La semana pasada la activista y reportera mexicana Jovana Espinosa envió una petición a través de change.org México para solicitar a Sony Music y a la Secretaría de Gobernación eliminar el video del cantante grupero Gerardo Ortiz de cualquier medio digital o de comunicación por ofensivo, y generar la construcción de un estereotipo de mujer que la degrada.
Gerardo Ortiz, cantante de música de banda, sacó al mercado un video que relata la historia de un hombre que sorprende a su pareja manteniendo relaciones sexuales con otra persona.
Ante este engaño, asesina a balazos al hombre con el que su pareja lo engañó, amordaza a la mujer y con lujo de violencia la introduce en la cajuela de un vehículo al que le prende fuego.
Jovana, que también forma parte de Amnistía Internacional en Querétaro, inició un movimiento para que este tipo de contenido musical basado en actos de violencia hacia las mujeres deje de transmitirse.
Esta denuncia no sólo expone una forma de resolver los conflictos de pareja a través de la violencia, sino también hace un llamado a las nuevas generaciones pues este tipo de propuestas musicales asume que este tipo de acontecimientos “es algo natural”, que se asocia con un “acto de amor” del hombre hacia la mujer.
Permitir que se transmita este tipo de contenidos no sólo degrada a las personas que intervienen relatando un conflicto en la relación de pareja, también a quien las escucha y reproduce una forma de actuar frente a circunstancias desafortunadas.
Así como existe televisión basura que pretende reproducir conductas orientadas al consumo, y generan audiencias que no analizan ni cuestionan contenidos, en la música también se reproduce un fenómeno similar, ya que cuando se escucha en el entorno cotidiano una forma de actuar y de ver la vida, los jóvenes que están en la búsqueda de modelos a seguir, van a considerar que esta es la forma de resolver los conflictos de pareja.
Me pareció totalmente adecuado el llamado que hizo Jovana Espinosa: denunciar esto, desautoriza la violencia hacia la mujer que termina en muchas ocasiones en feminicidio. Es también una forma de exigir mejores contenidos en las propuestas musicales que están escuchando las nuevas generaciones.
Después del respaldo de feministas, defensores de derechos humanos y diversos grupos sociales, Jovana ha recibido amenazas que le exigen que deje de tratar este asunto, que le va a costar muy caro si continúa exponiendo en los medios “estas tonterías feministas”. También los seguidores del cantante que son generalmente jóvenes y muchas de ellas mujeres atacan a Jovana en las redes sociales porque asumen que es una agresión hacia el cantante y su música.
Por su parte Gerardo Ortiz, el protagonista de la canción y el video, convoca a una conferencia de prensa en donde invita de manera selectiva a algunos medios de comunicación y en su postura desestima las críticas diciendo que “nadie está muerto, ni nadie salió maltratado en la filmación”.
En una sociedad democrática el límite de nuestro derecho se determina cuando invades o lesionas el derecho del otro.