No cabe duda, estamos viviendo un momento delicado en el país y digo delicado porque la situación imperante puede agudizarse. Situaciones en cadena provocadas por el gobierno mexicano generan un descontento social realmente importante.
Ya no es necesario ni siquiera hacer el recuento de los desatinos presidenciales, porque lo más reciente con la visita de Donald Trump candidato presidencial del partido republicano estadounidense aún permanece fresco en la memoria de quienes habitamos este país y desde luego el enojo y la indignación que causó el agravio que fue su presencia en México. La burla, el cinismo, el menosprecio aún permanece como sentimiento en lo que inexplicablemente fue una invitación de la presidencia de México a un personaje del que sabían sólo vendría a insultarnos tal y como se ha dedicado a hacerlo siendo esta la más importante estrategia de su campaña, basada en el racismo y la xenofobia.
Por eso no es necesario hacer recuento de daños, porque todo es tan reciente, tan cotidiano que basta con tener conciencia del día en que vivimos para darnos cuenta de la delicada situación que impera en el país.
A esa pésima política de estado debemos sumar otro tanto de barbaridades cometidas, declaradas y que ahora toman vuelo, la clara injerencia de la Iglesia católica y de los grupos ultraconservadores de todo el país. El llamado Frente Nacional por la Familia brazo “ciudadano” de la política medieval que pretende sostener la jerarquía católica en su ansia por recuperar el poder en nuestro país, resulta igual de desestabilizadora.
Hace algunas semanas la secretaría general del PRI Carolina Monroy declaró y advirtió: No permitiremos un solo agravio más al señor presidente de la República. Desde ese aquel 19 de agosto se han seguido sumando muchas increpaciones a Enrique Peña Nieto, la más reciente es la que se hiciera en el congreso, ahí las y lo senadores de la república calificaron la invitación presidencial a Trump como una estupidez, una tontería y una traición, por decir lo menos. Podemos estar o no de acuerdo con los pésimos resultados que ha tenido la administración peñista pero de lo que no cabe duda es que esas voces que se levantaron en el Congreso muestran el poco respeto y por lo tanto la falta de reconocimiento a un gobierno que hoy más que nunca parece frágil a los ataques.
Y sumando puntos a esos ataques está la pretendida movilización que ha planeado la jerarquía católica a través de su brazo ciudadano, la alianza de los grupos ultra conservadores junto con el Partido Acción Nacional han ido avanzando contra el gobierno, desde luego que esto es un agravio que rebasa a la presidencia y alcanza a la sociedad mexicana a nuestro derecho de vivir en paz, en igualdad de derechos, sin discriminación, sin violencia, porque lo que están promoviendo estos grupos conservadores es precisamente la desigualdad, la violencia y el odio a todo aquello que para su moral es diferente, eso también es un insulto, una burla, el menosprecio por la vida de quienes no nos enmarcamos en lo heteronormativo. Y eso también está dando señales de inestabilidad porque indica que hay quienes pretenden borrar de tajo los derechos consagrados en la constitución que incluyen a todas las personas. Pretenden volver a su esquema social y de gobierno medieval entre ciudadanos de primera y de segunda, los que tienen alma y los que nacieron sin alma, como nos contaba Rosario Castellanos en su Oficio de Tinieblas y su lucha en aquella rebelión del pueblo Maya contra los terratenientes blancos cuando buscan imponer como ley su ignorancia dando como resultado la miseria caciquil blanca.
¿Acaso lo que hacen esos grupos no es confrontar a la sociedad, azuzar a la ignorancia, imponer su idea única de religión, su limitada percepción de la vida, del amor, de la sexualidad, eso no es desestabilizar por medio de la manipulación y el chantaje a un gobierno?
La presidencia de México pasa por un momento agudo, muchos sectores sociales, políticos, empresariales, se están moviendo fuerte. En el PRI no queda duda hay una lucha fuerte todos contra el grupo del presidente, contra el Atlacomulco, no por nada la secretaria general del partido también de origen mexiquense y perteneciente a ese mismo grupo salió pronta a defender a Enrique Peña Nieto, a su presidente aunque en los últimos hechos Carolina Monroy no ha dicho ni pío, después de las condenas que salieron del congreso. Sin embargo quien tampoco ha dicho nada en César Camacho el coordinador de la cámara de diputados del PRI y en este caso debemos leer algo así como el que calla otorga.
La mayor fragilidad que hay para el gobierno de Peña Nieto es la que le está dando su propio partido, los espaldarazos por ejemplo cuando César Camacho declara que para el PRI los matrimonios igualitarios no son una prioridad, da la espalda pero también busca bajar la tensión con el PAN ¿para qué fines? Ellos lo sabrán pero no es nada raro.
Aún y pese a la renuncia de quien fuera secretario de hacienda Luis Videgaray la verdad es que ese cambio no significa nada para la maltratada economía mexicana, otro desestabilizador porque la inflación seguirá, el golpe a los bolsillos de la población irá en aumento, los mega salarios a la partidocracia seguirán siendo intocables y de paso hasta un aumento, nada va a cambiar en un país polarizado. Con un 29% la cifra más baja de aprobación de la administración peñista. Pero hay quien hace leña del árbol caído.
¿Y Aguascalientes de qué lado está? Porque la inutilidad de su congreso con mayoría del PRI también le dio la espalda al presidente, acá queda muy claro que no hay quien le jale la cuerda al obispo ni hay quien detenga la injerencia católica en asuntos del estado por el contrario los tiene de rodillas. Pudieron haber legislado los matrimonios igualitarios conforme a la iniciativa del presidente, pero se dieron la vuelta, dejándolo solo, abonando a la polarización algo absolutamente innecesario pero muy beneficioso para la inestabilidad que vive el país. ¿Entonces será cierto eso de que todos contra el grupo Atlacomulco?
@Chuytinoco
Un país desmoronándose y cada partido y funcionario contribuye con su granito.
Después vienen las desgarraduras de vestiduras.