- En La visión de los vencidos el autor da la palabra que les había sido arrebatada: Eduardo Matos Moctezuma
- El mundo indígena aún tiene mucho por decir, afirmó Patrick Johansson
Miguel León Portilla es una autoridad, un filósofo e historiador que ha dedicado más de 60 años, de los 90 que cumplirá este 22 de febrero, a revalorar las culturas indígenas, tanto prehispánicas como contemporáneas, y que en su libro más conocido, La visión de los vencidos, da voz y rescata el pensamiento de los que fueron conquistados por los españoles.
Nació el 22 de febrero de 1926 en la colonia Santa María la Ribera, en la Ciudad de México. Doctor en Historia por la UNAM, es experto en materia del pensamiento y la literatura náhuatl, lo que le ha valido ser nombrado investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, formar parte de El Colegio Nacional y las academias mexicanas de Historia y de la Lengua, así como la recepción de la Medalla Belisario Domínguez y más de 20 doctorados Honoris Causa.
Dos grandes fueron sus maestros: El padre Ángel María Garibay, quien fue su maestro de náhuatl y con quien preparó su tesis doctoral La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes de 1956, donde demuestra que existió una filosofía en esa cultura y Manuel Gamio, el antropólogo que estableció las investigaciones integrales en México.
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma destacó que León-Portilla pudo beber el conocimiento de estas dos grandes personalidades del mundo académico y pronto ese alumno se convirtió en maestro, como es considerado hoy en día.
Al cabo de 60 años, dijo, “nos da una obra en la que realmente acude a muchas ramas del conocimiento. Uno de sus primeros libros y su tesis fue La filosofía náhuatl, allí nos da toda una idea de lo que era el pensamiento y el universo de estos grupos, pero un libro realmente trascendente además de éste es La visión de los vencidos, donde Miguel le da la palabra que le había sido arrebatada a los grupos indígenas, reúne, estudia y a veces traduce inclusive muchos de los mitos, de los pasajes históricos, etcétera, de los grupos nahuas y los reúne en este libro donde en efecto, se puede leer la palabra que ellos tenían, sus ideas, sus creencias, pero también Miguel ha destacado como un gran formador de nuevas generaciones de investigadores”.
En el Seminario de Cultura Náhuatl, León-Portilla ha formado a una gran cantidad de especialistas a lo largo de los últimos años, quienes han podido escuchar los conocimientos que transmite a través de la cátedra, como es el caso del francés Patrick Johansson, uno de sus discípulos más destacados.
Fue en 1979 cuando Johansson ingresó como alumno al seminario y ahora como colega del Instituto de Investigaciones Históricas, dijo: “ha sido un privilegio para mí, tener al maestro durante tantos años y aprender tanto de él y seguir aprendiendo, porque Miguel sigue trabajando”.
En este 2016 se festejarán los 90 años de Miguel León-Portilla con diversos homenajes realizados por la Secretaría de Cultura y la UNAM que, destacó Johansson, celebrarán “una vida dedicada al estudio de la historia de México y de las culturas indígenas, tanto prehispánicas como coloniales y contemporáneas. Desde La filosofía náhuatl de 1956, hace 60 años, Miguel ha dedicado toda su vida a revalorizar a las culturas indígenas”.
Como una persona muy amable, siempre ayudando y muy inteligente, calificó el discípulo a su maestro quien, refirió, el mejor consejo que le dio fue que para conocer al otro, hay que hablar su lengua, principio que había heredado de su maestro, el padre Ángel María Garibay, toda vez que una cultura y un pensamiento siempre están dentro de una lengua.
Lo más importante en la obra de León-Portilla, consideró Patrick Johansson, sobre todo en La visión de los vencidos, es que da voz a los indígenas y permite “al mexicano en general comunicarse con el indígena en la época de la conquista y rescatar ese pensamiento profundo, porque en general, hasta la obra de Miguel, los historiadores bajaban la información del otro al marco cognitivo propio del historiador, negando un poco la otredad”.
Con Miguel León-Portilla, aseguró: “damos ese paso a ser otro indígena y podemos percibir la manera en que pensaban dentro de su lengua, por la traducción que hace Miguel, que es un excelente traductor, no solamente traduce literalmente el texto náhuatl al español, sino que rescata el pensamiento profundo que entraña y creo que eso es invaluable”.
Johansson advirtió que León-Portilla “es un prócer que nos está dando patria, porque realmente toda esta obra de revalorización del mundo indígena, toda esta parte de México que estaba un poco entumecida, le da una vida nueva no solamente al indígena como tal, porque lo vuelve a enaltecer dando a su cultura este valor que tiene en la obra de León-Portilla, pero también al mexicano, porque el mexicano se la vive olvidado de una parte de sus raíces indígenas”.
Pero además, recordó Matos Moctezuma, el maestro siempre ha estado en favor del indígena: “siempre se ha manifestado contra la injusticia hacia ellos y algo muy interesante fue cuando a él se le encargó y fue quien planteó el término Encuentro de dos mundos cuando se iba a conmemorar el llamado descubrimiento de América. Él dijo, no es un descubrimiento, es un término muy eurocentrista, vamos a llamarlo Encuentro de dos mundos, de dos culturas”.
Ahora, dijo el arqueólogo, León-Portilla tiene una obra que está ahí y es de suma importancia que las nuevas generaciones conozcan y profundicen en ella, porque como señaló Patrick Johansson, el mundo indígena aún tiene mucho por decir.
Con información de la Secretaría de Cultura