No exagero, de verdad no exagero si afirmo que el cuarteto de cuerdas Latinoamericano es uno de los mejores, no sólo de México, vamos, ni siquiera de América Latina, no sé si me atreva a afirmar que es uno de los mejores del mundo, pero así me lo parece. Ellos, obedeciendo a su nombre, se especializan en el repertorio de música para esta dotación, violín primero, violín segundo, viola y violonchelo, en el contexto latinoamericano y de hecho, varios compositores han escrito música para ellos, creo que el cuarteto de cuerdas latinoamericano es una de las mejores cosas que le han sucedido a la música de cámara mexicana.
Indudablemente es un privilegio que se hayan presentado en Aguascalientes, por lo menos en un par de ocasiones que son las que yo recuerdo y a las que asistí, la primera hace ya algunos años cuando se presentaron en el Festival de Música de Cámara y la segunda, el jueves 18 de agosto en el Auditorio Pedro de Alba de la UAA para celebrar el vigésimo aniversario de Polifonía Universitaria, uno de los proyectos de difusión musical más exitosos y afortunados en Aguascalientes.
El 8 de agosto de 1996 se presentó en este mismo escenario el trío de cuerdas Coyolxauhqui integrado por Saúl Robles en el violín, Lautaro de Martín Ortiz en la viola y Arturo Reyes en el cello, ahí inició este programa que durante 20 años ha sido incansable proveedor de buena música, no sólo a la comunidad universitaria, sino a toda la sociedad aguascalentense, primero con diferentes ensambles de música de cámara, para abrirse después a las más variadas expresiones musicales, recuerdo de manera especial algunos buenos conciertos que he disfrutado en Polifonía, como las presentaciones de grupos de rock internacional en el progresivo, como Arti e Mestieri, Arena, los mexicanos de Cast, la leyenda italiana de Il Balleto di Bronzo, Eugenio Toussaint con sus deliciosas oscilaciones entre el jazz y la música de concierto, el flautista Horacio Franco, en fin, no pretendo hacer un recuento de todos aquellos grandes momentos que nos ha regalado Polifonía Universitaria, pero claro, mi melomanía no me permite quedarme callado ante este importante acontecimiento, el vigésimo aniversario de este programa que desde su fundación ha tenido como única intención, la difusión de la buena música sin la menor pretensión lucrativa, los conciertos son gratuitos y esto, de verdad, es digno de agradecerse, y me queda claro que una de las formas más dignas de celebrar estos primeros veinte años de difundir el exquisito arte de la música, es con el cuarteto de cuerdas Latinoamericano.
Nos ofrecieron un programa exquisito, iniciando con el cuarteto de cuerdas No.1 del compositor brasileño Héitor Villa-Lobos, una obra dividida en seis movimientos: Cantinela, Brincadeira, Canto lírico, Canzonetta, Melancolía y Saltando como un saci. Después vinieron dos obras cumbre del repertorio nacionalista: Estrellita y Gavota de Manuel María Ponce, evidentemente en adaptaciones para cuarteto de cuerdas. Del compositor venezolano Gonzalo Castellanos nos presentaron Fantasía para cuarteto; del mexicano Arturo Márquez escuchamos el Homenaje a Gismonti, originalmente compuesto para ser estrenado por el Cuarteto Latinoamericano; de Alejandro Cardona de Costa Rica, disfrutamos Echú. Metro Chabacano es una composición del mexicano Javier Álvarez para terminar con Four for tango y Libertango, ambas de Astor Piazzola, para agradecer y corresponder los aplausos de un público que llenó el Auditorio Pedro de Alba de Ciudad Universitaria, el cuarteto Latinoamericano interpretó, siguiendo la misma línea del tango, una composición de Carlos Gardel, así se abordaron al mismo tiempo, tangos de la vieja guardia con Gardel, así como manifestaciones contemporáneas de este lenguaje en la visión de Piazzola.
Es tan difícil como inútil pretender hacer una crítica a la presentación del cuarteto Latinoamericano, ¿qué podemos decir? Y más aún, ¿con qué autoridad podríamos ejercer una función crítica acerca de uno de los ensambles de música de cámara más convincentes de la actualidad?, nada de eso, sólo nos debemos preocupar de disfrutar de su música y dejarnos guiar dócilmente por el encanto de su interpretación, así, sin oponer resistencia.
El cuarteto de cuerdas Latinoamericano está integrado por tres hermanos, Álvaro, Arón y Saúl Bitrán, cello y violines respectivamente y Javier Montiel en la viola, esta formación ha estado vigente durante muchos años, concretamente desde 1981, es decir, están celebrando su 35 aniversario, lo que no es cualquier cosa, sobre todo mantenerse vigentes en la música de concierto en México representa un verdadero logro, y siempre con el compromiso perfectamente definido de difundir la música para cuarteto de cuerdas de América Latina y muchos han sido, y sin duda seguirán siendo, los compositores que han trabajado escribiendo música para ellos.
Insisto en que ha sido un privilegio tenerlos en Aguascalientes, no sé si tenemos conciencia realmente de lo que representa en el ámbito de la música de cámara el trabajo de este cuarteto y sobre todo lo que representa que vengan a tocar a nuestra ciudad. Me parece, a riesgo de que pienses que soy muy ingenuo, que muchos, más de los que nos imaginamos, de los que asistimos al concierto de este jueves 18 en el Pedro de Alba, sabíamos de qué se trataba el asunto, se trataba de hacerle todos los honores a su majestad la música. Felicidades a la Universidad Autónoma de Aguascalientes por el vigésimo aniversario de Polifonía Universitaria, que se continúe con esta actividad musical.
