El mundo es para los que escriben y pocos se dan cuenta. Todo emana de las ideas de alguien y, aunque bastantes lo nieguen, estas deben de ser escritas de manera coherente y concisa. Los merolicos, locutores, conductores o parlanchines tienen de dos sopas; o redactan lo que dicen, o alguien más lo realizó por ellos. Los directores de cine y productores se encargan de materializar la visión de un guionista. Incluso, aquellos cineastas que generan “una idea” y posteriormente contratan un escritor para desarrollarla… no serían nada si ese papel con letras. El vídeo, cine, filme o como le quieran llamar, es un medio colaborativo pero depende enteramente de los hombres y mujeres que pueden expandir las ideas. Es la base de todo.
Cuando estaba en la universidad, más de la mitad de mis compañeros de clase querían dedicarse de alguna manera a los medios audiovisuales. Claro, sin tener cultura alguna visual como entusiastas o fanáticos o bien el extremo contrario: aquellos que leyeron cinco minutos alguna lista (o ese volumen enorme) de 100 películas para ver en la vida. Hablo de quienes ni siquiera han escrito en su vida por qué el pollito cruzó el camino o grabado el bautizo de su sobrino y ponen frases de Bergman, Lynch y Hitchcock en sus muros de Facebook. Tampoco he visto todo lo que debería ver un fanático del entretenimiento pero creo que hay que ir más allá de Metropolis y encontrar el valor a las comedias stoner, el cine basura e incluso encontrarle el valor hasta a cosas nacionales bastante dignas como No sé si cortarme las venas. ¿Por qué no? Hasta para criticar hay que consumir. Es como todos esos colegas que hablan pestes de Televisa pero ¿hace cuantos años que no ven telebasura? ¡Para hablar hay que saber!
Argumentaba en un principio el tema de que el mundo es para los que escriben, porque incluso pertenece a los reporteros (los de verdad), editores, ensayistas, académicos y bloggeros. Un vídeo, ya sea un clip de 2 minutos para Facebook o un documental de 60 minutos para televisión por cable, depende del guión y creatividad de alguien. No basta con saber técnicas, hay que tener una idea. Lo digo porque leía un ensayo en Gawker acerca del fin del internet escrito, por el auge de los formatos de vídeos en medios sociales, más allá de una red centrada en imágenes en movimiento como YouTube.
Los reporteros, analistas, redactores y escritores seguirán teniendo trabajo, realizando ¿guiones? para estos clips. Solamente, digo esperanzando, hay que acostumbrarse a un no tan nuevo orden en el que son contadas las historias. El futuro de los medios digitales emergentes se parece demasiado a la televisión, pero no tiene que ser algo malo. Hoy uno realiza clones de Pictoline (según los poco avispados), mañana dado lo relativamente barato de cámaras y equipo para editar, podríamos estar generando seriales de ficción para contar una historia, incluso explicando noticias.
El futuro me emociona bastante.
@masterq | bocadillo.mx