¿Por qué debería importarme Luke Cage? Mi vago recuerdo antes de esta semana era una especie de luchador social, muy off the hood y que inherentemente es definido por su color de piel. Un producto de su tiempo (los setenta), impulso comercial (montarse en la moda del blaxpoitation) y la razón de su relevancia: diferenciarse incluso de otros héroes callejeros de Marvel (como Daredevil) por su narrativa acerca de las problemáticas de Harlem. Jessica Jones y Daredevil ya tocaron el tema de la gentrificación y los problemas a menor escala que no interesan a los Vengadores. En teoría, Daredevil sería un Spider-Man adulto, ya que resuelve crímenes de barrio sin ser tan amigable en el vecindario. También es el Batman que Marvel nunca pudo tener, ya saben, toda esa iconografía de estar montado como gárgola en una iglesia y su serie de historietas definitiva por Frank Miller. Jessica Jones fue un hitazo por ser y salir en 2016, una mujer vilipendiada, la cual sólo busca escapar y superar los traumas del hombre que la ha violado en todo sentido.
Entonces, Luke Cage ¿Qué?. En primera, no soy afroamericano, no me siento cercano a su tema, siento que las otras dos series ya cubrieron esos rollos y no soy fan de sus cómics. Sólo es un hombre muy fuerte con piel impenetrable, hasta por un cohete militar. Conociendo nada de su historia, me llevo una grata sorpresa por la serie. Tal vez sea la primera serie de Marvel en Netflix con calidad HBO. Primero que nada, es aquella con todavía más ultraviolencia que la de Rojo y el lenguaje de buenos y malos es bastante florido. La realización es la estándar de la casa de las ideas en tele, pero Harlem retrata de manera preciosa además de ser bastante más peculiar que Hell’s Kitchen. Al momento de comenzar el programa no me quedaba claro si estaba situada en los setenta, por el score con elementos de jazz y la ambientación de la barbería; eso hasta que los personajes (en un 90% afroamericanos) comienzan a aventar referencias de actualidad sobre escritores, cantantes e íconos sociales. Tal vez sea el primer producto de la actual etapa de Marvel que involucre de manera correcta la cultura pop.
Hay elementos criticables, como la premisa que vengo diciendo acerca de la gentrificación, que falla no por ejecución sino por ser muy usada, incluso dentro de la misma familia televisiva. También considero que Alfre Woodard, esa gran actriz en el rol de Mariah Dillard, está super desaprovechada. Tenía todo para convertirse en la gran villana de cómics. Mike Colter, quién tiene rol protagónico, es perfecto en esta versión de un Superman negro. Alguien, sí, one-note pero intachable e imponente. En resumen: las caracterizaciones son enormes, el guión es blando, en especial las consignas (que no líneas) que salen de la boca de los personajes, la ambientación es con detalle nivel Mad Men y su curaduría musical parece sacada de Complex punto com. Televisión que todos deberíamos estar viendo.
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