Que Meade no trabaje para Miranda

El daño colateral ante el sismo ocasionado por la visita de Donald Trump a nuestro país, trajo como consecuencia el nombramiento de Luis Miranda Nava como titular de la Sedesol. Miranda es un conocido mercader electoral, es decir, conoce y ejecuta perfectamente bien la cooptación, compra e intercambio de votos por prebendas a distintos grupos de la población que por diversas circunstancias se prestan a ello, el nuevo titular de Desarrollo Social es un priista inscrito en el padrón de Toluca Estado de México en enero de 2014, un priista con oscuros antecedentes tendrá bajo su control la utilización de programas sociales a unas semanas de que inicie el proceso electoral del 2017, el riesgo asumido por el presidente de la República con este nombramiento es muy alto, tendrá puesta la lupa en su desempeño y acidificará aún más el entorno político nacional.

En contraste está José Antonio Meade, nuevo titular de la Secretaría de Hacienda y funcionario de prestigio de quien el jueves pasado recibimos en la Cámara de Diputados el paquete económico correspondiente al ejercicio fiscal 2017, el extenso documento que contiene: Los Criterios Generales de Política Económica, la Ley de Ingresos, y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación. Lo anterior en contexto de incertidumbre internacional y en la cual los agentes económicos se notan más adversos al riesgo. Nuestra obligación como legisladores es que el paquete económico constituya una verdadera palanca para el crecimiento y desarrollo económico del país, que disminuya la enorme desigualdad, y genere más y mejores empleos. Los anteriores objetivos totalmente opuestos a las intenciones de Miranda Nava.

Producto de la tóxica Reforma Fiscal de Peña Nieto el país no crece en materia económica, así en los tres primeros años de su mandato el país ha registrado un raquítico crecimiento promedio del 2.0%, la razón es muy simple el principal elemento de demanda agregada, que es el consumo interno, registró un fuerte freno por el cúmulo de nuevos impuestos de la tóxica Reforma Fiscal. Cabe señalar que en el segundo trimestre de 2016, la economía mexicana registró una caída  trimestral de 0.2% por ciento.   

El objetivo de esta reforma fue justamente generar los ingresos suficientes y necesarios para reducir la pobreza y detonar el crecimiento económico. En el 2013 la inversión física pública creció en 3.8% y en 2014 aumentó 7.5%, pese a estos crecimientos el efecto de la inversión en la actividad económica fue negativo. Durante 2013, la contribución de la inversión pública al crecimiento del Producto Interno Bruto fue de -0.1%, mientras que en 2014 fue -0.2% y en 2015 esta cifra se ubicó en -0.3%. Incluso en 2015 la inversión física se  contrajo en -8.3% y la aportación al crecimiento fue de nueva cuenta negativa en -0.3%,  lo que demuestra el profundo fracaso de la política de gasto público.

Al final el gasto público es totalmente ineficiente, mal focalizado y su aplicación demuestra resultados negativos. El Presupuesto Base Cero al final del día terminó como una verdadera pifia de la actual administración y que resultó en una simple compactación de programas  presupuestarios sin mayor impacto. Ahora bien, el actual presupuesto así como está planteado y estructurado presenta enormes incongruencias, alguna de ellas es que plantea un incremento real de 0.3% en el rubro de servicios personales (nómina de la burocracia) en 2017 respecto a lo aprobado en 2016, en tanto  que la inversión física muestra un recorte de -20.5% en 2017 en comparación a 2016. Este presupuesto parece más una ocurrencia de escritorio que una distribución inteligente y con sentido de los recursos de la sociedad. Otra más, se puede observar en el Ramo correspondiente a Educación Pública que plantea un recorte real de -10.6% en 2017 con relación a lo aprobado en 2016, lo que demuestra que no existe congruencia del gobierno federal en el recorte al presupuesto de 2017. Por increíble que parezca el gobierno federal le apuesta de manera preponderante a la Reforma Educativa pero propone un recorte significativo en este rubro. Con esta actitud el gobierno federal denota que lo que en realidad buscaba con la referida reforma fue el control político del magisterio.

Finalmente, la autoridad hacendaria deberá tener mucho cuidado con el manejo prudente de la deuda. Ésta de acuerdo al Centro de Estudios Económicos del Sector Privado se incrementó de 6.3 a 9.3 billones de pesos entre 2012 y mayo de 2016, lo cual podría incrementar el estrés financiero, esto es, la deuda pone una camisa de fuerza a las actividades del gobierno en el futuro.

Al final se debe aumentar la calidad del gasto público, con una distribución inteligente de éste basado en un Presupuesto Basado en Resultados para así darle mayores recursos a lo que es eficiente y castigar lo que es ineficiente. Una tarea pendiente es aumentar la calidad de la inversión, por ejemplo no vemos claro cómo mejorar la planeación de las obras públicas. Al final del día la labor de las y los diputados es pugnar por un presupuesto ordenado que fomente el crecimiento económico y disminuya  la desigualdad social.