- El debate sobre el matrimonio igualitario se ha cerrado por intereses particulares
- Estados confesionales desatienden recomendaciones del máximo tribunal, dice politólogo
La propuesta del presidente Enrique Peña Nieto de legalizar las uniones entre personas del mismo sexo ha sido asimilada de diferente manera en cada estado del país de acuerdo a su idiosincrasia; mientras en Colima los matrimonios igualitarios ya son un hecho, en Aguascalientes se ha dado mayor importancia a los pronunciamientos de la élite religiosa, consideró David Israel Hermez Rivera, politólogo de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
La iglesia católica predomina en la construcción de opinión pública, pero se deja de lado a las voces que pugnan por el reconocimiento de otro tipo de inquietudes que también son cada vez más difíciles de ocultar bajo el discurso tradicional: “El obispo se ha manifestado con términos peyorativos hacia la comunidad gay y pareciera que no hay consecuencias al respecto, pareciera permisible que la cúpula eclesial construya la agenda pública con base en sus propios intereses”.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sentó, el año pasado, las bases jurisprudenciales para el matrimonio igualitario, pero éstas no se han podido llevar a la práctica a causa de los criterios confesionales de algunos estados que actúan en función de sus costumbres que han relegado recomendaciones que atienden a reclamos de la ciudadanía: “Los criterios confesionales hacen que a cada estado con base a intereses políticos, y no se diga en tiempo de elecciones para no afectar al voto poco reflexivo, se corre el riesgo de perder posición política”.
Para el maestro en Investigación Social y Humanística, es lamentable que se aproveche la coyuntura electoral para negociar derechos que no privilegian a nadie, sino que buscan un ejercicio equitativo. El debate, dijo, se ha cerrado en aras de intereses muy particulares, en este caso de los conservadores.
No obstante la participación ciudadana está abriéndose paso. Manifestaciones como las marchas a favor de la diversidad sexual, programadas para la próxima semana, obligan a discutir con más amplitud estos temas.
El catedrático propuso someter las reformas al artículo 4 a una consulta pública plural donde la multiplicidad de voces tenga cabida no sólo de la comunidad gay o de los conservadores, sino de todos los actores que quieran opinar al respecto.
–¿La discusión acerca del matrimonio igualitario será determinante en las próximas elecciones?
–Yo creo que no observará ningún reflejo en las cuestiones electorales. Si no se pudo llevar en las plataformas de los partidos políticos una propuesta real para esta comunidad, no se puede hablar de un reflejo por esta situación.
Hermez subrayó que en un estado laico que apela al voto universal, debe reconocerse los derechos de todos los sectores de la sociedad, incluida la decisión de unir su vida con cualquier persona que así lo desee.