- Con la desindexación de esta unidad de medida muchos han querido opinar sobre el monto ideal para los trabajadores
- Actores políticos proponen sin conocer la capacidad de los patrones
- Discusión debe ceñirse al ámbito laboral
El cálculo del salario mínimo debe discutirse exclusivamente en el ámbito laboral, consideró el presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walther, pues con la desindexación de la cantidad mínima con que se remunera a los trabajadores muchos han opinado respecto a lo idóneo para mejorar el poder adquisitivo de este sector.
Si bien reconoció que con ello se romperá una de las principales ataduras que han impedido que el salario mínimo satisfaga las necesidades de la población, el dirigente empresarial dijo que los únicos participantes de la discusión de este monto deben ser la autoridad laboral, patrones y sindicatos: “lo que no nos conviene es que esto se lleve al terreno de lo política”.
Y es que actores políticos y funcionarios de gobierno, denunció, en su afán de ganar popularidad han comenzado a opinar sobre los valores que el salario debe tener en cuanto deje de emplearse como referencia para el cálculo de cuentas, bases, índices o medidas en el pago de diferentes conceptos.
Pero ese tipo de declaraciones, en las que ganará el personaje con la propuesta más alta, en nada beneficiarán a la negociación obrero-patronal por permitir la incidencia de otro tipo de condicionantes que escapan del tema legal, sin embargo debe haber precaución, pues cualquiera que sea la decisión podrá tener implicaciones económicas: “a partir del 2016 tendremos que ver una evolución mucho más ágil en la parte del salario, los empresarios estamos conscientes de que nuestros trabajadores requieren mejores remuneraciones, pero desde luego no es arte de magia, hay microempresas que si les aumentan el salario mínimo un 30 por ciento, al día siguiente cerrarían, pero coincidimos plenamente en que debemos avanzar mucho más rápido de lo que hemos avanzado en el pasado”.
De Hoyos reconoció que antes de las reformas a los artículos 26, 41 y 123 de la Constitución Mexicana, cualquier posible incremento salarial estaba limitado debido a los efectos que implicaba cualquier movimiento a la economía mexicana. Las consecuencias podían incluso afectar a la propia clase trabajadora, ya que los créditos del Infonavit también estaban vinculados con el salario mínimo. El margen de maniobra de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) era muy pequeño debido a este conjunto de condicionantes.
Con el decreto de reforma publicado a fines de enero en el Diario Oficial de la Federación se dio un gran paso en materia económica y social: “hay algunos estados que tienen que terminar la modificación de sus legislaciones, ahora van a estar las condiciones para que esas negociaciones puedan ser mucho más transparentes, lo que sí es un prioridad para nosotros los empresarios es que se mantenga en el ámbito de lo estrictamente laboral”.
De Hoyos Walther dijo también que se requiere una mejora de fondo para que los patrones puedan mejorar las prestaciones permitiendo que estas sean deducibles íntegramente, de manera que esto se convierta a la par, en un incentivo para las empresas puedan darlo: “hoy por ejemplo, las prestaciones de seguridad social sólo son deducibles hasta un 30 por ciento, está topado, si se le pone un componente adicional esto ya no es deducible para las empresas, esto es un inhibidor, necesitamos flexibilizar la parte fiscal para que las empresas encuentren atractivos adicionales para poder otorgar beneficios”.
Ellos son empresarios, son dueños de negocios, ellos son los que pagan el miserable salario mínimo.
Ellos en una comida o almuerzo se gastan con su sus amigos o familia más que un salario mínimo.
Porque se oponen a ello, y más en Aguascalientes con sus salarios de miseria.