Hay muchas cosas que el gobierno de México no ha podido ocultar y realmente se ha empeñado en poner maquillaje a todo. Por un lado la terrible cantidad de desapariciones forzadas donde amargamente el Estado está involucrado, Ayotzinapa, Tlatlaya, sólo por mencionar dos de los terribles actos cometidos en contra de personas y desde luego de la sociedad entera al mirar el descaro y la impunidad bajo la cual actúan estos grupos relacionados con el crimen organizado y muy bien posicionados en alguna parte de la estructura del estado y sus gobiernos. Y así el maquillaje nos llevó a una supuesta verdad histórica frágil que a final de cuentas terminó por romperse por toda esa falta de pruebas y métodos bajo los que se hicieran las declaraciones del entonces procurador de la República, Jesús Murillo Karam, quien pese a todo lo mal que desempeñó su papel e incluso aun cuando quedó evidenciado el dolo con el que actuó para ocultar pruebas nada menores y con todo y eso sigue libre, sin ningún cargo por el que tenga que responder sobre esos hechos que lastimaron una vez más el derecho de las personas a la justicia y al trato digno.
Pronto, muy pronto, el gobierno de Enrique Peña Nieto finco la historia de su presidencia sobre mentiras, si las nombráramos, al menos las más conocidas no alcanzaría esta columna de opinión para enlistarlas, pero en lo más reciente podemos al menos recordar el caso de la casa blanca y el conflicto de interés que además le costó al menos por este sexenio la censura y el destierro de los medios informativos excepto internet a la periodista Carmen Aristegui y todo su equipo de personas colaboradoras, ella pero también decenas más de periodistas han padecido la afectación de un sistema que solo ha buscado el maquillaje, aunque en los peores casos recordemos que también hay quienes han perdido la vida ejerciendo el periodismo no por nada hoy en día México es uno de los países donde ser periodista es altamente peligroso. Al final, la casa blanca y esa mentira tampoco se pudo sostener, terminó pidiendo disculpas, quitando a su compadre Virgilio Andrade Martínez de la Secretaría de la Función Pública quien vigiló y determinó que no había ninguna irregularidad en torno a ese tema que ya había levantado tanto polvo en la familia del presidente. Se fue Virgilio y también quedó limpio al menos por este sexenio.
Así va la cadena de engaños, como de telenovela, ¿verdad?, a saber si quienes dirijan al país no sean los mismos que hacen los guiones para los horarios estelares del Canal de las Estrellas porque se parece tanto ese mal manejo del drama, la mentira y la verdad con lo que verdaderamente ha venido ocurriendo en el país que ya no sorprendería que la empresa de mayor monopolio mexicano fuera quien mueve los hilos de la política oficial en México.
Pues a esta serie de mentiras hay una que me llama mucho la atención, la de la economía fuerte y próspera de México. Yo como muchas otras personas compro alimentos y desde hace ya varios meses quizá casi un año he visto que los productos en los centros comerciales no han variado mucho de precio, aunque sí ha habido variaciones sobre todo en los últimos meses pero lo que llama la atención es mirar la cantidad de producto que estamos recibiendo por el mismo precio e incluso con una alza significativa y es ahí que esta la trampa del maquillaje, mire usted, haga la prueba o quizá seguro es que ya constato lo que estoy diciendo. No es un asunto menor, en lo más mínimo, lo que estamos recibiendo de producto es la mitad de lo que antes recibíamos, y nos está costando más, en realidad con cualquier producto que usted consuma puede constatarlo, todo viene en presentaciones más pequeñas y eso es porque se ha mantenido en silencio la fuerte inflación que está ocurriendo en la economía mexicana. El gobierno ha hecho seguramente acuerdos con los grupos empresariales para mantener en silencio y algunos lo han acatado, aunque otros no, pero esa mayoría han permanecido omisos ante el desastre económico, han cedido a cambiar presentaciones de sus productos y a elaborar todo más pequeño, con menos peso, menos contenido y una alza también silenciosa.
No es sorpresa esa secuencia de mentiras que el Gobierno Federal ha intentado hacer pasar como invisible, el más reciente incremento en los precios de la gasolina, hoy se dice que es lo que disparó la inflación, por cierto la más alta de los últimos años. ¿Y la luz y la reforma entonces para qué? Pero esa máscara bajo la cual actúa el gobierno queda al descubierto cuando fuera de tiempo, de forma inusual totalmente el Inegi da a conocer los resultados sobre la medición de la pobreza y sorpresa, bajó el número de pobres en México y hasta el producto interno bruto creció. ¿En qué ficción vive el presidente?
Pero así pasa con el maquillaje, se desvanece y queda la piel a la intemperie, para lo que sale el Coneval a cuestionar el método y el modo de los números presentados por el Inegi y detrás de esa mano que indico a la dependencia estadística favorecer y cambiar la “realidad” que usted y yo percibimos sobre la crisis económica hay una funcionaria como Rosario Robles Berlanga, aquella que al inicio de este gabinete peñista estuviera a cargo de Sedesol justamente al frente de dar resultados positivos para la disminución de la pobreza y que las cifras crudas le tacharon el trabajo diciendo que había aumentado al menos dos millones más de personas pobres en México en lo que iba de su administración.
Como dije, el maquillaje que este gobierno ha intentado una y otra vez poner en la cadena de malas decisiones siempre termina por caerse y lo peor es que busca remediar con discursos y no con hechos, en este país nadie es responsable de nada, tal parece que las instituciones de gobierno son únicamente para tapar esta secuencia interminable de injusticia, ineptitud y hambre política. ¿Ahora que nos dirán sobre la publicación que hace el periódico británico The Guardian del departamento lujoso en Miami de Angélica Rivera? Ya dijeron que es una mentira, pero después de que eso se caiga ¿qué vendrá?, otra disculpa o un nuevo gasolinazo.
@Chuytinoco
