Golpe de estado / Taktika - LJA Aguascalientes
21/11/2024

 

Colegio de Estudios Estratégicos y Geopolíticos de Aguascalientes, A.C.

Palacio de Planalto, Brasilia, Brasil. 12 de mayo de 2016. Tras ser notificada de que el Senado brasileño le ha retirado el cargo de presidenta, Dilma Rousseff, flanqueada por sus correligionarios, dirige un belicoso y emotivo discurso. La política carioca dice: “Vamos a demostrar al mundo que hay millones de defensores de la democracia en Brasil”, los cuales “están contra el golpe cometido para que se mantengan movilizados, unidos y en paz”.

Detrás de Rousseff se encuentra su antiguo jefe, el ex mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, quien utiliza un pañuelo para limpiar la mezcla de lágrimas y sudor que inundan su triste rostro.

La escena arriba descrita sirve como prefacio al presente artículo, el cual pretende explicar el génesis del concepto de golpe de Estado, cuáles son sus características, definirlo y decir que la destitución de Dilma Rousseff es, a todas luces, un golpe de Estado propalado por la oligarquía brasileira y sus amos en América del Norte.

La primera vez que se utilizó el vocablo fue en Francia, en 1785. El término “golpe de Estado” en un texto diferente al idioma francés apareció el 7 de enero de 1802 en el periódico británico, Morning Chronicle. El rotativo londinense utilizaba la expresión para decir que Napoleón Bonaparte había arrestado a un grupo de generales que habían conspirado contra el Gobierno bonapartista.

Habría de pasar más de un siglo para que la técnica de golpe de Estado fuera refinada. Durante la Revolución rusa, Lenin comisionó a un individuo de amplia frente de intelectual, nariz corva y barbita de espadachín para que derroque al Gobierno. Ese hombre, presidente del Soviet de Petrogrado, había nacido en Ucrania, y era llamado Lev Davidovich Bronstein, mejor conocido por su nom de guerre: Trotsky.

Trotsky, gracias a su titánico poder de persuasión, había moldeado a los obreros y soldados para arribar al poder. En la noche del 6 al 7 de noviembre de 1917, los Guardias Rojos se apoderaron de las centrales de teléfonos y telégrafos, de las oficinas del Estado Mayor, de las estaciones de ferrocarril, de las fábricas de gas, agua y electricidad, desdeñando todos los ministerios y servicios puramente administrativos.

“Sin derramar sangre, los bolcheviques se habían convertido en los amos de la capital”1, pues el Gobierno quedó impotente, porque se encontró totalmente aislado; no funcionó ninguno de los servicios y “la máquina administrativa tiene que pararse por sí sola”2.


El hebreo Trotsky, de esta manera había establecido los parámetros de un golpe de Estado: ubicación, enfocado a los órganos del Estado; dirección, hacia arriba en la escala jerárquica; propósito, deponer al jefe de Estado; método, cruento o incruento.

Quien mejor supo captar la actuación de Trotsky y sus Guardias Rojos, fue un periodista italiano, Curzo Malaparte. En su libro Técnica de Golpe de Estado, Malaparte dice que: “El problema de la conquista y defensa del Estado no es político, sino un problema técnico”, pues se debe saber cuándo y cómo ocupar los recursos vitales del Estado.

Posteriormente, en los años 60 del siglo pasado, los politólogos Edward Luttak y Samuel P. Huntington –un rabioso mexicanófobo- definieron el concepto de golpe de Estado y establecieron una taxonomía.

Para el diccionario Larousse, golpe de Estado es una “acción de una autoridad que viola las formas constitucionales” o “la conquista del poder por medios ilegales”.

¿Por qué decir que los sucesos ocurridos en Brasil son un golpe de Estado? Primero, Dilma Rousseff había ganado la elección presidencial de 2014 con 54 millones de votos. Sin embargo, los diputados y senadores brasileños, muchos de ellos mismos manchados con actos de corrupción, decidieron someterla a juicio político.

Segundo, los grupos opositores Movimiento Brasil Libre y Estudiantes por la Libertad reciben financiamiento del exterior. En particular de los millonarios estadounidenses Charles y David Koch, quienes están ligados a la extrema derecha yanqui.

Tercero, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, otrora aliado político de Rousseff, fue informante de la Embajada de los Estados Unidos en Brasilia, tal y como lo reveló Wikileaks.

 

Para el periodista y abogado estadounidense, Glenn Greenwald, lo ocurrido en Brasil es: “el desmantelamiento -aplastamiento- de la democracia en el quinto país más grande del mundo”.

Por todo lo anterior, se debe decir  y gritar a los cuatro vientos: en Brasil ocurrió un golpe de Estado.

Aide-Mémoire.- Ana Cecilia Hornedo Marín, oriunda de Rincón de Romos, es un puente viviente entre Aguascalientes y Francia.

 

  1. – Deutscher, Isaac. The Prophet Armed Trotsky: 1879-1921. London., Verso, 2003,  p. 256
  2. Aguirre, José Fernando. La Segunda Guerra Mundial Tomo I. Barcelona, Editorial Argos Vergara, 1981, p. 18
  3. – Brazil´s Democracy to Suffer Grievous Blow as Unelectable, Corrupt Neoliberal Is Installed https://theintercept.com/2016/05/11/brazils-democracy-to-suffer-grievous-blow-today-as-unelectable-corrupt-neoliberal-is-installed/


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