Las tres “bes” alemanas / Sobre la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes - LJA Aguascalientes
01/07/2024

El sexto concierto de temporada es, sin duda, el concierto más equilibrado y más atractivo de la temporada, incluso desde el punto de vista comercial o taquillero, si me permites la expresión, es el que más llama la atención. Originalmente se había programado el Concierto de Brandenburgo No. 3 de Johann Sebastian Bach, el Concierto para piano No. 3 de Ludwig van Beethoven y la Sinfonía tercera de Johannes Brahms, finalmente, y me imagino que a sugerencia del solista al piano, el maestro Fabrizzio Vargas Saavedra, se decidió interpretar el Concierto No. 5 Op. 73 en mi bemol mayor “Emperador” del mismo Beethoven, y de Brahms se ejecutó la Sinfonía No. 4, Op. 98 en mi menor, sin embargo, justo antes de iniciar el concierto, el concertino de la OSA, el maestro Román Pavón Estrada, informó al público que en lugar del tercero de Brandemburgo se ejecutaría la Suite No.2  para Flauta y ensamble de cuerdas del mismo Johann Sebastian Bach. Todo dispuesto de esta manera, inició el concierto.

Me parece muy importante que al abordar un repertorio como el que abrió el sexto concierto, es decir, barroco, se intente ser fiel, en la medida de las posibilidades, al contexto histórico en que la partitura en cuestión fue creada, en este caso, la Suite No. 2 para flauta del padre de la música. Evidentemente este repertorio no es para orquesta sinfónica, recordemos que en el período barroco no existía esa entidad musical que surgió en el clasicismo, por lo que se montó un ensamble de la propia Sinfónica para la ejecución de la obra de Bach, tres violines primeros, tres violines segundos, dos violas, un violoncello, un contrabajo, clavecín y evidentemente la flauta que fue ejecutada por el maestro Raúl Garza Paz, integrante de la Sinfónica de Aguascalientes, todos de pie y sin director, es decir, lo más cercano a la forma de hacer música en el siglo XVII, si acaso, y poniéndonos muy exigentes, tendríamos que considerar que en el barroco no existía la flauta traversa, pero claro, entendemos que es difícil, si no es que imposible, conseguir una flauta de época, aunque también sabemos que para ser irreprochablemente fieles al contexto histórico del barroco habría que utilizar oboes di amore o violas da gamba, pero para eso necesitaríamos pedirle a gente como el catalán Jordi Savall, especialista en música antigua, que viniera a hacer esa ejecución, lo cual sería maravilloso pero resulta casi imposible. Muy solvente y digna la ejecución que hizo el ensamble de cámara de la OSA con la Suite No.2 para flauta de Bach, la cual está estructurada en siete movimientos.

Siguiendo con la cronología de la trinidad santa de la música, según dicen los alemanes, después del padre de la música, Johann Sebastian Bach, viene el hijo, Beethoven, cuyo discurso musical tiene el poder redentor. Del divino sordo se ejecutó el Concierto para Piano No.5, Op. 73 en mi bemol mayor “Emperador”, una obra escrita en los tres movimientos clásicos del lenguaje concertante, un movimiento lento en medio de dos rápidos, en este caso, un allegro, seguido por un adagio poco mosso y termina con un Rondo allegro ma non troppo. El compromiso de la ejecución del piano, como ya lo comentamos líneas arriba, fue encomendado al maestro Fabrizzio Vargas Saavedra, joven músico de Xalapa, Veracruz, que nos propuso una versión muy convincente de esta exigente y demandante partitura, fino en su digitación, técnicamente irreprochable y lleno de sensibilidad, de eso que no se aprende en los conservatorios y academias de música.

Para la segunda parte del concierto disfrutamos de una sólida y contundente lectura que el maestro Revueltas hizo del cuarto y último capítulo sinfónico de Brahms, cuya música los alemanes le conceden propiedades de inspiración y consoladoras, de ahí que, además de una cuestión estrictamente cronológica, se le considere como la tercera persona de la trinidad santa de la música alemana. La Sinfonía No. 4, Op. 98 en mi menor de Brahms está estructurada, como casi todo el repertorio sinfónico, en cuatro movimientos: Allegro non troppo; Andante moderato; Allegro giocoso, poco meno presto-tempo I; y Allegro energico e passionato-piú allegro. Como es costumbre, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes respondió puntualmente a las exigencias de la batuta del maestro Revueltas para tener como resultado final un excelente sexto concierto de temporada.

El teatro estuvo lleno, sin duda, es la mejor entrada de la temporada, y el programa diseñado para la noche del viernes 4 de marzo tiene un gran poder de convocatoria, claro, particularmente me parece que es el “Emperador” de Beethoven el que llevó más gente al Teatro Aguascalientes. Lo lamentable es sin duda la cancelación del concierto especial en el que se presentaría la Pasión según San Juan, de Bach, anunciada para el viernes 18 de marzo con una segunda función el domingo 20, es lamentable porque lo sería como un remedio o un alivio, o simplemente una alternativa para quienes entendemos la música como una forma de vida y no sólo como una distracción, ese día se presenta en nuestra ciudad quién sabe qué cantante que pomposamente lo anuncian como el mejor compositor mexicano, me queda claro que la profesión de componer está definitivamente devaluada y a cualquiera le llaman compositor, en fin, esperemos para otra ocasión la presentación de laguna de las pasiones de Bach.

La próxima semana se cierra la temporada con un programa inglés: de Benjamin Britten: Cuatro preludios marítimos de Peter Grimes; de Ralph Vaughan Williams el Concierto para tuba en la ejecución del maestro José Palafox y se cierra con la Sinfonía No.1 de Elgar. La cita es el próximo viernes 11 de marzo a las 21:00 hrs en el Teatro Aguascalientes.

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