En términos de la literatura eclesiástica hay pecados que no se perdonan nunca; estos son los que carecen de arrepentimiento, para que un pecado sea perdonado se requiere forzosamente de: “un dolor del alma y una detestación del pecado cometido” (Catecismo de la Iglesia Católica). Con pena, pena de esa que da profunda, he visto el despliegue monumental que realizó la presidencia de la República en el evento de recepción de SS Francisco. Tal despliegue fue incluso a veces incómodo para el propio jerarca, se le vio tratando de caminar con mayor cadencia en los momentos en que quería saludar a los asistentes y bendecirles; al paso Peña lo interrumpía en su desempeño, era evidente que, quizás para el jerarca, la única presencia no grata era la de la pareja presidencial. En la desesperación por obtener los aplausos que no llegan, el presidente no se despegó del Santo Padre ni un momento, ¿quién le dirá que esos aplausos y aclamaciones no eran para él?
El 23 de octubre de 2014 en Roma, el papa Francisco dirigió un discurso a la delegación de la Asociación Internacional del Derecho Penal; en este discurso quedó más que clara la postura de SS Francisco: “la corrupción es un mal más grande que el pecado”. La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes”, en el despliegue de bienvenida en el hangar presidencial se encontraba en pleno un poder, el Poder Ejecutivo de nuestro país en pleno y presente. Hubo tres personajes que llamaron la atención de quien escribe: Gerardo Ruiz Esparza de SCT, Rosario Robles de Sedatu (antes en Sedesol) y Virgilio Andrade de la Función Pública, tres emblemáticos representantes del Poder federal; “los brazos fuertes” de Peña Nieto.
Estos tres personajes encarnan literalmente a la corrupción en el gabinete presidencial, sería conveniente conocer si a la señora Robles está en verdad arrepentida por haber direccionado los recursos para combatir la pobreza a favor del PRI y ante ello haber ocasionado mayor pobreza en el país, nada más y nada menos dos millones más de personas; será importante conocer si el secretario de Comunicaciones y Transportes detesta seguir favoreciendo con obras de infraestructura al margen de la ley a empresas como OHL o Grupo Higa con sobreprecios mayores al 200%, sirviendo como funcionario público y gestor de empresas constructoras al mismo tiempo. Qué decir de Virgilio Andrade que se convierte en un hacedor de milagros ante la absurda y ofensiva “exoneración” de su jefe el presidente ante los hechos de “la casa blanca”.
El papa visita México porque, como lo dijo el mismo al diputado argentino Gustavo Vera, “la cosa es de terror”, conclusión a la que llegó después de haber hablado con varios obispos; violencia, corrupción, tráfico de drogas, feminicidios… la rabiosa y galopante impunidad y el silencio pagado desde el gobierno que se endeuda a costa del pueblo que padece por sobrevivir, son las llagas y los clavos que tienen a México postrado y tratando de recuperar la esperanza de que será posible que llegue la cura.
Estos son los pecados de los que todos de alguna manera indirectamente somos responsables, pero que Peña Nieto ha sido su gran protagonista y promotor indiscutible; 109 periodistas asesinados y 20 desaparecidos, los 43 de Ayotzinapa, la persecución política y electoral tolerada por la propia Secretaría de Gobernación en Veracruz y otros estados, los 49 del penal de Topo Chico, son todos dolorosísimos ejemplos de la ausencia de derechos humanos en México por el que hay un responsable directo y por eso vino Francisco; vino a traer esperanza; no vino a perdonar a nadie.
Es imposible que el Papa Francisco pueda comulgar y perdonar las acciones del presidente peña y su círculo cercano, la urgencia del presidente por intentar subsanar sus acciones y desviar críticas es poco sutil o efectiva. Esperemos que los mexicanos estemos en las oraciones del Papa Franciso ya que podría ser la única ayuda que tengamos, porque del gobierno ni sus luces.
En mi opinión, estoy de acuerdo con lo que se describe en esta nota y no puede ser que hasta la fecha el gobierno federal no meta ni las manos por los ciudadanos, por el pueblo mexicano, esto cada vez se esta poniendo más feo, corrupción asesinatos y el papa Francisico no vino a perdonar a nadie tal como dice el Dip. López, sólo vino a traer fe y esperanza para nosotros los mexicanos ya que el gabinete de el Sr. Peña nos esta hundiendo.
A México le hace falta un cambio de verdad, no puede ser posible que estemos viviendo así sin gozar de nuestros derechos humanos tal y como lo dice la CPEUM en su artículo 1o. Yo estoy muy de acuerdo con la opinión del Diputado Jorge López. Y ampliamente lo felicito porque el si ve por los ciudadanos. Necesitamos gobernantes como el.
Ups yo pregunto si era cuestión de trabajo la asistencia del delegado d ella SCT de Ags… Bueno así lo entiendo que el fue??? Y con broncas en Ags