La salida de Luis Videgaray Caso se da en una semana polémica en el tema de la política internacional y que en lo nacional calentó también los ánimos de la opinión pública: la visita del candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump, y por otra parte, la negativa de la demócrata Hillary Clinton para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto.
Fuentes extraoficiales confirmaron que habría sido el ahora extitular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público quien en su momento, convenciera a Peña Nieto para invitar a los dos candidatos, precisamente antes de que culminara la contienda electoral en Estados Unidos el próximo mes de noviembre, para diplomáticamente iniciar el diálogo en un escenario más terso con ambos personajes, lo cual no resultó como esperaba.
Habrá que señalar que Luis Videgaray fue el coordinador de la campaña presidencial de Peña, y que su salida del gabinete federal coincide además, y de forma muy “casual”, con el inicio formal del proceso electoral del Estado de México, lugar donde nació, y en el que ocupó varios cargos en el sector público con el gobernante Partido Revolucionario Institucional, después de su paso por la iniciativa privada.
Una vez que Peña ganó la elección, el ahora ex funcionario federal fue nombrado coordinador general para la transición gubernamental, y luego secretario de Hacienda a partir del arranque de la administración en el 2012.
Personaje sin duda protagonista y artífice no sólo de las reformas estructurales sino de algunos programas impulsados por el Gobierno de la República sobre todo en materia económica; más allá de eso, fuentes cercanas a la Presidencia aseguran que fue la mano derecha del mandatario de la Nación, incluso por encima del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Durante su gestión al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se endurecieron, como nunca, los programas y medidas para incrementar los niveles de recaudación del gobierno federal, a pesar del disgusto de la población cautiva pero de manera especial de los micro, pequeños y medianos empresarios.
Estas acciones sumadas a los recortes al gasto y la “eficiencia” del recurso, han permitido que hoy se anuncie que los ingresos tributarios llegarán a un nivel récord, al situarse en un rango de 2.5 a 2.7 billones de pesos, lo que representaría unos 300 mil millones de pesos más a lo aprobado para este año, según los especialistas.
En su mensaje, Peña reconoció la labor y sobre todo los resultados de Videgaray, no sólo en el plano institucional, sino también personal, a un “colaborador comprometido con los esfuerzos del Gobierno de la República: ha sido un funcionario comprometido con México, leal con el presidente”, destacaba, dando así una especie de espaldarazo a quien seguramente veremos iniciará un nuevo proyecto político.
Por lo pronto en su lugar nombró a José Antonio Meade Kuribreña, extitular de la Sedesol, un hombre también cercano al primer mandatario quien no tendrá una tarea fácil en los últimos dos de esta administración.
Por lo pronto el nuevo titular de Hacienda tendrá que entregar un proyecto de Paquete Económico 2017 que consolide las finanzas públicas para alcanzar un superávit primario; continuar con la aplicación de medidas de responsabilidad fiscal que contengan el crecimiento de la deuda del sector público; tendrá además que garantizar la estabilidad macroeconómica del país a través de un ajuste nuevamente al gasto público, sin nuevos impuestos o aumentos a los existentes; y finalmente contener el nivel de gasto mejorando la calidad del ejercicio, tal y como se lo instruyera el presidente de la República.