- Vicente Leñero, realista empedernido y gran defensor de la dramaturgia en México
- El documental, el periodismo y el análisis, eran algo inédito que el autor de Los albañiles introduce en el teatro
En el ámbito escénico y por convicción, el dramaturgo, escritor, guionista y periodista Vicente Leñero (Guadalajara, Jalisco, 9 de junio, 1933-Ciudad de México, 3 de diciembre, 2014) llegó a proponer el realismo como una manera de hacer teatro en nuestro país.
“Esa era su fe y su credo”, comentó el director teatral David Olguín, quien en el marco del natalicio de Vicente Leñero, a celebrarse este 9 de junio, lo recuerda como un “realista empedernido”.
“Pensando en términos de su dramaturgia, Leñero llegó en un momento en que se pone en cuestión toda una línea de trabajo que se daba en el siglo XX basado en un realismo de corte costumbrista; es decir, más fundado en un retrato de tipos sociales mexicanos; un retrato excesivamente directo de la vida nacional”.
De acuerdo con el miembro del Sistema Nacional de Creadores del Arte (Fonca), el documental, el periodismo y el análisis, eran algo inédito que el autor de Los Albañiles introduce en el teatro mexicano: “En términos de aspectos documentales es algo que hoy en día está en boga en la dramaturgia internacional y Leñero lo hizo desde los años sesenta, quizá antes en obras como El juicio y Martirio de Morelos, por mencionar algunas”.
Otra de las aportaciones del ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura 2001 radica en la formación de estructuras dramáticas, resultado de su formación como ingeniero civil.
“Es un hombre que todo el tiempo está atento de los cimientos, de las estructuras, del juego con las causalidades aristotélicas (…). Está presente la ingeniera y la arquitectura, tan es así que una de sus obras más interesantes se llama Los albañiles, o el juego de estructuras vigente en su obra Nadie sabe nada”, aseguró David Olguín.
Si bien la Compañía Nacional de Teatro (CNT) ha impulsado el Proyecto Leñero, trilogía montada por Estela Leñero y Luis de Tavira, basada en Pueblo rechazado, Los albañiles y El juicio de León Toral, el también dramaturgo, narrador y ensayista consideró que en este momento sería interesante ver en escena La noche de Hernán Cortés: “Me parece una sus mejores obras, muy inquietante en su estructuración y heterodoxa en su visión de la mexicanidad. Esa visita a las raíces siempre estará vigente”.
David Olguín explicó que a pesar de que en sus últimos 15 años de vida se quejó de estar al margen del teatro y perdió su vínculo por una decisión voluntaria, Vicente Leñero ha sido ampliamente revisado y montado con buenas producciones: “Me atrevería a decir que de todos los autores del siglo XX, nadie defendió la dramaturgia nacional como lo hizo él. El hecho está en que en su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua, pudiendo hablar como narrador o periodista, eligió hablar sobre dramaturgia mexicana en un recuento del peso y el valor que tiene el hecho de escribir teatro en nuestro país.
“Siempre estaremos en deuda los que creemos en esa forma de escritura y los que vienen y la practican. Leñero es una fuente inagotable para conocer nuestra dramaturgia”.
El dramaturgo, actor y director de teatro radicado en Tijuana desde 1995, Daniel Serrano enfatizó que debería valorarse más su trabajo teatral: “Tal vez el mismo Leñero se opaca a sí mismo con su narrativa y su trabajo periodístico, pero eso no implica que merezca ser montado por todos lados en este país”.
Serrano, quien fue alumno de Vicente Leñero, destacó su capacidad para contar historias, ya sea a través de la dramaturgia, la narrativa o el periodismo, aunado a su generosidad y a la congruencia de su obra consigo mismo: “Su capacidad de contar historias es extraordinaria. También su construcción de personajes es impecable, pero la mayor virtud de Leñero es sin duda su finísimo oído para la dramaturgia”.
Coincidió con David Olguín en que La noche de Hernán Cortés es una de sus obras más destacadas, junto a El juicio y La visita del ángel, la cual permite entender la grandeza del oído del dramaturgo: “Me gustaría ver con la Compañía Nacional de Teatro El juicio. Me parece que la CNT tiene todos los recursos para hacer un montaje estupendo. También me gustaría ver Los perdedores y por supuesto Los albañiles”.
Con información de la Secretaría de Cultura