Cuando la ignorancia nos alcance / Economía de Palabras - LJA Aguascalientes
24/04/2025

 

Creo con firmeza que la pobreza, la desigualdad y la injusticia importan. Sobre ello escribo todas las semanas esta columna. En el transcurso, obstinado con una agenda he mencionado algunos problemas estructurales que encuentro apremiantes. Siempre con la finalidad de hacer evidente un problema cotidiano que suele ser pasado por alto. Estos intentos por hacer notar que hay algo inequívocamente mal en el paisaje, en la cotidianeidad, tienen como finalidad invitar a la reflexión. Esta vez toca el turno a nuestra ignorancia. A la incapacidad de priorizar los problemas públicos relevantes.

La ley 3de3, la casa blanca, el perdón del presidente, entre otros temas de igual envergadura son un reflejo de que algo hemos aprendido como sociedad. Se ha podido cuestionar a la clase política y se han logrado algunos resultados. Menores sin duda, pero al fin de cuentas son la muestra de lo poco que se ha avanzado en el tema de la legalidad y la democracia. Particularmente la afamada ley de 3de3, que constituía una parte minúscula de la ley de responsabilidades administrativas que a su vez formaba parte del sistema nacional anticorrupción, se volvió un tema popular gracias a una magnífica campaña publicitaria que se repitió hasta la náusea, donde se vendía esta medida como una panacea mágica para solucionar la corrupción.

Lamento decir que el tema relevante allí no eran los casi inocuos pero vistos formatos que se le exigían a la clase política. Se nos pasó como sociedad discutir las definiciones de los delitos que presumiblemente nuestro presidente habría cometido si estos hubiesen existido al momento de concertar los tejes y manejes que terminaron en el escándalo de la casa blanca. Nos vamos por las ramas ganando batallas pequeñas. Pensando que bastan acciones minúsculas, populares, de moda, para solucionar los asuntos estructurales del país. Pregunto yo ¿qué haríamos con esos “formatitos” si la definición del acto que constituye el delito que se comete está pobremente definido? mejor aún, ¿qué hubiéramos hecho si nos hubiesen dado el gusto de tener los formatos pero no una definición del conflicto de interés?

Pasa algo similar con la controversia entre Inegi y Coneval. No basta leer, reproducir o remitir a los informes de Inegi al respecto. Además de que estos no responden los cuestionamientos técnicos, es más urgente e indispensable hacer las preguntas inteligentes. No se le ha increpado, o al menos no lo suficiente, a los gobernadores, especialmente a los entrantes y que provienen de una oposición, sobre el próximo arreglo de las participaciones federales que se calcula con los datos de pobreza. No veo el mismo fervor exigente para realizar la evaluación a los maestros aplicada a la clase política en el tema más relevante, la desigualdad y la pobreza. En caso de repetirse este desastre en 2016 y se apliquen los mismos criterios tendríamos un presidente al que no podríamos evaluar, gobernadores que se van a ir con una nota positiva irresponsablemente apropiada y algunos que simplemente serían evaluados con un criterio distinto.

Sin la medición que brindaría el Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015 nos perderemos una fotografía más amplia de la pobreza en el país y la cual no podremos repetir hasta el próximo censo en 2020. Esto sin mencionar un tema más grave aún, Coneval no podría cumplir con la Ley. El tema da para construir un escándalo, para salir a la calle a exigirle al estado que nos permita evaluarle pero no va a suceder.

Creo, como lo aseguró Franklin Delano Roosevelt, que la prueba de nuestro progreso no es si añadimos más a la abundancia de aquellos que tienen mucho; es si proporcionamos suficiente a aquellos que tienen demasiado poco. Y para ello importa el saber, los datos, el compromiso con la solidez técnica, con la investigación. Para poder dar testimonio de este progreso está la academia y por ello en un acto de responsabilidad un grupo de investigadores, distinguidos líderes de opinión, políticos y usuarios finales firmamos una carta publicada el día de ayer por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias y Oxfam donde le pedimos a ambas instituciones hagan su trabajo y entreguen un ejercicio estadístico transparente y técnicamente sólido permitiéndonos hacer a su vez nuestro trabajo.

El tema no ha sido tan sonado como debiese dadas sus implicaciones. Seguramente no es un tema atractivo, o bien no es un asunto que muchos consideren importante. Tal vez, permítame expresarlo de forma más simple, es el hecho de que ya nos acostumbramos a perder. Algún día nos va alcanzar la ignorancia y nos va a cobrar las ganas de vivir en el corto plazo. Cuando tengamos instituciones desprestigiadas, quebradas o infuncionales y mediciones de pobreza inverosímiles solo nos quedará, como en otros temas, el recuerdo de los parches e ideas grandilocuentes que no funcionaron. Para salir del atolladero, en general, no se necesita descubrir el hilo negro. En muchos casos no urge legislar, lo que urge es ponerse a trabajar con seriedad.

 


@JOSE_S1ERRA


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