- Las madres prematuras aumentan sus necesidades y reducen sus oportunidades laborales: Issea
- Aseguran que las personas con educación sexual posponen relaciones sexuales
- Según presidente de la Femess, las menores embarazadas representan un gasto para el sector salud
La falta de educación sexual multiplica la pobreza, argumentaron la jefa del departamento de Salud Reproductiva del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (Issea), Lourdes Martínez Staines y la presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología (Femess), Marcela Martínez Roaro.
Según Martínez Staines los jóvenes que no están bien informados sobre sexualidad en sus familias o en las escuelas son más propensos a sostener relaciones sexuales y embarazarse sin desearlo pues desconocen sobre métodos anticonceptivos.
Cuando una joven no ha logrado su autonomía y tiene que hacerse cargo de alguien más, las necesidades de hogar al que pertenece aumentan, con lo cual la pobreza se multiplica y las oportunidades laborales disminuyen pues una persona de la familia tiene que cuidar al bebé mientras que otro miembro de la familia tiene que aportar dinero, explicó la especialista.
“Aunque los embarazos están frenando en Aguascalientes, no se ha frenado la cantidad de adolescentes solteras que están debutando como madres, eso sí las pone en seria desventaja y podría ser el indicador más claro de la inequidad de género”, expresó Martínez Staines.
Martínez Roaro explicó que la importancia de la educación sexual a la que se oponen grupos conservadores consiste en evitar que los menores retrasen su iniciación sexual lo más que se pueda pero si deciden tener relaciones, lo hagan de manera protegida, “estamos viendo niñas de doce años embarazadas porque quisieron tener relaciones sin saber realmente qué estaban haciendo, estamos viendo niños que apuestan por ver quien embaraza más niñas”.
Según la sexóloga, la investigación científica ha demostrado que mientras los niños reciban más información y educación sexual tienden a posponer las relaciones sexuales, además de que cuando lo hacen utilizan los métodos anticonceptivos para evitar embarazos no deseados.
Cuando una menor queda embarazada, lamentó, generalmente es abandonada por el varón y deja de estudiar con lo cual su futuro económico se ve mermado y no se convierte en persona productiva para la sociedad.
Esto no sólo representa un gasto para la familia de la niña embarazada, sino que también lo es para el sector salud pues, a decir de Martínez Roaro, un embarazo a temprana edad es muy riesgoso y costoso para los institutos de salud públicos, los cuales obtienen sus recursos gracias al erario.
Las adolescentes embarazadas no sólo se enfrentan a una pobreza económica, sino a una sicosocial, pues como mencionó la titular de Femess, ellas suelen perder a la pareja a la que amaban y en la que confiaban con lo cual tienen que lidiar con un duelo para el que no están preparadas las adolescentes, “el varón no suele estar inclinado a una responsabilidad inmediata y no se visualiza como un futuro padre, sin embargo la chica deposita la confianza total en lo que él decida”.
Magnífico artículo.
Congratulaciones.
El costo de manutención de un bebé al año es de 80 000 a 120 000 pesos, al año.
Y generalmente la “niña” vuelve a embarasarse de otra persona diferente a la primera.
Generalmente hija de madre soltera, es madre soltera en el futuro.