El sistema económico mundial, como lo conocemos hasta hoy, está por desaparecer. Desde hace un mes -al concluir la reunión del G20 en China-, cobró realidad la inminente quiebra del sistema bancario de emisión fraudulenta de dinero expresado en dólares. La emisión de dólares es fraudulenta en tanto que dicha moneda no cuenta con respaldo real (físico) y, desde que se eliminó el patrón oro como base, la Federal Reserve Board (FED), el organismo que emite los dólares, ha emitido una gigantesca cantidad impagable de dólares en billetes y asientos contables, provocando la actual quiebra del sistema.
La evidencia de que está por desenmascararse el tremendo atentado económico que durante siglos perpetraron contra la humanidad los propietarios de la banca mundial, como sucede en cualquier escena de crimen financiero, es la destrucción de pruebas. Durante el fin de semana pasado y los primeros días de octubre, varios camiones estuvieron sacando enormes cantidades de papel destruido de las oficinas centrales en Nueva York la FED. Los medios de comunicación tradicionales, que en su mayoría están controlados por los poderes fácticos, no darán la noticia como se recoge en varios medios alternativos como este: https://goo.gl/WN4NgF En los próximos días sucumbirá el sistema monetario como lo conocemos, lo que tendrá profundos efectos en la economía mundial y en nuestras vidas.
Esto significa que se tendrán que revisar a fondo los programas y proyectos económicos de todo tipo. Para empezar, al desaparecer el sistema como lo conocemos, cambiarán las condiciones de las deudas bancarias. Esto implica un tremendo cambio en las prioridades de ejercicio de los gastos y las inversiones. Posiblemente el gobierno mexicano haya previsto esta situación ya que cuenta entre sus múltiples asesores con estrategas en geopolítica y finanzas internacionales. Eso lo sabremos en los próximos días. Pero lo más probable es que a los gobiernos de los estados y municipios este cambio les tome por sorpresa. Si a esto se añade, en el caso de Aguascalientes, un posible cambio en materia de quién podrá asumir el cargo de titular de gobierno del estado a partir del próximo mes de noviembre, las cosas se tornan sumamente críticas.
No obstante lo dramático que parece este asunto, es posible que en nuestro país y en particular en Aguascalientes, se presenten oportunidades al aprovechar el cambio que en estos momentos sucede.
El efecto de este cambio se dará en ambos sentidos, en beneficio y en perjuicio. Dependiendo de cuál de estos sea más intenso, será el resultado neto. Y eso, a su vez depende de la velocidad y forma en que los actores económicos respondan, comenzando por los gobiernos.
En perjuicio se reflejará una reducción del comercio internacional con respecto a nuestro principal cliente, los EUA. En beneficio, además de una eventual reducción general de las deudas bancarias, estaría una recomposición de nuestra oferta comercial hacia otros países y nuevas inversiones. En años y meses recientes el gobierno mexicano ha estado construyendo nuevos puentes de enlace comercial y de inversiones hacia zonas distintas al norte de nuestra frontera. Esto ya ha abierto la oportunidad de que, en cuanto se vea el cambio del sentido de los vientos políticos y económicos a nivel global, nuestro país sea capaz de atraer inversión foránea de Asia y algunos países de Europa.
Para México y para Aguascalientes puede representar la oportunidad de impulsar el desarrollo industrial y de servicios, aunque eso no garantiza por sí solo el desarrollo. En el pasado los sucesivos gobiernos del país y de Aguascalientes promovieron la inversión de actores económicos que, al obtener importantes ganancias privadas, socializaron pérdidas en materia económica, social y ambiental. El contraste entre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el estado y la dramática caída en los niveles de ingreso y calidad de vida de la mayoría de la población fue producto de un desequilibrio económico: con tal política sale caro al país traer inversiones. El dinero que invierten no entra al país y además sacan más en utilidades, mientras que nuestro pueblo, al dejar de producir lo propio por trabajar para empresas foráneas, se ve obligado a consumir más productos importados.
Este resultado de la política pública es un llamado urgente a reevaluar lo que se hace y cómo se hace, especialmente dado el cambio económico que viene.
En México, como en todos los países donde donde la voracidad financiera y la violencia económica del capitalismo salvaje dominaron, el empleo creció y los índices de desocupación disminuyeron a costa del deterioro en las condiciones de trabajo y los salarios. Y una disminución en estos aspectos denota una menor calidad de vida. Ese modelo económico depredador desaparecerá con la transformación del sistema bancario-monetario mundial. Sin embargo, el sistema capitalista monopólico -capitalismo versión 3.0- no se esfumará de la noche a la mañana y sin dar pelea. El nuevo sistema que venga a sustituir al llamado Nuevo Orden Mundial (el NWO), que se creó desde esa visión, es aún desconocido y no sabemos si será mejor.
Pero la oportunidad se presenta para que ese cambio sea en beneficio de nuestra economía e identidad como seres humanos libres.
Para ello, tres son las líneas estratégicas que se podrían considerar: 1. Promover la economía local de manera que permanezca en el estado -y en el país- una mayor proporción del gasto de consumo. 2. Coordinar acciones con actores de la sociedad civil que pueden obtener recursos de diversas fuentes alternativas, nacionales y extranjeras. 3. Complementar la política de promoción de la inversión foránea con la promoción de otro tipo de inversiones que dejen en el país y la entidad más riqueza en dinero, trabajo, etc. del que extraen. Revisaremos en las próximas entregas estas tres líneas estratégicas.
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