¿Vas a ir al desayuno del Campestre? Me preguntó Hilda Herrera, la querida amiga, empresaria en servicios de limpieza industrial. Excuso señalar, apreciable lectora, estimado lector, que al escuchar la palabra “desayuno” mi atención se concentró, mi mente se despejó y la imaginación voló hacia un par de huevos rancheros bien montados en su crujiente tostada de maíz; bañados en un salsa ranchera “maltajada” (de mal tajo, molido grueso, a medio moler o similares) bien calientita, con su guarnición de frijoles refritos bien “chinitos” (revueltos en muchas ocasiones sobre el sartén a fuego medio, hasta que la fibra del frijol comience a dorarse). El boleto cuesta 250 pesos.
Mi amiga se refería a un evento en el salón Bona Gens, en las instalaciones del Club Campestre de Aguascalientes. El costo de acceso me pareció excesivo por lo que amablemente rechacé la invitación. ¡Pero, Coquito! Es un foro para el empoderamiento y liderazgo de nosotras las mujeres, objetó la emprendedora Hilda. ¡Ándele, pues! Empoderarse, “enliderarse” y desayunar rico ¿Por el mismo precio? -pensé entusiasmada-. ¡Cuenta conmigo, amiga! Exclamé emocionada.
El día esperado llegó. Y esta cocinera política se apersonó en el Bona Gens, puntualita, peinadita y con suficiente hambre: física, de empoderamiento y de liderazgo. Y aquí comenzó mi franca decepción, gran desilusión y casi desnutrición. Usted que sí puede, estimada lectora, querido lector, vaya por un delicioso desayuno ranchero, mientras le cuento.
El primer tiempo. Eran las 8:30 horas, en el salón Bona Gens, y no había mesas: sólo sillas. Ni asistentes: el evento comenzó 75 minutos más tarde. Sólo una estación de servicio de café (las galletas se sirvieron más tarde) y un bonito montaje tipo auditorio, con un escenario tipo “panel”.
Por el hambre que tenía yo, el café me sentó pésimo. Pero aún más mal le sentó a la buena amiga Hilda que recién salía de un problema de salud y debía tomar medicamento, sin nada que le hiciera estómago, como diría mi abuela Juana Casillas. Así que en el lugar de la papayita con cottage, Purísima Grilla dixit; abrimos con una disertación entre Gabriel Arellano, quien en forma independiente pretende la gubernatura de Aguascalientes; la esposa de uno de los eternos dirigentes del PRD nacional: Angélica de la Peña, senadora plurinominal y Elsa Landín, joven candidata por el PRI a diputada local.
En apretada síntesis le informo a usted, que del panel de entrada lo más destacable fue la sencillez en la conducción personal, y el amplio conocimiento que mostró la joven Landín (hija del reconocido pediatra Ismael) sobre los avances y vacíos tanto legislativos, como administrativos en la protección de niñas, adolescentes y mujeres. De la Peña nos informó que a pesar de las súplicas, ruegos y plegarias ¡No! ¡No será candidata a gobernadora de Aguascalientes! y que gracias a ella, su talento y esfuerzo, es que ha habido en los últimos tiempos tantos avances en la legislación de equidad y paridad de género. Finalmente, Gabriel Arellano aprovechó tiempo y espacio para promocionarse muy a su estilo.
El segundo tiempo. Llegaba el mediodía y con él la convicción de esta cocinera y un grupo de buenas amigas de que habíamos malinterpretado la convocatoria. No habría desayuno, pero sí empoderamiento y “enlideramiento”.
Antes que comenzara el segundo panel, alguna de las asistentes exclamó ¡Ya llegó el desayuno! Así que en franco tropel y uno que otro tropezón por aquello de los altos tacones, acudimos a la misma estación de servicio, en la que ya no había café, pero sí aguas frescas de flor de jamaica y piña, así como unos diminutos emparedados tipo “lego” rellenos de atún o jamón: con cuatro pequeños se armaba un emparedado completo. La de la pluma, que por tiempo católico de cuaresma prometió no comer pan, tuvo que ayunar de plano, y ni un solo emparedado “lego” pudo llevarse a la boca ¡Hágame usted el favor!
¡Ah, me olvidaba! A la segunda disertación acudió (en el orden en que estaban sentados) Jaime Durán, candidato del partido Movimiento Ciudadano, quien minutos antes tuvo la cortesía de autopresentarse con cada una de las asistentes; Tere Cruz, quien fue anunciada como empresaria, pero luego se ostentó como candidata del PAN y amiga de Tere Jiménez; la propia Tere Jiménez, candidata del PAN a presidente municipal de Aguascalientes, que la emprendió duro contra el candidato de Movimiento Ciudadano a presidente municipal, Felipe González Jr., y dijo que sólo existían dos candidatas en el actual proceso electoral, ella y otra a gobernadora cuyo nombre no especificó (sic); Felipe González Jr., candidato del partido Movimiento Ciudadano a presidente municipal, quien aportó al panel lo mejor que pudo tras haber sido regañado por una encolerizada Tere Jiménez por una declaración que él, Felipe, no realizó, y Mauricio González, aspirante por la vía independiente a presidente municipal de Aguascalientes. Este último, Mauricio, lució auténtico, propositivo, conocedor y “muy gente” en su conducción; a decir de las amigas presentes: el “que se llevó” la mesa. ¡Ándele, pues!
Las amenidades. Jorge Hernández y Vero González, ante un auditorio distraído y disperso, hicieron su mejor esfuerzo para motivar, el primero, y enseñar a vestirse y maquillarse, la segunda.
¡Total! Que ante esa pasarela de candidatos y candidatas a cargos políticos, ajena al superior objetivo de empoderar y formar en el liderazgo a las mujeres hidrocálidas; me quedé con más hambre, de la que traía. Esa mañana en el Bona Gens no sólo me quedé en ayunas; sino con “hambre” de empoderamiento y de “enlideramiento”. ¡Oiga usted!
CODA. Un día como hoy, 8 de marzo, pero de 1857, obreras textiles neoyorquinas salieron a las calles para manifestarse en contra de las miserables condiciones laborales que sufrían. En recuerdo de ello, se conmemora el Día Internacional de la Mujer: poco que festejar, mucho por avanzar.