Boletas electorales / Debate electoral - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Si bien dentro de un proceso electoral, existen múltiples factores y elementos que permiten llevarlo a cabo, hay  un ingrediente sin el cual no pudiera efectuarse, el cual es, sin duda, las boletas electorales.

Nuestra legislación no distingue entre lo que debe entenderse por material y documentación electoral, y en repetidas ocasiones se comete el error de considerarlo como un mismo concepto, cuando en la realidad, material y documentación constituyen nociones muy distintas.

El material electoral lo constituye el conjunto de objetos o instrumentos físicos necesarios para la correcta celebración de la jornada electoral, como pueden ser, entre otros, mamparas o canceles modulares, urnas, mesas portaurnas, cajas para paquete electoral distrital y municipal, sellos de goma, cinta adhesiva con logotipo y denominación de la autoridad electoral correspondiente (en este caso, el Instituto Estatal Electoral), manta informativa sobre la instalación de casilla, manta sobre la indicación de votantes según orden alfabético, carteles de publicación de resultados electorales por casilla y por tipo de elección, líquido indeleble (conocida como tinta indeleble), hojas para hacer las operaciones de cómputo según el tipo de elección, hojas de incidentes, sobres para introducir documentación electoral, artículos de oficina, etcétera. En cuanto a la documentación electoral, ésta puede ser definida como el conjunto de documentos relativos al proceso electoral, y que tienen por objeto hacer posible la emisión, verificación y cuantificación del voto ciudadano, y por lo mismo, pueden ser del conocimiento público, tales como las boletas electorales, las actas de jornada electoral y de escrutinio y cómputo, y en general todos los documentos expedidos en el ejercicio de sus funciones por los órganos administrativos electorales atinentes, como por ejemplo las actas circunstanciadas de las sesiones de cómputo de los consejos distritales y municipales.

Así las cosas, a pesar de existir un desarrollo tecnológico de grandes magnitudes, en nuestro país, el factor desconfianza sigue predominando en el sistema electoral mexicano y ello obliga a que el método de votación siga descansando en elementos físicos, es decir, en documentos, lo cual pareciera de índole prehistórico, sobre todo debido a la presencia de los medios electrónicos en casi la totalidad de nuestras actividades diarias, además de que en otros países, la votación electrónica ya es una realidad, generando evidentes ahorros derivados de obviar actividades tales como impresión, traslados, cómputos, resguardos y posterior destrucción de una cantidad importante de papelería. En México, necesitamos contar con los elementos físicos que acrediten y dispersen las dudas del sentido de la votación de los mexicanos, si bien resulta a primera vista un dispendio de recursos innecesario ante la opción de la votación electrónica, al final del día, debemos reconocer que es el único mecanismo que disipa casi en su totalidad las dudas y especulaciones de algún fraude en el sentido de los resultados postelectorales.

Las etapas en donde se ponía en duda la autenticidad de la votación en una determinada elección han quedado atrás, las posibles crisis no se ubican ya en el día de la jornada, ahora los mexicanos tenemos la plena certeza que cada voto cuenta y que los cómputos pasan por una multiplicidad de candados para que al final del día se tenga la certeza de que los resultados que nos arroje la jornada electoral son producto de la sumatoria de todas las boletas electorales depositadas en las urnas.

En ese contexto, las boletas y actas electorales a utilizarse el día de la jornada electoral toman una importancia mayúscula, y por ende, el mecanismo observado para su diseño, producción, impresión, entrega, traslado, conteo, sellado, enfajillado y posterior entrega a todos y cada uno de los presidentes de mesas directivas de casilla, retoman un matiz estratégico para el sano desarrollo de la jornada electoral y en general de todo el proceso electoral.

Esta papelería, diseñada enteramente por el Instituto Estatal Electoral, por vez primera en la historia electoral reciente en el Estado, será producida en los Talleres Gráficos de México, con todas las medidas de calidad en la producción y en la seguridad que ello implica. Se tiene previsto que la próxima semana sea trasladada dicha documentación a la ciudad de Aguascalientes, bajo un fuerte dispositivo de seguridad federal, para que sea resguardada en la bodega central del IEE. A partir de ahí se realizarán los trámites de sellado (por el reverso) con una marca de la autoridad, clasificada y agrupada para considerar el número exacto de ejemplares por casilla, equivalente al número de electores, y embolsada, de tal manera que, durante los primeros días de junio, sean entregados a cada uno de los presidentes de las Mesas Directivas de Casilla, la cantidad precisa de instrumentos mediante los cuales se podrá escuchar la voluntad de la ciudadanía.

Es, desde ya, un arduo trabajo que se vuelve más complejo conforme avanzan los días, pero es prueba manifiesta que la autoridad electoral se encuentra trabajando, en tiempo y forma, para que el próximo 5 de junio, dentro de la mampara, cada uno de los aguascalentenses con derecho a votar, tengamos una cita impostergable frente a la boleta.

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