- Es posible reabastecer los mantos freáticos canalizando agua a través de los agrietamientos, asegura Colegio de Geólogos
- Este procedimiento lograría un arroyo multimillonario, a diferencia del Plan Transexenal Hídrico que costaría 3 mil 500 mdp
Aprovechar las fallas geológicas para reabastecer los mantos acuíferos es posible, en opinión del secretario del Colegio de Ingenieros Geólogos, Arturo Sotelo Rodríguez, y resultaría mucho más económico que introducir agua tratada por medio de pozos, proceso que la empresa Agua, Residuos y Medio Ambiente (Arema) llevará a cabo en los próximos años.
El Instituto del Agua del Estado de Aguascalientes (Inagua) contrató a dicha compañía, de origen español, para inyectar 25 millones de metros cúbicos anuales al acuífero del Valle de Aguascalientes -con una inversión de tres mil 500 millones de pesos- sin embargo, este volumen representa apenas un doce por ciento de la solución puesto que cada año se extraen 502 millones de metros cúbicos en promedio mientras que la recarga es de 300 millones de metros cúbicos: “Estamos hablando del 40 por ciento de sobreexplotación”.
El especialista detalló, con base en un estudio estratigráfico, que el Valle de Aguascalientes se encuentra limitado por dos enormes fallas geológicas, una al poniente de alrededor de 150 kilómetros de longitud y otra al oriente de 70 kilómetros, ambas con hasta cuatro kilómetros de profundidad, lo que les permitiría infiltrar el vital líquido y recargar las reservas del subsuelo: “Bajo semejante esquema resulta más que lógico y prudente que en vez de inyectarle agua tratada a través de pozos de 14 pulgadas de diámetro y 400 metros de profundidad, como pretende Arema, mejor la vertiéramos directamente a la falla más cercana de las ocho plantas de tratamiento”.
El geólogo puso como ejemplo, para ilustrar su postura, que la presa El Cheveño, atravesada a lo largo y ancho por la falla geológica el Mezquital, tiene una superficie de 17.9 hectáreas (179 mil 200 metros cuadrados) y un volumen de 537 mil 600 metros cúbicos, sin embargo, aún en periodos de intensa precipitación no se ha podido llenar “si consideramos cinco descargas anuales, estaríamos infiltrando a través de la falla dos millones 688 mil metros cúbicos”, de modo que diez construcciones similares a lo largo de la falla oriente lograrían los objetivos perseguidos por Arema, a menor precio: “El costo de cualquier obra semejante a la presa el Cheveño sería de alrededor de siete millones de pesos, multiplicado por diez representaría un gasto total de 70 millones de pesos, una cincuentava parte de lo que se pretende invertir en el denominado Plan Transexenal Hídrico”.
Si las aguas infiltradas a los mantos freáticos a través de las fallas geológicas cumplieran con las normas oficiales mexicanas de potabilidad, “nos estaríamos ahorrando una auténtica multimillonada, evitando la perforación de los pozos inyectores, en un país en donde la miseria es el azote común”.
Al mismo tiempo se prevendría la contaminación irreversible de las reservas subterráneas en caso de que el agua tratada no cumpliera con los estándares de calidad.
En opinión del secretario de Ingenieros Geólogos, las fallas en el territorio estatal no tienen relación con la sobreexplotación del acuífero, como aseguran las autoridades, sino que son de origen tectónico.