Tenemos la tendencia a comparar a los festivales de aquella época de finales de los sesenta y principios de los setenta, sin embargo, salvo tu mejor opinión, creo que eso no tiene sentido, de cualquier manera, sin ánimos de menospreciar el festival de Altamont organizado por los Rolling Stones y que terminó en desastre y sin olvidarnos del Atlanta Pop Festival, los tres festivales de aquel sueño, de aquella utopía fueron, y serán siempre, Monterey Pop Festival, celebrado en el área de la bahía de San Francisco, el de Woodstock, en el estado de Nueva York, en la costa este de los Estados Unidos y el de la Isla de White al sur de Inglaterra en su edición de 1970, tanto por el número de asistentes, los artistas que se presentaron ahí y por la trascendencia de estos tres eventos.
El Festival de la Isla de White se celebró por primera ocasión en 1968 y así cada años hasta 1970, fue esta tercera edición del festival el que más gente cautivó y presentó un número muy generoso de algunos de los mejores exponentes del rock y del jazz vigentes en aquel momento. Después de este año, y por la inconformidad manifestada por los habitantes del lugar, el festival dejó de realizarse hasta el año 2002, sólo que en otra locación, en Seaclose Park, o el parque cerca del mar, pero también porque se perdió el control, el festival superó por mucho, incluso las expectativas de los mismos organizadores y se reportaron pérdidas financieras muy importantes.
Hay quien se atreve a afirmar que el número de espectadores de esta edición había alcanzado los 600 mil, superando a Woodstock, aunque según los promotores la cifra real era de la mitad, probablemente, o seguramente con la intención de minimizar las verdaderas dimensiones de este evento. Como sea, el hecho es que a raíz de la celebración de la tercera edición del Festival de la Isla de White, y por el inesperado poder de convocatoria de los grandes músicos que se presentaron ahí, generó que se aprobara un año después, en 1971, la “Ley de la Isla de Wight”, que prohíbe las reuniones masivas en la isla y se autorizaron apenas eventos de cino mil personas.
Echando un ojo al espejo retrovisor nos ubicamos en la mañana del miércoles 26 y la madrugada lunes del 31 de agosto, cuando cientos de miles de personas se reunieron en Afton Down en la Isla de White para ver las actuaciones de Joan Baez, Jimi Hendrix, The Doors, Donovan, Sly and the Family Stone, Ten Years After, Joni Mitchell, Miles Davis, Leonard Cohen, Richie Havens, Supertramp, The Who, Emerson, Lake and Palmer, Jethro Tull, Chicago, Procol Harum, Cactus, Mungo Jerry, Taste, Free, The Moody blues, y algunos, muchos más, sin duda también fue el más numeroso en protagonistas y los nombres que ahí se presentaron.
Entre otras cosas, el Festival de la isla de White fue muy importante porque rompió con el esquema de los que le antecedieron, además del de Monterey y Woodstock, en donde el rock y el folk eran los lenguajes más importantes, en la isla de White se presentaron, por primera vez, algunos de los exponentes más soberbios y majestuosos del naciente rock progresivo, ya mencioné algunos de ellos líneas arriba, Moody blues, Jethro Tull, y Emerson, Lake & Palmer, pero además se abrieron las posibilidades para otras manifestaciones musicales como el jazz, ahí se presentó Miles Davis, uno de los grandes íconos de la música universal, si hablamos de Miles Davis, nos estamos refiriendo a un verdadero genio de la música, así sin etiquetas, es cierto que lo ubicamos en el contexto del jazz, pero más allá de las etiquetas, que lo único que hacen es limitar, su propuesta musical está más allá de clasificaciones, coqueteando muy de cerca con los elementos estéticos de la música contemporánea, o de hecho, sin miedo a decirlo, haciendo música contemporánea, me estoy refiriendo al inconmensurable disco Bitches Brew de agosto de 1969, apenas un año antes había grabado uno de los discos más revolucionarios en la historia de la música. Pero más allá de eso, estuvieron presentes los brasileños Gilberto Gil y Caetano Veloso en medio de todo aquel impresionante catálogo del rock.
No sé realmente cuál de estos festivales, el de Monterey Pop Festival, el de Woodstock o el de la isla de White haya sido el mejor, ni siquiera intentaré plantearlo, creo que cometería una injusticia, y una necedad, pero lo que es inobjetable es que el Festival de la Isla de White tuve ese toque especial, mágico, casi místico que no tuvieron los demás, aquellos festivales de América rodeados de sol, característico del verano en Estados Unidos, este festival fue sombrío, lluvioso, frío,con ese aroma medieval que le dio identidad, finalmente estamos hablando de la lluviosa y fría Inglaterra, se dice que Gary Brooker de Procol Harum comentó a la audiencia: “Esta es una noche fría”.
Como ya lo comentamos, desde el 2002 se volvió a realizar este festival, pero no ya con la magia del tercero de la primera serie, claro, ya no hay hippies, ya no existe la utopía de que con el poder de la flor y con una guitarra en la mano era posible cambiar todo lo podrido, como la guerra, por ejemplo. Recuerdo en este momento una frase de Jimi Hendrix que queda muy bien para entender lo que sucedía en occidente durante los últimos sesentas y los primeros setentas: “Cuando el poder del amor sea más grande que el amor por el poder, el mundo conocerá la paz”.