- José Ramón Enríquez, Francisco Hernández, Julio Estrada, Manuel Larrosa, Federico Silva e Isabel Beteta
- La Medalla Bellas Artes es la máxima distinción que otorga el INBA a los creadores vivos más importantes en nuestro país
El dramaturgo José Ramón Enríquez, el poeta Francisco Hernández, el compositor Julio Estrada, el arquitecto Manuel Larrosa, el artista plástico Federico Silva y la coreógrafa Isabel Beteta recibirán la Medalla Bellas Artes 2016, máxima distinción que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a los creadores vivos más importantes en nuestro país.
José Ramón Enríquez (1945) también es poeta, director de escena, actor, pedagogo, crítico de teatro, ensayista y editor. Forma parte de la llamada Nueva Dramaturgia Mexicana.
La crítica ha calificado a la obra del ganador del Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2006 como poética y barroca, pero él mismo ha dicho que surgió de una necesidad personal de reflexión y expresión.
Enríquez ha escrito teatro (Héctor y Aquiles; El fuego: Ciudad sin sueño, Orestes parte y El fuego; Lamentaciones. Loa para la ciudad que espera; Madre Juana; Tres Ceremonias: Jubileo, Alicia y La Pasarela, y La cueva de Montesinos, por mencionar algunas obras), poesía (Al pie de mi amor clavado, Ritual de estío, Figuras del pantheon y Paredes con espejos, entre otros títulos) y ensayo (Cristianismo y marxismo. Historia de un encuentro, en colaboración de Jorge Íñiguez, y Pánico escénico).
Ha dirigido varias de sus obras, y otras han sido llevadas a escena por directores como Luis de Tavira, Sergio Galindo, Morris Savariego, Gloria Miravete, Héctor Bonilla y Antonio Crestani.
Francisco Hernández nació en 1946, y a los 20 años comenzó a escribir poesía, en cuya lírica puede encontrarse un fuerte interés por plasmar su sentir con respecto al desencanto por el mundo.
Otros temas abordados por el escritor, que en ocasiones firma con el seudónimo Mardonio Sinta, son el amor con un enfoque erótico, la muerte, la palabra, la poesía misma, el mar, el cuerpo femenino, el delirio y la luz.
Es autor de, entre otras obras, Hasta que el verso quede, Hecho de memoria, De cómo Robert Schumann fue vencido por los demonios y Mar de fondo, que le hizo ganar el Premio Nacional de Poesía de Aguascalientes.
También ha recibido los premios Nacional de Ciencias y Artes, en el área de lingüística y literatura, en 2012; Xavier Villaurrutia en 1994, por Moneda de tres caras, y Mazatlán de Literatura en 2010, por La isla de las breves ausencias.
Julio Estrada (1943) es doctor en musicología por la Universidad de Estrasburgo, integrante del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), miembro emérito del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y profesor invitado en las universidades de Stanford, Rostock y Sorbonne, así como director del Centre d’Études de Mathématiques et Automatique Musicales de París.
Las obras de Estrada se caracterizan, de acuerdo con los expertos, por no tener escalas musicales y estar basadas en su teoría musical, en la cual combina modelos matemáticos para expresar inspiraciones de su imaginación.
Una de sus obras más conocidas es la ópera Murmullos del páramo, que ha sido interpretada en España, Alemania, Italia y Japón.
Egresado de la UNAM, Manuel Larrosa es uno de los pocos arquitectos rebeldes, según reconoció su colega Fernando González Gortázar.
El inicio de su práctica profesional estuvo asociado con el arquitecto Guillermo Rossell de la Lama, con quien realizó obras como la Capilla Abierta y la Plaza de los Abanicos en Cuernavaca, así como el Instituto Tecnológico de Nuevo Laredo, Tamaulipas. Ha escrito durante más de 30 años sobre arquitectura y urbanismo.
De forma independiente construyó el edificio de la aduana de Tijuana y una notable casa habitación en la calle Héroes de Padierna, en San Jerónimo, a la cual Juan Carvajal dedicó un poema.
Larrosa hizo surgir en los años sesenta el museo dinámico, experimento que pretendía convertir la obra misma en museo, es decir, presentar al público casas diseñadas por él antes de que sus propietarios las habitaran, y en cuyo interior se exhibían pinturas o se escenificaban obras de teatro.
El escultor y pintor Federico Silva (1923) aprendió las técnicas de encáustica, fresco y temple de manera autodidacta. Fue asistente de David Alfaro Siqueiros en algunos de sus murales.
Para los conocedores, ha sido un guerrero incansable de las artes y la política, renovador de lenguajes y estructuras, explorador de tecnologías y movimientos estéticos, y actor del arte mexicano en la segunda mitad del siglo XX. El museo de escultura contemporánea que lleva su nombre se ubica en la ciudad de San Luis Potosí.
Sobre el creador que recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1995, en el área de bellas artes, escribió el poeta Rubén Bonifaz Nuño: “No sabe Federico Silva contenerse en una fórmula única. Enriquecido de fuerza y de sabiduría por sus conocimientos de artista y su experiencia de combatiente, explora, aprende de continuo; conoce y vence empleando multiplicidades de visiones y procedimientos”.
Isabel Beteta comenzó su formación artística desde niña con clases de piano, flauta y canto. Posteriormente estudió música, historia del arte, literatura francesa, artes plásticas y restauración de bienes muebles.
Inició su formación como bailarina clásica con Margarita Contreras. Posteriormente estudió las técnicas Horton y Falco, ballet clásico, danza contemporánea y butoh. Se desarrolló como bailarina en importantes agrupaciones como Metrópolis-Utopía y Contempodanza, en México); Íntegro, en Perú, y Retazos, en Cuba.
Ha realizado coreografías para la compañía que dirige, Nemian Danza Escénica, y para otros grupos y solistas, las cuales se han escenificado en México y el extranjero.
La ganadora del Premio Xochipilli 2015 aseguró en cierta ocasión que “tener pasión, claridad, curiosidad; investigar nuevos métodos; comunicarse, y ser creativo tanto en la creación coreográfica como en la promoción de uno mismo es trascendental para llegar a ser un bailarín completo”.