- Se oponen a la Reforma Educativa y piden alto a la represión en Oaxaca
- Piden médicos mejora del servicio
Ante las puertas cerradas de Palacio de Gobierno, poco más de 500 manifestantes se reunieron en la Plaza Principal para exigir más de una petición a la administración de Carlos Lozano de la Torre y al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Entre gritos de apoyo a los maestros que protestan contra la reforma educativa en Oaxaca, se escuchaba la exigencia de personal médico que se opone a una probable reforma a la Ley de Salud en la esfera federal, y que pide mejores condiciones de trabajo. Las peticiones se vieron acompañadas por la voz de estudiantes que pidieron al estado mejorar el ambiente y calidad educativa.
Para los manifestantes, que en ocasiones gritaban al unísono “¡médicos y maestros, unidos venceremos!”, no hubo una sola respuesta por parte de la autoridad. Lo mismo ha sucedido con las manifestaciones de grupos LGBT en el Congreso del Estado, nadie responde, los servidores públicos parecen ignorar la exigencia social, como si la voz de cincuenta, cien o más de 500 personas no se escuchara.
Andrea del Real, trabajadora del sector médico, exigió al gobierno mejorar las condiciones laborales y de atención médica para los usuarios.
“Queremos evitar la criminalización de los médicos, no tenemos con qué trabajar, los derechohabientes creen que es nuestra culpa que no haya medicamentos, que no haya camas, si no les hacemos estudios; eso no es nuestra culpa, es culpa del gobierno que no nos da insumos ni las herramientas necesarias para trabajar. Queremos que si van a reformar, lo hagan cuando haya las condiciones suficientes”.
Las pancartas del personal médico y de enfermería portaban leyendas como, “ciudadanía, defiendan su derecho a una aseguranza” y “soy médico y mi lucha es por la dignificación de los servicios de salud. No hay hospitales, no hay camillas, no hay medicinas”.
En una más se leía: “Para que la atención médica de urgencias se proporcione con calidad y seguridad, es indispensable contar con los recursos humanos y materiales suficientes e idóneos, así como criterios claros y homogéneos para atender, atenuar, detener e incluso revertir la gravedad de una urgencia. No somos suficientes médicos ni enfermeras. No hay camas suficientes. No hay medicamentos. No se puede tener atención digna y de calidad. ¿Quién es el responsable?”.
Los manifestantes provenían del Hospital General número 2, del Hospital Hidalgo, el Hospital General de Pabellón de Arteaga, Clínica número 1 del Seguro Social y del Hospital de la Mujer; entre otros.
La voz del personal médico se unió a la de los que exigen alto a la represión y condenan el enfrentamiento entre la policía federal y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ocurrido el domingo en Oaxaca que hasta ahora ha dejado ocho muertos y una centena de heridos, muchos de ellos de gravedad.
La puerta cerrada de Palacio de Gobierno se vio adornada con pancartas que mostraban leyendas como: “Oaxaca luchando, Aguascalientes apoyando” y “alto a la represión contra los maestros”; estudiantes normalistas de Cañada Honda, del Centro Regional de Educación Normal de Aguascalientes, y de otras instituciones educativas condenaron lo sucedido en dicho estado.