Socialismo democrático en Aguascalientes / El peso de las razones - LJA Aguascalientes
24/11/2024

 

1 de diciembre de 1955: Rosa Parks, una mujer afroamericana, salía de una extenuante jornada laboral, abordaba un autobús y poco después se le solicitaba que dejara libre su asiento para que una persona blanca lo ocupara. Rosa se negó. No lo hacía como un acto de protesta pública, no lo hacía para encender la chispa y dinamitar la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos durante la segregación racial: lo hacía porque cargaba consigo el peso de la humillación, de la desigualdad, de la inequidad y la injusticia social. Lo hacía por lo que en ciertos momentos de la historia no podemos agachar más la cabeza, porque es lícito decir: “fue suficiente”.

Este evento fue -en parte- la bandera de Martin Luther King Jr., un pastor bautista que desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles, que participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de Vietnam, y que puso en el centro del debate público el problema de la pobreza y la desigualdad social. Estos temas -por fortuna- vuelven a estar en el foco de la discusión: esto explica la inusitada recepción de Le Capital au xxi siècle de Thomas Piketty, así como que se le haya otorgado el más reciente Premio Nobel de Economía en 2015 a Angus Deaton, experto en pobreza y desigualdad económica.

El “fue suficiente” se escuchó en septiembre de 2011 en el Zuccotti Park de Lower Manhattan, en Nueva York, por miembros del movimiento Occupy Wall Street; se escuchó en la Plaza de la Independencia en Kiev en boca de los estudiantes ucranianos que protestaban por la corrupción de su gobierno, y la negativa del entonces presidente Mikola Azárov de firmar el Acuerdo de asociación de Ucrania con la Unión Europea; se escuchó a finales de 2014 y durante 2015 en medio de las multitudinarias manifestaciones a lo largo y ancho de México, a raíz de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Este “fue suficiente” es la bandera de todos los que nos conmovíamos al escuchar los emotivos discursos del expresidente uruguayo José Mujica, y que ahora lo hacemos al ponderar los argumentos de uno de los más brillantes políticos en la historia de la humanidad: el senador estadounidense Bernie Sanders.  

La idea es sencilla: necesitamos sólidas opciones de izquierda. Necesitamos, también, explicar a las personas cuáles son los principios de la izquierda política. No se trata de laxitud moral, de vandalismo, de anarquía. Todo lo contrario. Se trata de aceptar la pluralidad, que es lo mismo que aceptar las consecuencias de nuestro gran esquema de libertades civiles. Se trata de que nuestros gobiernos locales y federales implanten mecanismos e instituciones que admitan y respeten nuestra diversidad. Se trata de que se evite que los líderes religiosos tengan una influencia directa en las políticas públicas y en las leyes de nuestro país más que cualquier otro ciudadano. Se trata de que cualquier persona que trabaje ocho horas al día sea imposible que viva en pobreza. Se trata de que sea imposible que una persona gane un millón de veces más que otra que trabaja lo mismo. Se trata de que la salud deje de ser considerada un privilegio, se atenga a nuestros principios constitucionales y sea de una vez por todas ejercida como un derecho inalienable. Se trata de que la educación también lo sea. Se trata de que las inversiones públicas en milicia y cárceles se hagan más bien en la creación de empleos y educación. Se trata de que consideremos vergonzoso -como lo ha señalado el senador Sanders- que una persona tenga un récord criminal por posesión de mariguana, y los CEO de Wall Street que destruyeron la economía mundial no lo tengan.

Sanders nos está dando un ejemplo que revolucionará la política mundial: financiado sólo por la clase trabajadora, y apoyado en un arsenal de argumentos irrebatibles, está compitiendo en una carrera cerrada por la candidatura del Partido Demócrata con una mujer que es apoyada por el establishment político estadounidense (curiosamente, Sanders es apoyado por más mujeres jóvenes que Hillary Clinton). Sanders congrega multitudes que no son acarreadas, que viven y sienten que ya “fue suficiente”: que la economía mundial no funciona para todos y que la desigualdad social se ha vuelto asfixiante. Sanders es apoyado principalmente por personas que trabajan horas y no son capaces con su sueldo de proveer lo mínimo digno a su familia.

Ésta es la izquierda: principios del más simple y básico sentido común. Ésta es la izquierda que se necesita en México, en Aguascalientes y en nuestro municipio. Ésta es la izquierda que escucho en boca del candidato a la presidencia municipal de Aguascalientes: Alejandro Vázquez Zúñiga. Ésta es la izquierda que sé que necesitamos y por la que vale la pena salir a votar. No por un partido, no por un color, no por una despensa: por una agenda que -sea cual sea el resultado de las elecciones- deba permanecer y nuestros políticos ya no puedan ignorar. Alejandro busca elevar el nivel de nuestro deplorable discurso político, atiborrado de jugarretas sucias, falacias ad hominem y promesas irreales. Alejandro es de los pocos ciudadanos que comprenden que los errores del sistema político mexicano deben corregirse usando y confiando en los mecanismos mismos de nuestra democracia; que carece de la ingenuidad propia de los esperanzados y de los indignados, pero que abandera una verdadera esperanza e indignación por nuestra insostenible situación. Confío en que las personas lo lean y lo escuchen, que sopesen sus argumentos y que su voto sea un voto razonado. Confío en que la izquierda en Aguascalientes llegue por fin y nunca nos abandone. Enhorabuena a Alejandro. Enhorabuena a la izquierda mexicana. Enhorabuena al socialismo democrático que en Aguascalientes tiene ya a un digno representante.

[email protected] | /gensollen | @MarioGensollen



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