Hace 30 años desapareció, aunque no de manera oficial, el grupo The Police, fue en el verano de 1986 cuando los tres integrantes de esta entidad musical simplemente dejaron de tener interés en el trabajo en conjunto y no se reunieron más en el estudio de grabación. Una verdadera fortuna su breve existencia, imposible entender o pretender entender el rock sin las aportaciones de The Police, eso es lo verdaderamente interesante de una agrupación, es lo que le da sentido a su paso por el mundo. Sus cinco discos grabados en estudio son piezas insustituibles en toda la inagotable cultura del rock.
Es difícil definir el sonido producido por el trío The Police, su música es una mezcla de diferentes estilos y tendencias musicales que durante el tiempo que el grupo se mantuvo activo fue transformándose en función de una madurez musical que desde mi punto de vista, nunca alcanzó su clímax, pero quizás sea mejor así.
El trío surgió en la escena británica del rock durante 1977 con una marcada influencia punk, que era lo imperante en ese momento, pero durante los años ese perfil musical fue transformándose como una masa de plastilina moldeada al antojo, al capricho de sus integrantes, lo que definitivamente no deja de ser interesante, nos queda claro que The Police no seguía un guión predeterminado, no había un script para su evolución musical, no obedecían reglas, vamos, ni siquiera podemos considerarlos como una suerte de transgresores de las leyes no escritas de la música, simplemente tocaban lo que surgía en ese momento, lo que sentían y cómo lo sentían, es decir, sobre cualquier otra clasificación, debemos entender la música de The Police como una de las mejores manifestaciones de honestidad que ha habido en el rock, su fin último era hacer buena música independientemente de las tendencias y de las influencias o de los sonidos de moda en cierto momento de la historia.
El grupo desapareció, o simplemente dejaron de grabar discos y hacer giras en el verano de 1986, no podemos marcar una fecha exacta de disolución, simplemente porque no la hubo, ni un comunicado de prensa, ni un aviso, nada, absolutamente nada, simplemente dejaron de reunirse en el estudio de grabación y dejaron de hacer giras, pero dejaron cifras verdaderamente sorprendentes, 70 millones de discos vendidos en todo el mundo en una carrera activa que ni siquiera completó una década, pero suficiente para dejar su nombre escrito en la eternidad del rock.
El grupo nunca tuvo cambios en sus integrantes, los tres que iniciaron su vida activa en 1977 son los mismos que dejaron de trabajar juntos 9 años después, Gordon Matthew Sumner, en el bajo y la voz, a él lo conocemos como Sting, aguijón, esto porque en su juventud solía utilizar un jersey de rugby de rayas negras y amarillas que hacía pensar en una abeja. En la batería está Stewart
Armsotrong Copeland, único miembro originario de los Estados Unidos de The Police. En la guitarra está Andy Summers, aunque hay que mencionar que antes de él, estaba otro guitarrista que también solía tocar el piano, Henry Padovani, pero antes de alcanzar la fama fue sustituido por Summers para conformar así la formación definitiva de La Policía, una de las agrupaciones más influyentes en el rock pop cuyo sonido es indispensable en el desarrollo musical del siglo XX.
Su catálogo se compone sólo de cinco discos, el primero de 1978 llamado Outlands d’Amour, el segundo apareció al año siguiente y se llama Reggatta de Blanc. El tercero vino en 1980 y es uno de los más exitosos Zenyatta Mondatta. Ghost in the machine es de 1981 y su carrera termina en 1983 con el lanzamiento de Synchronicity. En 1986 se editó una recopilación llamada Every breath you take (the singles).
Los discos de The Police no tienen desperdicio, sus álbumes muy consistentes con música que de ninguna manera es desechable como tantas agrupaciones que graban un disco de 10 o 12 canciones y sólo se conocen un par de temas, o peor aún, graban 15 discos en toda su carrera pero siempre se escucha el mismo par de canciones de ellos. Con The Police todas sus canciones están trabajadas con incuestionable calidad, todas tienen su razón de ser y un lugar inamovible en el disco al que pertenecen, sin embargo, podemos señalar algunos temas emblemáticos, entre ellos, “Message in a bottle”, “Don’t stand so close to me”, “Walking in the moon”, “de do do do, de da da da”, “Can’t stand losing you”, “Every Little thing she does is magic”, “Wrapped around your finger”, y la que seguramente es la más conocida, no necesariamente la mejor, “Every breath you take”.
Con motivo de la conmemoración de los 30 años de su primer sencillo, The Police se reunió en el 2007 para una gira que resultó ser la más exitosa del año y en la que repasaron algunos de sus más importantes éxitos.
Hace algunos años leí un libro de cuentos o relatos cortos de Juan Villoro, se llama Tiempo Transcurrido (Crónicas imaginarias), el libro es de 1986 e inicia y termina con dos acontecimientos perfectamente marcados en la doliente historia de México, arranca en 1968, con el movimiento estudiantil cuyo desenlace ya conocemos en la ensangrentada plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco y concluye en el terremoto de 1985, que por cierto, también manchó de sangre la unidad habitacional de Nonoalco Tlatelolco. Cada uno de los relatos está aderezado por la música, concretamente por el rock que se escuchaba en el momento del desarrollo de la historia. Juan Villoro no se olvida, en una de sus crónicas imaginarias, de llamar desesperadamente a la policía.