Difícil decisión / De imágenes y textos - LJA Aguascalientes
23/04/2025

Estimado lector, le comento, cuando uno comparte el aula con jóvenes con talento no queda más que reconocerlos y motivarlos a que no bajen la guardia. Frente a un panorama nacional tan difícil como éste, el que padecemos ya desde hace muchos, pero muchos años atrás encontrar el oasis dentro de un aula universitaria no tiene precio.

Si bien mi manera de premiar el esfuerzo de los estudiantes es así, cediendo un poco de papel en este diario, el más plural y analítico de la nación, esta vez no fue fácil decidir quién. Desde hace dos semanas las columnas estaban listas, redactadas y revisadas. Leídas en el salón de clase por sus autores, aguantando la opinión, crítica y retroalimentación de sus compañeros y la de un servidor, justificando y defendiendo su postura, aprendiendo, sobre todo aprendiendo.

Qué ganas de publicarlos a todos, cada uno en su estilo, con sus aciertos y sus áreas de oportunidad, con temas interesantes y con la visión fresca de quien está iniciándose en la comunicación. Y después de dos semanas de deliberar, sin poder postergar más la publicación, la decisión fue excesivamente difícil, me hubiera gustado que leyeran a todos. Natalia Villagrán Ramos es una joven estudiante de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UVM. Ella, como el restos de sus compañeros, se dio a la tarea de escribir con la libertad de encontrar un tema de su interés, el que más les llamara la atención, es así como resulta esta intervención de nuestra novel columnista.

 

Natalia Villagrán Ramos

Hola. Soy un ciudadano

¿Para qué voto?

Hola, soy un ciudadano, no un habitante ¿Cuál es la diferencia? El habitante respira y vive en México, y yo simplemente me hago responsable de mis derechos y obligaciones. Y el problema… México está atascado de habitantes, ¿dónde están los ciudadanos?

La base de todo pueblo educado y preparado para el cambio es asumir el reto, así de simple. Parece ser que incluso esas palabras bonitas colorean un futuro bueno y prometedor. Pero regresando a la realidad del problema presentado en la mayoría de los países latinoamericanos (porque no sólo nos sucede a nosotros), ¿cómo va a ser posible sostener todo un desarrollo económico y sociopolítico sin ciudadanos preparados, que comprendan y mantengan viva la llama del cambio? El único olor que alcanzo a percibir es el de… “es hora de echarnos la culpa y dar el paso nosotros”. Y me doy la vuelta a analizar la interminable cuestión de que la educación forjará una sociedad completa y comprometida con el futuro.


Pero… ¿por qué las universidades egresan jóvenes conformistas?, que no se quejan, no exigen un cambio, quieren maestros pasalones, y jamás batallar, no critican, ESA ES LA PALABRA… ¡no critican! Si la gente es creyente en México, no sólo de un Dios, sino de una democracia, debería de ser consciente de que votar por alguienm por el que no confía, más que votar por un político que no quiere, traiciona su propio espíritu de la democracia.

Esta mañana quería comprobar esta teoría, y las cifras que encontré de hace tres años en nuestro país me devolvieron la llamada a concientizar:

El porcentaje de mexicanos que entran a la universidad es mínimo, apenas 24 o 25%, en comparación con Corea del Sur 93% y Chile 47%.

 

El 40% no termina el bachillerato, el primer motivo de deserción: la escuela no les gusta, no les interesa, no le ven ninguna utilidad.

Toda la culpa se le echan al gobierno, y de repente la tortilla se voltea aplastándonos a los ciudadanos. ¿Acaso hicimos algo mal? La respuesta está en nosotros, China y Estados Unidos egresan miles de millones de universitarios y nosotros egresamos la mayoría de apenas la secundaria.

Se tiene que estudiar, leer, ser el mejor en lo que hagamos, haz lo que amas y ama lo que haces, y CRITICAR lo que no nos gusta. Los conformistas le llaman criticar como “ser negativo”. Yo le llamo “hola, yo sí conozco mis derechos”, no lucho sólo por lo que necesito, sí sé lo que merezco.

Cualquiera puede tener un título, ser abogado o doctor, pero encontrar en qué eres bueno y luchar por ser el mejor va a marcar una distancia más larga que la que todos ya recorrieron hasta ahora.

Yo ya me cansé, sin embargo eso no me detiene, bien lo dicen por todos lados: “Los idiotas mandan porque los idiotas los eligen”.

A veces escuchar “yo no me meto en la política” me habla de que muchos son partícipes de evadir la responsabilidad que les debe de competer, no los culpo ni los juzgo, sino los critico, porque la educación, la salud, la vida de las familias de la mayoría de nuestro México parte desde esa responsabilidad.

Política, un tema que debería interesar a los mexicanos. El único requisito es leer. ¿A donde van todos? Vota, anula, pero no tomes una decisión fundada de completa ignorancia.

Gracias, mexicanos, por mostrarnos un año más que el sentido común es el menos común de nuestros sentidos.

Quizá todo lo que dije no resuelva nuestro problema en México. Tal vez esa sea la razón por la que nuestra democracia esté muy lejos de ser participativa: por los mismos ciudadanos.

Natalia Villagrán y su metavisión del entorno. La esperanza en la juventud y la confianza de que estas generaciones transiten por el camino del análisis y la propuesta.

 

ericazocar@hotmail.com |  @ericazocar


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