¿Qué esperamos de la nueva televisión mexicana? ¿Es nuestra obsesión por tener un salvador que nos resuelva todo? Hay dos vertientes en esta historia. Una es la de aquellos millennials que por primera vez en meses, tal vez en años, por curiosidad acudieron a la función receptora de aquellos monitores en los que ven Netflix o videojuegan. La razón era una supuesta renovación del prime time en el Canal 2 de Televisa, con todo y el morbo por ver qué tal Denise Maerker ejercía su noticiero en comparación a López-Dóriga. Como un postre, bastante malito, estaba el programa tipo David Letterman con Arath De La Torre.
La contraparte es la de los individuos que día a día sintonizan el 2 y encontraron, a sabiendas por la publicidad previa, algo bastante diferente a sus formatos comprobados y preferidos. No creo en el argumento de Álvaro Cueva acerca de que quitaron la televisión para clases populares o bien, siendo honestos, un público más exquisito. Si así fuera, poco importaría (solamente en las finanzas de Televisa), ya que la televisión no es un servicio público, a menos que sean señales oficiales con una responsabilidad mucho más plural (en teoría).
No podemos hablar de lo nuevo de 2, sin hacer referencia a Chumel Torres en HBO. Es El Pulso de la República en HBO, con un ritmo diferente e incluso más investigación. Resulta bastante obvio pensar que si John Oliver los domingos es un hit para el canal de cable premium, algo así sería su versión mexicana. No tanto. A mi me sorprendió, pensé que se irían por algo tipo The Onion o al full con un humor tipo Conan O’Brien, porque Chumel es un showman, no precisamente un editor o presentador. Al final es un resultado muy decoroso, que el programa de Arath de la Torre nunca tendrá a pesar de contar con más recursos y una productora que supuestamente se codeó con Lorne Michaels.
Tenemos actores o comediantes hablando en sillones, ciertamente el talk show sí se da en el ADN mexicano. También el standup, que la verdad, no veo razón para que Polo Polo no sea considerado el máximo exponente. Lo que pasa es que con Arath es la persona equivocada para el formato. No es presentador. Jimmy Fallon es un actor fallido que revivió su carrera jugando Box of Lies con sus invitados cada noche. Arath mañana podría salir en una telenovela o serie como si nada. No es el trabajo de su vida.
La otra queja fue que el nuevo noticiero no es un telediario. No hay resumen o una voz que informe a México, sino una agenda singular y más bien curada. De acuerdo a comentarios en prensa y redes sociales, la primera semana de Denise Maerker en el horario principal no está gustando del todo.
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