Esta semana presenciamos un debate público envuelto en una gran polémica y muchas controversias. Casi toda la prensa local cubrió las diversas voces y la sesión del Congreso del Estado del día jueves 28, me refiero al tema de la eliminación del fuero para servidores públicos locales.
Se trata de un tema nada novedoso, que desde hace años ya se viene discutiendo en nuestro país, con respecto a su conveniencia o inconveniencia de su eliminación, los académicos serios que algo saben de estas cosas, han dado ya sus argumentos.
Y precisamente refiriéndose al tema Miguel Carbonell, señaló en el año 2010, con toda claridad: “Hay momentos en la historia de los países, como en la vida de las persona, en que se deben tomar decisiones para superar los límites e inercias que provienen del pasado. En días recientes hemos asistido a un debate que ya no debería ni quitarnos ni un minuto más y que únicamente refleja las endebles bases jurídicas sobre las que se ha construido la transición democrática en México”.
Dentro de los partidos políticos de este país existe ya un consenso generalizado sobre la conveniencia de eliminar esta institución de la cual existen muchos ejemplos de su abuso. Un ejemplo, de que el asunto está en proceso de adquirir acta de nacimiento dentro de las frágiles democracias locales de esta país es la del vecino estado de Jalisco quien apenas el 14 de julio, aprobó la eliminación del fuero para los servidores públicos locales de aquel Estado, y que al ser reforma constitucional local requiere de 63 Cabildos para que sea aprobada la reforma.
Sin embargo, y a pesar de lo positivo de esta reforma, ¿Qué pasó en Aguascalientes? ¿Por qué se banalizó y/o frivolizó un debate tan importante?.
Don Jesús Reyes Heroles; solía decir que “en política la fonda es fondo” y las formas se perdieron en este tema público, se observó de repente una inusitada y gran vehemencia de la diputada Ángeles, por tratar el asunto con la prontitud de una velocidad luz, no obstante la gran cantidad de temas que existen dentro del Congreso del Estado, que creó olvido la máxima de la política de aquel político y ensayista. Y tan es así que se les olvidó contar con los votos de su propia bancada, como se diría, en el pecado del arrebato se llevó la penitencia.
Un poeta escribió hace tiempo “despacito, y buena letra: al hacer las cosas bien/ importa más que el hacerlas”. Un tema tan importante merece la mesura y una manera más inteligente de debatir el asunto público, y no un típico ardil abogadil para el día de mañana realizar señalamientos o campañas de desprestigio, bajo un falso argumento emotivo de que es lo que la ciudadanía exige.
La elimacion del fuero solo sera una arma de lucha politica a usar por politicos contra politicos en activo. Si de verdad les interesara la lucha contra la corrupcion, que empiecen con los exgobernadores corruptos que ya NO tienen fuero.