Los papeles de Panamá, o #PanamaPapers como los bautizó el registro civil moderno llamado Twitter, son un conjunto de filtraciones que evidencian el destino de ingresos extraordinarios de empresarios, actores, deportistas, artistas y de políticos a paraísos fiscales en Panamá utilizando el despacho Mossack-Fonseca.
Así se evidenció que el señor Hinojosa de Grupo Higa (el de la Casa Blanca) tuvo una transacción de más de 100 millones de pesos, que Salinas Pliego compró unos yates, que Vargas Llosa guardó un dinerito, que el primer ministro de Islandia ocultó algunos ingresos y que otros personas de África, Asia y América ocultaron ingresos extraordinarios para evadir el fisco, en Panamá.
Hay dos precisiones: como bien dijo Obama, y desgraciadamente es cierto, a final de cuentas esa evasión fiscal y uso de estos paraísos puede ser legal, por lo que los ventilados al menos en México siguen y seguirán muy tranquilos, la segunda precisión es que no debería quedarse sin sanción porque se trata de un actitud carente de moral, de dignidad y de responsabilidad evadir el fisco local y ocultar riquezas, porque ese dinero seguramente tiene un origen ilícito.
Por eso afirmo, como el título de esta columna, el asunto de Panama Papers es un asunto de falta de voluntad y es que a los políticos en este lado del mundo y mucho más en México les falta la voluntad de querer ser transparentes, de rendir cuentas, de ser responsables y, como diría Jorge Castañeda, de tener vergüenza y recuperar su dignidad. Si bien el uso de estos paraísos fiscales es legal, se trata de una evasión de responsabilidad, de ser transparente y de rendir cuentas, se trata de no querer ser lo que un gobierno democrático y moderno exige, en ese caso a los gobernantes o a los que reciben recursos públicos les pedimos que se abstengan, si les hace falta ese cachito de voluntad, mejor ni hagan campaña.
Como este caso, seguro han existido, hay y habrá unos cuantos más que desconozcamos que involucran a personajes políticos de primer nivel. Sin embargo no los conoceremos porque también el asunto de Panama Papers es un asunto de falta de participación, afirmo y sostengo que los gobiernos, funcionarios y acciones transparentes se logran con la voluntad política del sujeto pero más aún con la participación activa de los ciudadanos, ciudadanos que exijan, que soliciten, que cuestionen, que evalúen y que sancionen.
Los ciudadanos son principales responsables de la información pública, del uso de los recursos y de las acciones de los gobernantes, si bien el diseño institucional hace lo posible para evitar que los ciudadanos cumplan esa misión, es responsabilidad de los ciudadanos romper los candados y exigir esa información que por ser del gobierno es propiedad de los ciudadanos y de nadie más. Por eso los periodistas que dieron a conocer el escándalo de Panama Papers hicieron bien, esa información les concierne a todos.
Los gobernantes e instituciones con su carente voluntad de ser dignos, de ser responsables y transparentes se encuentran en una zona de confort cuando las normas, leyes, cultura política y arreglos institucionales limitan la participación ciudadana, así los ciudadanos se quejan desde el Facebook o simplemente no se quejan. Sin embargo, en una sociedad donde se incentive la participación de los ciudadanos o los mismos ciudadanos tengan la cultura de exigir, este tipo de políticos sin dignidad y sin voluntad de ser transparentes terminan sometiéndose a la ciudadanía y renunciando (Islandia) o pidiendo disculpas públicas (Inglaterra).
La participación de los ciudadanos incentiva la voluntad de los políticos, quizá debería cambiar la palabra participación por insistencia: la insistencia de los ciudadanos incentiva la voluntad política de ser dignos y transparentes, de rendir cuentas y no estar en la oscuridad de los malos movimientos y evasión fiscal.
Por último, en México la 3de3 es un ejercicio que busca evitar este tipo de casos que buscan conocer todos los ingresos de los funcionarios públicos, saber su declaración de impuestos y las relaciones amistosas, familiares o laborales para evitar la corrupción. Sin embargo la 3de3 no funcionará nunca si los ciudadanos no se vuelven inquietos, insistentes y hasta molestos hacia los políticos, de nada nos sirve que los funcionarios publiquen sus declaraciones diciendo que ellos tienen diez pesos y una casa de cartón si no hay nadie que lo compruebe o que exija la verdad.
Ejercicios como emitir solicitudes a los gobiernos, exigir información, evaluar a los gobernantes y sancionarlos con los votos son ejercicios que fomentan una cultura de transparencia, sé que estamos lejos, quizá muy lejos de ese lugar que imagino, sin embargo debemos avanzar, hacer pedagogía en la política, exigir gobernantes transparentes que no tengan miedo a ser recordados como gobernantes con algo de dignidad.
@caguirrearias