¿Por qué Dylan... y por qué no? / El banquete de los pordioseros - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

Ustedes que fabrican las grandes armas, que construyen los aviones de la muerte, ustedes que construyen todas las bombas, que se esconden tras los muros y detrás de sus escritorios, sólo quiero que sepan que puedo verlos a través de sus máscaras

Masters of War Bob – Dylan

Hay muchas cosas que decir de Bob Dylan y el espacio es muy reducido, peor aún, el reto que se enfrenta al pretender escribir sobre él es el de intentar decir algo que no se haya dicho y repetido no sé cuántas veces anteriormente, la verdad creo que muy poco es lo que podemos decir en ese sentido, que nació el 24 de mayo de 1941 en Duluth Minessota  y que siendo judío se convirtió a no sé qué denominación cristiana por un sueño que dice haber tenido durante una gira en donde Cristo se le aparecía y le pedía que predicara su palabra a través de su música, o bien, que escribió canciones tan grandes y revolucionarias como Blowin’ in the wind, Like a rolling Stone, A hard rain is gonna fall, The times they are a changin’ o Mr. Tambourine man,  por otro lado, tampoco tendría mucho sentido repetir esas mismas cosas. El asunto es, en este caso, lo que Dylan ha hecho en nosotros, con cada uno de los que lo escuchamos, y aun así, resulta arriesgado no caer en lugares comunes, esos que a toda cosa intentamos evitar y que, sin embargo, se presentan como piedras rodantes en el camino que lentamente andamos. Menos quizás valdría la pena decir otra vez, porque se ha dicho no sé cuántas veces, que este año, 2016, es el ganador del Premio Nobel de Literatura y que esta nominación ha despertado todo tipo de comentario, a favor y en contra, y más todavía que al rechazar el premio aumenta la polémica, en fin, yo sólo quiero decirte que Dylan es el gran gurú del rock, no es el inventor del rock, pero sí es él quien le dio sentido y profundidad a las letras, es quien nos enseñó que el rock tiene contenido y que es una postura intelectual, que a través de la música, fundamentalmente, a través del rock, se puede exigir, señalar, acusar, apoyar; a partir del rock, definitivamente, se puede hacer literatura, a partir del rock es posible hacer poesía. ¿Te parece poco todo eso?, ¿crees que es un asunto sencillo que cualquiera puede hacer?, si contestas que sí, no tienes idea de quién es Bob Dylan, mucho menos de su importancia, no sólo en el rock, sino en el pensamiento y cultura occidental y mucho menos entenderás por qué fue él el justo ganador de este importantísimo premio, aun si lo rechazó.

Comentarios a favor y en contra de la decisión de darle a Dylan este premio se escuchan por todos lados, y está bien, la opinión de los detractores es parte del show. ¿Sabes lo que sí me molesta? Que digan que Dylan no se lo merece cuando en realidad sólo han escuchado de él un par de canciones, seguramente Blowing in the wind o Like a rolling Stone, y ya, con esa vasta experiencia pretender juzgar la obra literaria de un artista que ha trabajado durante cinco décadas, eso es lo que me molesta, la irresponsabilidad de dar una opinión desde la trinchera de la nefasta ignorancia. No hace mucho una persona tuvo la desfachatez de afirmar que Juan Gabriel había sido el mejor compositor nacido en México, ¿te imaginas?, esa misma persona cuestionó a Dylan como ganador del Nobel, o sea, ¿con qué criterio se plantea ese cuestionamiento?, claro, desde la pestilente trinchera de la ignorancia.

No es posible escuchar un disco o dos, o tres, quizás cuatro, vamos, ni 10 o 15 discos de Bob Dylan para poder formarnos una opinión objetiva de su obra, se hace necesario haberlo escuchado toda tu vida, haber crecido con él, haber bebido ardiente e incansablemente de la fértil fuente de inspiración que brota de manera natural de él. No se puede poner como ejemplo una veintena de canciones escritas por él para decirle a sus detractores: “hey, mira, este es Dylan, escucha lo que dice”, imposible, no se puede. Es cierto que Dylan está en sus canciones, en cada una de ellas, pero sobre todo está en lo que esas canciones, cada una de sus impresionantes letras hace en nosotros, es decir, en la profundidad de mi pensamiento, de mis sentimientos, ahí, justamente ahí es en donde debemos buscar a Bob Dylan, el Premio Nobel de Literatura 2016, insisto, aun cuando lo rechazó.

Resulta imposible entender a los Beatles, sí, esos que muchos juzgamos como los más grandes sin la devastadora influencia de Bob Dylan. Antes de que este músico entrara en sus vidas, los Beatles hacían letras que decían: “Estoy enamorado de ella y me siento bien”, o decían: “Ámame, sabes que te amo y siempre te seré fiel”, o “Por favor compláceme como yo lo haré contigo”, en fin, excelentes canciones, distintas a lo que se estilaba en la época, por eso tuvieron rápidamente éxito, pero sin mayores pretensiones literarias, después de Dylan, empezaron a escribir cosas como: “La mitad de las cosas que digo no tienen sentido, sólo las digo para llegar a ti”, de la canción Julia, o bien, escuchamos en Let it be: “Y cuando la noche está nublada, una luz sigue brillando sobre mí, brilla hasta mañana, déjalo ser”, en fin, los ejemplos pueden ser muchos, sobre todo a partir del disco Rubber Soul, son ya otros Beatles, es decir, hay que entender a los Beatles antes y después de Bob Dylan.

Dylan rechazó el Nobel de Literatura 2016, ¿qué más se puede decir?, nada, simplemente que se trata de Dylan, de Bob Dylan.

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