? ¿Ser candidatas?
Antier en esta Cocina Política, tuvimos invitados a “almorzar”, ese alimento tardío típico del domingo que no es desayuno, pero tampoco comida; así que ofrecimos tamales y café de olla con su anís y endulzado con piloncillo y tipo americano o negro.
Como ambos cafés me encantan, me regalé con una taza de cada uno de ellos: le daba yo un sorbo al dulce y perfumado café de olla y otro al intenso americano; de tal suerte que no pude evitar asociar a una candidata norteamericana Hillary Clinton, a la presidencia de los Estados Unidos y una candidata en resistencia Lorena Martínez a la gubernatura de Aguascalientes.
¡Qué machismo ha debido enfrentar Hillary de su contrincante Donald Trump! Y ¡Qué machismo ha debido enfrentar Lorena Martínez de los sectores más oscuros y radicales habidos en Aguascalientes!
A la dama de la cabellera rubia, su contrincante que se pronuncia tromp (yo le agregaría una “a”), la ha señalado como débil, enferma y sin imagen de presidente (nunca explicó qué es una imagen de presidente, pero podemos suponer que el desaliño presidencial de Hillary se lo dan ser madre de familia, esposa y abuela); la ha expuesto a ser objeto de caza, por fanáticos de la norma que posibilita a los estadounidenses poseer todo tipo y cantidad de armas; cuando en una ocasión Mr. Tromp-a (por hablador) insinuó que alguien podría disparar a la Sra. Clinton en caso de ganar la presidencia. Recientemente, en el próximo pasado debate público, la amenazó con perseguirla a través de una fiscalía especial, por un conflicto con correos electrónicos, caso del que ella ya fue exonerada.
A la dama de la melena castaña, su contrincante el grupo ultraconservador radicado en Aguascalientes; conformado por el sector más beligerante de la dirigencia -no de la feligresía o los ministros medios- católica local, y por panistas y radicales enmascarados como sector ciudadano de la misma llamados irónicamente “laicos” encabezados por José María Alba Avilés (hijo de un ex legislador panista), Carlos García Villanueva (hijo de una distinguida empresaria, ya fallecida) y los hermanos Becerril Haro (hijos de un ex dirigente panista involucrado en un escándalo de corrupción); realizó y divulgó hasta lo impensable para impedir una gubernatura femenil.
A Lorena Martínez, cuyo vientre no correspondió a su conocido deseo de ser madre, la injuriaron por su infortunada esterilidad. A la dama-candidata le reprocharon ser estable económicamente, ofendidos por la seguridad que brinda a una mujer no depender de un hombre, especialmente cuando ese hombre maltrata y controla a través del dinero. Lorena enfrentó la manipulación de ideas: una buena parte de la sociedad hidrocálida no fue capaz de reflexionar sobre el derecho a la independencia, a la soltería, a la libertad ¡algo extraño! en nuestra comunidad hidrocálida que muestra bajos índices de felicidad en relación con la vida conyugal, con un porcentaje de 33 por ciento de satisfacción, en la Encuesta Nacional de los Hogares (Inegi, 2014) lo que nos coloca entre los más bajos. Es decir: no queremos que las personas sean solteras o divorciadas, aunque somos altamente infelices estando casados.
Finalmente, a la candidata a gobernadora no sólo le asignaron una preferencia sexual, sino que además le “eligieron” una pareja, ligándola sentimentalmente con una mujer que sufrió la muerte de su esposo, que salió adelante ante la fatalidad como amorosa madre y que hoy es una consentidora abuela. La perversa intención fue enfrentarla con una sociedad más bien intolerante en el tema; los cavernícolas inquisidores de Lorena Martínez, conocen la libertad de pensamiento de la destacada política y saben bien que para ella no significa una ofensa el término gay o lesbiana; tenían asegurado su silencio sobre el calificativo, conocedores de su enorme respeto hacia esa comunidad. ¡Hágame usted el favor!
¡Nos vemos en la próxima! Felicidades a esas mujeres como Hillary, como Lorena y como todas las hidrocálidas que asumimos plenamente nuestros derechos civiles y políticos.
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