- Reiteró que el municipio no puede subsidiar a la Academia Taurina
- La iniciativa privada debería financiar a este espectáculo
Resulta inadmisible que los gobernantes impulsen determinadas actividades con base en sus gustos personales, aseguró Alejandro Vázquez Zúñiga, candidato a la alcaldía de Aguascalientes por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien se refirió en particular al apoyo que el gobierno de Carlos Lozano de la Torre ha dado a las corridas de toros a lo largo de su sexenio, reprobando que tal situación implique la erogación de recursos públicos: “A veces los gastos municipales o estatales están en función de ciertas aficiones o gustos que tiene el gobernante en concreto; nosotros vimos que hubo una administración que le dio una preferencia de gasto al futbol, luego llega otra administración que da un impulso muy grande a la tauromaquia incluso llegándola a declarar patrimonio inmaterial. Nos parece innecesario que se ejerza gasto público en un área que representa un interés particular”, dijo el perredista, quien agregó que “no estamos a favor de las prohibiciones, pero sí estamos a favor de que el gasto público no sea usado para intereses particulares”.
El abanderado por el sol azteca reiteró sus intenciones de retirar todo apoyo gubernamental a la Academia Taurina Municipal en caso de lograr la victoria en las urnas, no obstante aclaró que su propuesta no pretende la desaparición de dicha escuela, sino el entregarla a la iniciativa privada: “Quien lucra con la preparación de los jóvenes toreros son los empresarios y estos empresarios generan muchísima riqueza, nos parece que esa riqueza que generan pudiera destinarse a que mantengan la Academia Taurina Municipal”.
El candidato a la presidencia municipal dijo además que todo subsidio dado al espectáculo taurino debiera redirigirse a otras actividades ya sean deportivas o culturales, mismas que representen los gustos de la sociedad aguascalentense sin importar su estrato social: “Es posible que esos más de cuatro millones se destinen a otros fines, uno de ellos es el deporte, que más allá de que nos guste a todos tal o cual deporte, seguramente tendrá menos desaprobación que las corridas de toros (…) Es un espectáculo clasista, agrupa a una clase privilegiada, está dirigido a un espectro muy específico de la población que no necesita un subsidio municipal”.