- Es complicado aplicar una evaluación estandarizada a un sistema educativo numeroso y heterogéneo
- Para Guadalupe Ruiz Cuéllar es preciso priorizar el diálogo con la disidencia
Hacen falta procedimientos más sólidos de evaluación magisterial que los previstos por la Reforma Educativa, apuntó Guadalupe Ruiz Cuéllar, especialista en educación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA). Estos deben identificar a los buenos docentes a la par ofrecer la posibilidad de trabajar las áreas de oportunidad en los que no resulten bien calificados, al ofrecer alternativas para mejorar su desempeño en los salones de clase.
La catedrática consideró complicado implementar una evaluación estandarizada en un sistema educativo compuesto por más de un millón de docentes, en un país heterogéneo en lo social, económico y cultural: “para realmente analizar todas las dimensiones relevantes e identificar las buenas prácticas de docencia se necesitaría aplicar una gama amplia y variada de instrumentos de evaluación”. El desafío consiste en evaluar acorde a las condiciones de cada plantel sin perder el parámetro común para que los resultados no sean ambiguos o difíciles de interpretar.
La evaluación a los maestros constituye uno de los componentes principales de la reforma promulgada por el Ejecutivo el 25 de febrero de 2013, con el objeto de atender a los desafíos que despliega la cobertura educativa. En opinión de la especialista, es bueno incitar al magisterio a construir una trayectoria fincada en méritos profesionales “que puedan acceder a plazas las personas que demuestren las competencias requeridas en cuanto a conocimientos, habilidades y el terreno práctico (…) hay una valoración positiva respecto a este planteamiento pues en la historia del país el gremio docente, como muchos otros gremios, ha sido objeto de prácticas desafortunadas como que las plazas se entreguen por compadrazgos o que puedan heredarse sin que nadie evaluara si es o no apto para ocuparla”.
No obstante, dijo: “Tampoco podemos pensar que si los alumnos logran los objetivos de aprendizaje es porque tuvieron un buen maestro o que si no lo logran, porque tuvieron un mal maestro (…) la formación de los estudiantes es multifactorial, depende de factores tanto escolares como extraescolares” como su situación familiar, su origen socioeconómico y la escolaridad de sus padres.
Para Ruiz Cuéllar debe darse prioridad al diálogo. A pesar de que en su apreciación, los intereses de la disidencia magisterial no son estrictamente educativos, es necesario buscar un consenso con quienes que se encuentren inconformes con la Reforma Educativa: “a pesar de que se tenga esa postura tan lapidaria de no reconocer los aspectos positivos que pueda tener esta reforma”. La meta debe ser evaluar con justicia y equidad a los educadores.