Sin conciencia lingüística / Alegorías Cotidianas - LJA Aguascalientes
15/11/2024

 

Ahora que es más importante el tener al ser y por ende a la cultura, podemos encontrar información carente de sentido, de estructura y de contenido. Pareciera que no ser culto o hablar de manera incoherente es lo in en la actualidad y que “ser leído y escribido” está completamente en desuso.

Aguascalientes, como Estado, tiene más universidades que España como país, y no vemos los resultados que tiene la Madre Patria ni tenemos el mismo número de habitantes como para comercializar tanto la educación. Con más de 30 universidades públicas y privadas, las redes sociales denotan una pobreza en la estructura lingüística de sus usuarios, esto no es efecto de la flojera, pues para llevar a cabo el acto de la escritura los smartphones tienen correctores, así como las computadoras y ni por ello los usuarios logran hacerlo correctamente.

Sin embargo, este fenómeno del empobrecimiento del habla ocurre también en la radio y la televisión donde los comunicadores emplean frases ya hechas sin saber si son correctas o no, hacen descripciones pobres con un vocabulario limitado o bien evidencian su poca cultura cuando hacen referencia a libros no con comentarios propios sino con sugerencias obtenidas en la red.

Si como dice el dicho “hablamos como leemos y escribimos” entonces si carecemos de alguna de estas habilidades lingüísticas es porque no llevamos a la práctica en nuestra vida la lectura.

La lectura, la buena lectura, desarrolla en nosotros un aparato crítico que nos ayuda a ampliar nuestro vocabulario, favorece la conciencia lingüística y esta nos ayudará no sólo a dar nuestros puntos de vista de manera más compleja sino también para tener una habilidad discursiva que nos permita comunicarnos de manera clara y oportuna.

Si midiéramos el nivel de cultura de los candidatos por su habla ¿quién diría usted que es más culto y que no adolece de falta de claridad mental? Es importante el que tomemos en cuenta la capacidad oral de los candidatos para poder elegir a quien con facilidad podrá ejercer el poder, transmitir su liderazgo y llevar las cuentas públicas.

La cultura no se mide, en ocasiones, por los posgrados o estudios realizados pues las personas a quienes les gusta cultivarse son autónomas y buscan la manera de que el conocimiento, de buena fuente, llegue a ellos por ejemplo, cerca de la Delegación Insurgentes, en una parada del camión de avenida De los Maestros, hay un indigente joven quien lee durante horas, toma notas y escribe sobre su lectura, lo mismo ocurre con el que pasea por avenida Las Américas quien todos los días lee el periódico mientras que los transeúntes a su alrededor revisan o se enajenan con su red social.

En ocasiones, en las personas más sencillas encontramos a los más cultos, sin poses intelectualoides, de sabelotodo o de mejor orador.


¿Cuántos universitarios conocemos que pasaron la universidad y la universidad no por ellos? De ese tipo de egresados que nos preguntamos ¿cómo les permitieron titularse? Si sus conocimientos sobre su rama son pobrísimos y dejan en mal a los de su gremio.

Tal es el caso de la candidata a alcaldesa por el blanquiazul quien en sus entrevistas y comentarios deja en claro que tiene poca habilidad lingüística y que ni sus asesores de imagen y políticos han podido salvarla. El problema no es que tenga una licenciatura y dos maestrías sino que no tiene la destreza para comunicarse y no es coherente, lo que no ocurre con las candidatas a gobernador.

Sin lugar a dudas, sus constantes tropezones lingüísticos la mantiene vigente y ahora es conocida en el ámbito nacional como #ladyelotes ¿pero es eso lo que necesitamos en una alcaldesa? Imagine usted que tenga que ejercer su liderazgo y transmitir lo que es mejor para nosotros, los ciudadanos y no pueda ser comprensible su intención.

No buscamos políticas que gasten diez mil pesos en un par de zapatos o en un tratamiento de belleza sino que inviertan en cultura y en ser lo mejor que ellas mismas, por su interés personal, puedan ser.

Como mujeres, quienes se dedican a la política en nuestro país necesitan demostrar carácter y sabiduría, no aparecer en las revistas de chismes por no saber responder coherentemente o confundir la información otorgada por sus asesores políticos.

Aguascalientes requiere representantes dignas de los puestos, que no estén en la política por el interés económico o las pensiones vitalicias, que se cultiven y conozcan a profundidad los problemas y los intereses de los aguascalentenses y sobre todo, los comprendan.

Si bien las mujeres estudiadas son estigmatizadas, imagine usted lo contrario si una de nosotras intenta obtener un cargo público y “no de pie con bola”, como se dice coloquialmente, pues muchas miradas machistas señalarán y cuestionarán el para qué estudiar tanto o algo si finalmente no lleva a nada y su estándar es parecido a quien decidió no entrarle al rollo del estudio o de la lectura, la superación, etc…

La belleza no debe de estar peleada con el conocimiento y la resiliencia es una de las características principales para un candidato pues si su habilidad verbal no le permite resolver preguntas, lo mismo ocurrirá con la administración del personal, los presupuestos y todo lo que tenga que ser resuelto.

El reto de las mujeres no es sobresalir en la política sino tener una vida libre de violencia y equitativa, esto sólo lo lograremos si trabajamos en nosotras, en nuestras inteligencias y sabiduría. El objetivo de la educación no es ser mejores los unos de los otros sino ser cada uno de nosotros gestores de conocimientos y promotores de cultura.

Ser mujer en México es difícil y romper los estereotipos para destacar sin parecer actriz de telenovela aún más, por ello es importante impulsar la educación, cambiar el paradigma de que las mujeres no estudian y no son pensantes, tal vez hay muchas madres de familias, ejecutivas, obreras, profesoras, trabajadoras y entusiastas con una inteligencia y sabiduría sobresaliente quienes viven en el anonimato y seguro serían unas dignas representantes de nuestro municipio, unas grandes alcaldesas, con una buena conciencia lingüística, quizá para las próximas elecciones podamos ser partícipes de una mejor opción.

Laus deo

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