Siempre lo he pensado estimado lector y a la fecha lo sigo haciendo, la cabeza no me da para más, y es que trato de entender la ambivalencia de la nación, cuando más seguro estoy de que sólo existe un México para todos, los caminos se bifurcan. Cuando comienzo a creerle a la televisión las cosas se ponen difíciles a tal grado que el manto electrónico no alcanza para cubrirnos a todos; si por la mañana se me ocurre escuchar la radio local me encuentro con una sarta de tonterías que salen de las bocas de los prepotentes y nada preparados conductores de los programas de noticias; cuando estoy seguro de que este país necesita más torneos de futbol continentales, programas musicales, series de televisión que narran la vida de los narcotraficantes más famosos, novelas que nos hagan identificarnos con los personajes, cuando estoy en ese estadio de conciencia, es decir, completamente perdido en la manipulación y persuasión, de pronto aparecen fenómenos sociales como Nochixtlán, Oaxaca, derivado claro de un conflicto tan viejo como la propia historia del partido en el poder.
Esa ambivalencia que confunde y hace reflexionar sobre la postura que debe tomar uno como ciudadano común y corriente, qué le digo, agobiados por la cotidianidad nuestras respuestas son: que hagan lo que quieran, por mí que se maten, mientras no se metan conmigo y no me afecte, no hay problema, sí aquí los asaltos a transeúntes, casas habitación, robos con violencia han aumentado, eso es lo que me preocupa, no los conflictos más allá de La Chona.
El cambio está en nosotros, por lo menos eso dicen, no se podría esperar menos de los propios ciudadanos. A veces pienso que vivo en dos México, que la revolución no ha empezado, que la economía es tan sólida que puede soportar embates como estos o más, que la delincuencia es un espejismo, que el crimen organizado no está infiltrado en las esferas políticas y los gobiernos. Visite por favor un salón de clases de las universidades particulares y serán pocos los llamados alumnos que saben lo que pasa ahora mismo en Oaxaca, en Chiapas, en Michoacán, en Guerrero, aquí en Aguascalientes. Acuda a los salones de las universidades públicas, pocas joyas de la especie humana, mucha paja, un logro del Sistema Educativo Nacional, un acierto de la política de este devastada nación que cuenta la historia de acuerdo a la lente de sus expertos, que mantiene la tradición gracias a los medios, cada septiembre es lo mismo, no tenemos nada que celebrar pero la televisión y el entorno en general nos despiertan el espíritu patriótico.
En qué México vive usted, donde pasan las cosas o en el espejismo mediático. De verdad quería dejar de lado el tema del conflicto magisterial que ya no es exclusivo de este gremio, con esta es la tercera intervención en esta casa editorial que tan amablemente me abre el espacio para compartir con usted la opinión de nuestra cotidianidad, pero no pude, me atrajo sobremanera la atención, la evolución del movimiento, las marchas de esta semana en la Ciudad de México en apoyo, la información que circula por internet, lo que comentan los habitantes, la información oficial, los hechos mismos.
Días atrás escuchaba a Germán Méndez Nube, representante de la comisión política del Frente Popular Revolucionario (FPR) quien afirmó que la movilización magisterial no es exclusiva de Oaxaca, es de todo el país, ¿también de Aguascalientes?
En esa ocasión Germán comentó que uno de las razones por las que se generó el conflicto, y yo agrego y reitero que no es nuevo, es la represión a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE, creada en 1979 como respuesta a los malos manejos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Desde su génesis, maestros disidentes del SNTE del sur de la República luchan por los derechos elementales de los trabajadores del gremio, es decir, basificación, derecho al salario justo, derecho al empleo y hasta el derecho a huelga, sin embargo a lo largo de los años la lucha se intensificó. En 1989 fue tanta la presión que se tuvo que destituir al entonces líder del Sindicato, el potosino Carlos Jonguitud Barrios.
A la llegada del presidente reformista las cosas se pusieron más delicadas; con la Reforma Educativa los profesores ven amenazada la estabilidad laborar, piden una revisión a la misma y no se les toma en cuenta, en resumidas cuentas, lo que demanda el docente es la defensa del empleo. Para qué controlar al gremio más importante de este país, por qué el Sindicato no toma partido en el conflicto, su líder estará coludido con el gobierno como el resto de las cabezas que dirigen este tipo de organizaciones. “Ven a la educación como un negocio jugoso que se quieren repartir” dice Germán Méndez en entrevista, la privatización y la anulación del tercero constitucional es lo que evita, es decir garantizar una educación gratuita, de calidad, obligatoria, laica y democrática entre otras características.
Y entonces quiero entender, que mientras en uno de los Méxicos la presencia de la policía federal en Nochixtlan, Oaxaca, repliega y agrede a “víctimas”, la Ciudad de México se paraliza por las marchas en apoyo a la Coordinadora, en el otro México las víctimas son los villanos, la policía cumple su deber, la sociedad le pide al gobierno detenga a todos los delincuentes infiltrados en el movimientos magisterial y se sienten a dialogar con los de la CNTE, urge ya porque en este México lo primero es lo superfluo, el 15 de julio comienza el torneo de apertura 2016.
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