Eraclio Zepeda fue un hombre intenso y con muchas facetas: escritor, poeta, cuentista, novelista y dramaturgo; también formó parte de organizaciones marxistas, fue teniente, maestro, antropólogo, hombre de campo y un luchador social
Alegre, inteligente y audaz, así recordó el poeta, filósofo y periodista Jaime Labastida Ochoa a su compañero de andanzas Eraclio Zepeda durante el homenaje póstumo que le rindió ayer la Academia Mexicana de la Lengua (AML) en el Palacio de Bellas Artes.
“La Academia perdió al mejor cuentista que ha tenido este país”, dijo en entrevista Labastida, presidente de la AML al Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Eraclio Zepeda, considerado como uno de los escritores mexicanos más destacados por su literatura basada en el realismo latinoamericano y la tradición oral de Chiapas, falleció en la madrugada del 17 de septiembre de 2015 en su ciudad natal, Tuxtla Gutiérrez, a los 78 años de edad.
Durante la ceremonia, el doctor Jaime Labastida rememoró su época de bachillerato en la Universidad Militarizada Latinoamericana, donde formó un círculo de estudios marxistas con Eraclio Zepeda, con quien compartió más que ideas… historias.
“Eraclio semejaba un ave poderosa arrastrada por los vientos del mundo, sin embargo, su movilidad giraba en torno a un eje: México, y en especial Chiapas, su tierra natal de la que nunca se pudo desprender, por eso pidió que sus restos fueran depositados ahí”, comentó.
Ante el público, recordó la anécdota cuando Eraclio Zepeda participó como actor en el papel de Pancho Villa en la película México Insurgente. En Miahuatlán, Puebla, convencieron al alcalde para que el pueblo actuara como extras y, disfrazado como el general Villa, sacó a un hombre de la cárcel.
“Ese era Eraclio, el hombre capaz de convertir la ficción en realidad”, dijo Jaime Labastida al referirse al ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el rubro de Lingüística y Literatura 2014.
Fue un hombre intenso y con muchas facetas: escritor, poeta y cuentista; también formó parte de organizaciones marxistas, fue teniente, maestro, antropólogo, hombre de campo y un luchador social, recordó la escritora y editora Silvia Molina.
“Así era Eraclio, travieso, juguetón e inventivo. Quienes lo conocimos de cerca lo admiramos no solo por su poesía, lo admiramos por las imágenes poéticas que construye, los personajes de carne y hueso que crea, el lenguaje que pule y trabaja para dejarlo sencillo y directo, por su lenguaje satírico, por su capacidad de crear atmósferas y situaciones dramáticas”, destacó la ganadora del Premio Literario Internacional IMPAC de Dublín.
En sus distintas etapas como cuentista, señaló la escritora, se observan variados cambios. Los cuentos de su primera etapa quedaron ahí, con una narrativa comparada a la de Juan Rulfo; mientras que los cosmopolitas de su segunda etapa como Asalto nocturno le valió su primer premio, y estos cuentos alternaron con los de la tercera etapa, llenos de sentido del humor.
Finalmente, Felipe Garrido, integrante de las comisiones de Lexicografía, Comunicación e Informática, y presidente de la Comisión de Enlace de la Academia Mexicana de la Lengua, dijo en entrevista para el Foro Consultivo que “la muerte nos hace huecos y hay uno que corresponde a Eraclio Zepeda, y ese no se llena con nada; no obstante, tenemos su recuerdo en lo que escribió. Cada escritor marca una etapa, y él tiene muchos seguidores, personas que aunque no hayan sido sus alumnos se vieron influenciados, pues el solo hecho de oírlo era una lección de narrativa. Sí marca una etapa en la literatura, pero en realidad cada escritor lo hace a su manera”.
Al homenaje luctuoso asistieron familiares y amigos del escritor homenajeado e integrantes de la Academia Mexicana de la Lengua.
Con información del Foro Consultivo
QEPD EL MAESTRO ERACLIO, EXCELENTE LUCHADOR CONTRA LAS INJUSTICIAS SOCIALES.