- El artista francés estará presentando su obra en el ME desde este jueves
- Daniel Buren se muestra pesimista con el camino que sigue el arte contemporáneo
El día de ayer se presentó la exposición Como un Juego de Niño que abrirá sus puertas en el Museo Espacio (ME) del artista francés Daniel Buren conocido por sus actos transgresores que inspira sus instalaciones en arte callejero como el grafiti.
La exposición será inaugurada el próximo jueves en el ME ubicado en el Macro Espacio para la Cultura y las Artes (MECA), se trata de una muestra de trabajo in situ que caracteriza al artista, es decir, arte que está profundamente relacionada con el espacio donde se exhibe; la primera sala del ME tendrá una muestra de su obra pictórica con lo cual el espectador se podrá introducir en la dinámica de Buren y la segunda parte tendrá piezas que recuerdan a los juegos para niños por sus formas y colores llamadas Como un Juego de Niño.
El “juego” que está presente en la exposición, explicó, “se trata de vtener formas que se conocen en el mundo entero, siempre tratando de hacer propuestas muy precisas y muy abiertas, hay que dejar a la gente buscar su ángulo, su punto de vista y su lugar”.
Buren es un artista transgresor muy relacionado con el grafitti, pues incluso fue detenido en el año de 1969 por realizar algunas pintas en las calles de Berna en Suiza; al respecto dijo que el arte callejero no es muy diferente del arte de museo; hoy en día el arte callejero se presenta en los museos, lo cual apuntó, es contradictorio.
Apuntó que tiene un problema con las etiquetas, el primero es el término “arte callejero”, pues preguntó “¿Quién dice que eso es arte?”, lo que es seguro -dijo- es que “es arte que está en la calle (…), hay muchas cosas que pasan en la calle como pasan en los museos”.
Aclaró que en el incidente de Berna no fue detenido por hacer arte en la calle, sino se le detuvo por hacer algo prohibido, “pero es un riesgo que quise tomar”, dijo que ese acto fue paralelo a una exposición que él tenía en esa ciudad cuya idea general era “el artista finalmente puede hacer lo que quiera, pero me di cuenta que mi libertad en la calle era más similar al del león en una jaula, si hablamos del arte en la calle, la libertad es muy limitada”.
Al ser cuestionado por el camino que sigue el arte contemporáneo, dijo mostrarse muy pesimista pues no se le da su lugar al arte visual, además de que la filosofía que prima es que “se tiene que aceptar todo como es, por lo que todo es igual”. Se quejó de que esta supuesta libertad “es más bien una dificultad y no tanto una libertad en sí, estoy bastante opuesto a homogeneización de las obras”.
Señaló que hace treinta años se fortaleció la economía del arte, lo cual “no es del todo bueno” pues muchas obras sean convertido en piezas muy caras, sin embargo la parte positiva de este proceso es que hoy hay muchos artistas y museos con lo cual la oportunidad de encontrar a uno extraordinario es mayor.