El pasado fin de semana finalizó la temporada de Microteatro Aguascalientes Por cabaret, en la que creí que la temática sería teatro político un tanto contemporáneo, parecido al que surgió en la Ciudad de México en los setentas. Sin embargo, esta temporada no solo incluyó este movimiento teatral sino también la temática giró en torno a las chicas que en los 40 y 50 se dedicaban a bailar y cantar en los cabarets. Fueron once propuestas escénicas de 15 minutos, quizá un poco más, en un espacio de 15 metros cuadrados y con público limitado en cada sala.
La experiencia fue muy grata, al ver tantos tópicos que encierra una sola palabra: CABARET. Algunos de los microteatros recurrieron a la relación de las cabareteras con sus clientes, situaciones en las que la pasión e incluso el amor entre ellos ocasionan tristeza, alegría y hasta tragedia como en Chilaquiles en salsa roja, donde la protagonista, en su afán de lograr ser la novia respetable de su cliente, se da cuenta que la engañó y la tomó como una “más”, y entonces comete un crimen pasional. O aquella relación entre un escritor con una artista de cabaret y que al ser tanto su enamoramiento hacia ella le escribe una emotiva carta de despedida por la relación que no pudo ser, esto en la obra Sáname Roma. Luego estuvo Casting porno, original de José L. Tofé Ortego, montaje con un humor ácido en el que dos directoras hacen casting a los espectadores para formar parte de una película pornográfica. Entre bromas y demás la puesta se convierte en toda una experiencia interactiva con el público.
Hablando de cabareteras, otro buen ejemplo de este oficio fue Aquel cabaret de Berlín, que de manera deliciosa -porque realmente fue un buen banquete teatral-, la historia nos lleva a los recuerdos de una diva del cabaret que vivió en los años treinta y cuarenta, antes de la Segunda Guerra Mundial, quien relata a su nieta (que por cierto quiere ser artista como su abuela) aquellos años en los que la diversión, el lujo y la buena música eran referentes en los grandes salones de Berlín; o aquella historia de los artistas que trabajan dando espectáculos en un cabaret y tras bambalinas se reflejan las personalidades de cada uno de ellos hasta llegar a la traición, como en Cabaret rojo.
Cada sala nos mostró breves pasajes del mundo del cabaret, de la trata de blancas que en algunos de estos lugares se da, como en Olfato de sabueso, donde se reclutan chicas, la mayoría jóvenes que son obligadas a realizar el oficio más antiguo del mundo como víctimas de un delito que no se ha podido erradicar. Pero también hubo simpleza y el buen humor en las historias, como en Plumas en el cielo, historia en la que una mujer que se dedica a brindar sus servicios en un cabaret, llega al cielo y a partir de ahí se da cuenta que todavía hay mucho por hacer, y en Por atrás que mostró a una gran estrella, cantante de la música norteña, que a pesar de haber alcanzado la cúspide de la fama no fue feliz y entre tequila y tequila y cantando, cuenta sus vivencias en los cabarets en donde trabajó.
Me quedaron en el tintero: Putísimas las señoritas y se casaron de blanco, Un putero de cielo y Miénteme mucho. Esta última, por cierto, si no me equivoco, fue la única que trató el teatro cabaret de corte político.
Sin duda, Microteatro Aguascalientes le ha dado un giro interesante al teatro local desde que inició en agosto del año pasado, y aunque hay varios creadores que no se identifican con esta nueva manera de hacer teatro, el público acude y se suman cada vez más espectadores que, en muchos casos, ya tienen la adicción de consultar la cartelera y preguntar: ¿Cuándo empieza otra temporada y qué temática va a ser? Con esto nos damos por bien servidos los que promovemos y somos teatrófilos por convicción. Ahora a esperar con ansia la siguiente temporada, Por La Música y Los Musicales, que comienza el 10 de marzo.
Espero poder leer un comentario verdaderamente contundente y crítico en las próximas hojas de “La Jornada”. Supongo que “La Jornada”, tiene el mismo nivel intelectual que en la Ciudad de México. Pero sinceramente no se observa con este tipo de artículos.
Es respetable quien realiza un teatro como hobbie o como un verdadero teatro profesional, sin embargo gracias a estas opiniones la gente no distingue entre lo que es de calidad y lo que no. Quienes son los “cultos” de la ciudad, en realidad no saben absolutamente nada de lo que es la cultura, simplemente quieren aparentar saber y solo es una etiqueta.
En verdad me molesta leer esto. No engañen a la gente ¡Por Dios!, y no se aplaudan entre ustedes mismos.