La gravedad de los conflictos de interés / Política For Dummies - LJA Aguascalientes
21/11/2024

En un artículo editado por Fundar sobre las declaraciones patrimoniales y de interés como mecanismos de control ciudadano se establece la importancia de ambas:

“Las declaraciones patrimoniales y de intereses son instrumentos de transparencia gubernamental, rendición de cuentas y combate a la corrupción porque, a partir de la información que contienen sobre las y los servidores públicos, es posible prevenir y detectar variaciones injustificadas de su patrimonio, así como las situaciones en las que sus intereses particulares pueden estar en conflicto con el ejercicio de sus funciones. A partir de esta información es posible evaluar si el desempeño de las personas encargadas de la administración de los recursos -públicos- y de la toma de decisiones -públicas- se apegan a la ley y al interés público.”

He ahí la importancia de que todos los funcionarios públicos hagan del conocimiento de los ciudadanos las situaciones en las que sus intereses particulares pongan en conflicto el ejercicio de sus funciones. Lo grave de los conflictos de interés es claro: se está traicionando los valores democráticos y la responsabilidad que tienen los gobernantes con los ciudadanos.

Las elecciones garantizan que los gobernantes sean electos de manera legítima y que los ciudadanos transfieran su poder soberano a unos representantes capaces de dirigir a la sociedad. Los ciudadanos eligen quién los gobierne mejor, las personas que son capaces de resolver los problemas públicos, los que vean el interés público, los que logren mantener la paz, la estabilidad económica, la seguridad de los ciudadanos y garanticen la igualdad y libertad de todos los ciudadanos.

Ese es el interés público, la gravedad del conflicto de interés es que es una señal de que nuestra democracia está fracasando. O mejor dicho, la clase gobernante está fracasando, gobiernan como si la democracia y los ciudadanos no existieran. Nos han decepcionado, es una traición a los ciudadanos, los ciudadanos que depositan su voto en las urnas para elegir a quien mejor los pueda dirigir y que este gobierne bajo intereses particulares es una traición.

Poniéndolo en un ejemplo más vulgar. Es cuando depositas toda la confianza en un amigo o en una pareja sentimental y este te traiciona haciendo algo que te lastima o siendo infiel. A gran escala es lo mismo que sucede con los conflictos de intereses de los gobernantes. Para decirlo más claro: los gobernantes que son protagonistas de conflictos de interés no deberían gobernar. Así de claro es.

En primer lugar, no deberían gobernar porque un gobernante recibe, administra y ejerce recursos de todos los ciudadanos y con esos recursos debe gobernar para todos los ciudadanos, quien no hace eso es claramente incapaz de gobernar en una democracia.

En segundo lugar, no debería gobernar porque asumiendo la investidura que otorga el voto ciudadano y gobernando para unos cuantos está violando la constitución, al menos en México el ente más poderoso es el pueblo: los ciudadanos.

En tercer lugar, no debería gobernar porque está utilizando la estructura pública y recursos públicos para beneficio personal y construir un negocio privado. ¿Existe alguien que con dinero de todos, regalado, sin ningún permiso, haga negocios personales y se haga millonario?


Esa es la gravedad de los conflictos de interés, no es que se construya o no una casa, no es que se viva o no en un departamento, es que en cada transacción privada que realizan los gobernantes, en cada decisión donde no privilegian el interés público sino el privado, en cada “moche”, en cada asignación directa, en cada contrato multimillonario, en cada “porcentaje” para el funcionario, en cada uno de estos momentos están siendo violados los intereses de los ciudadanos que pagan impuestos, participan en elecciones y tienen la necesidad de sentirse seguros, de transitar por calles sin baches, de estudiar una licenciatura o de comer.

En cada transacción que beneficia a los funcionarios públicos se está dejando de reducir la desigualdad, se está perdiendo la oportunidad de crecer la plantilla de profesores para atender más estudiantes en las universidades públicas, se están dejando de rehabilitar parques, jardines, de invertir en cultura, de ayudar a los agrícolas en sequía, de proteger la economía nacional de crisis monetarias, de dotar de acceso a comunidades incomunicadas, de colocar Internet en sitios donde no tienen Internet, de comprar libros para los estudiantes que no pueden comprar libros, de ayudar a los desempleados, a las madre solteras o a las personas de la tercera edad.

Los conflictos de interés no deben existir en un gobierno democrático, emanado del pueblo, de las elecciones, de la voluntad popular y de los ciudadanos libres. Este tipo de prácticas las podemos dejar para el PRI autoritario de los 70 años en el poder, para las dictaduras asiáticas, africanas y latinoamericanas de siglos pasados o para las modernas. Si nos queremos convertir en ese espacio donde los gobernantes no gobiernan para el pueblo sino para ellos mismos que empiecen por quitarnos el Internet, las elecciones libres, la libertad de criticar, la pluralidad en los medios y el respeto a los derechos humanos: así de grave es violar el interés público.

@caguirrearias


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