- Regulación de la marihuana dispararía la incidencia de casos: Issea
- No sólo es responsabilidad del gobierno el combate a esta problemática
Más de la mitad de las personas que se quitan la vida ha consumido alguna droga, sea legal o ilegal, aseguró Gerardo Macías López, coordinador de Salud Mental y Adicciones del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (Issea), quien consideró que si bien tal fenómeno social es multifactorial, no debe desestimarse el combate a las adicciones como pieza determinante para disminuir los suicidios en la entidad.
El funcionario de salud refirió que una eventual regulación del consumo de la marihuana con fines lúdicos podría disparar el ya alto número de suicidios que se dan en la entidad, “si se legaliza otra droga como es el caso de la mariguana pues es echarle leña a la hoguera”, aseveró.
Gerardo Macías mencionó que si bien México se encuentra por debajo de la media mundial en estos casos, Aguascalientes ha repuntado notablemente en el ámbito nacional, dado que ya suman 58 suicidios en lo que va del año: “Ahorita tenemos arriba de nueve por 100 mil habitantes que llegan a quitarse la vida, la media mundial es arriba de once, estamos debajo de la media mundial, pero a nivel de país sí estamos en los primeros lugares”.
El coordinador de Salud Mental y Adicciones del Issea lamentó además que el fenómeno sea replicado y que lejos de reducirse, se mantenga a la alza año con año, “y desafortunadamente luego se ha tomado como moda el hecho de que las personas lleguen a quitarse la vida, y pues no es un éxito que una persona se quite la vida, ni para la persona, ni para los familiares, ni para la sociedad en su conjunto”.
Si bien el que una persona recurra a quitarse la vida se deriva de diversos factores, el evitar que se consume un suicidio también es posible con la intervención no únicamente de las autoridades gubernamentales, sino de la familia de quien manifiesta la tentativa, señaló Gerardo Macías.
“Tener los lugares para la atención, tener los medicamentos para poder darlos, tener todo lo relacionado con el apoyo a los familiares, las áreas de terapia para duelos, el dar seguimiento a todos los pacientes que intentan hacerlo (…) cuando alguien esté triste, cuando alguien esté deprimido, cuando alguien se sienta o haya manifestado la idea que no quiere vivir, pues eso no se debe minimizar, y no los deben de juzgar. El gobierno puede decir mil cosas, puede hacer mil campañas, pero también la educación, la formación que empieza desde la familia es donde se debe estar transformando”.