Una de las libertades más preciadas, y la cual los individuos buscan se preserve, es la libertad de tránsito y el respeto a la persona. Pero a últimas fechas hemos visto cómo los países comienzan a buscar cerrar sus fronteras en nombre de la seguridad, y se impide o dificulta cuando menos el ingreso de las personas a los países o regiones.
No se necesita que un país esté en conflicto con otro para que se cierren los controles y se impida el libre tránsito. Por ejemplo, si un mexicano se ve en la necesidad, por cualquier causa, de viajar a los Estados Unidos, al llegar a los puestos de inmigración, puede ser detenido por horas mientras se “investiga” si es una persona non grata, o bien se le niega el acceso. Esto de una manera indiscriminada. Cada día los sistemas tecnológicos siguen de manera más eficiente a una persona, desde que aborda en su origen un avión o transporte internacional. Hoy todos somos sospechosos hasta que no se demuestre lo contrario.
Dentro de nuestro propio país, el hecho de que tengamos que viajar, ya sea en autobús o en vehículo particular, nos obliga a que se nos revise en las carreteras o terminales, para que se busquen drogas, armas o dinero. Y a pesar de eso, los homicidios y asaltos cada día son más frecuentes y crueles, con la salvedad de que los criminales saben que si asaltan a un ciudadano después de un retén pueden estar seguros de que no va armado, y que no tienen ningún riesgo al atacar a su víctima.
Esto en caso de que las cosas sean “normales” pero si por algo nos convertimos en “sospechosos “, ahí comenzará una odisea no deseada a nadie, ante autoridades encargadas de demostrar de que si es la persona lo que ellos piensan; el caso es que a veces pasa demasiado tiempo en demostrar la inocencia.
Hoy por indicaciones, si así se les pueden llamar, de nuestros vecinos del norte, las autoridades mexicanas han decidido no permitir más el paso de inmigrantes sin documentos, que intentan llegar a los Estados Unidos en busca de trabajo, ahora son detenidos en nuestro país evitando que lleguen a la frontera norte. O sea que ahora hacemos el trabajo que les toca a ellos.
Pero no solo en nuestro continente vemos este tipo de esquizofrenia, ya que no son solo los cubanos detenidos en Centro América, en su paso a México para llegar al país del norte, sino que ahora con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, está por revisarse el caso de el libre tránsito de ciudadanos en todo el continente, pues uno de los puntos para votar positivamente el Brexit fue el tema de la libre migración que se obliga a todos los miembros de la Unión Europea, obligada por el acuerdo de Schengen en 1999 y el tratado de Prüm en 2005, y ahora la salida de la Gran Bretaña buscará que las personas extranjeras, que están en su territorio, salgan, y sus fronteras se cerrarán a los demás ciudadanos europeos que no tengan visa Inglesa.
Todo esto por la cantidad de refugiados del medio oriente que buscan acomodo en Europa por la guerra que ha devastado sus países, ocasionada ciertamente por los países europeos en busca de sus riquezas apoyados por los Estados Unidos, y ahora no saben qué hacer con los expulsados.
Tristemente hoy la libertad de tránsito se tiene que sacrificar en aras de la seguridad.