ESFERA PÚBLICA: Expiación, deseo y pecado - LJA Aguascalientes
04/07/2024

Jesús Medina Olivares

LEE AQUÍ LA RESPUESTA DE FERNANDO AGUILERA

Varias lecturas se pueden desprender de la visita del papa a México. Una de ellas, es la que nos ofrece Fernando Aguilera Lesprón en su colaboración para Esfera Pública de esta semana. Por cierto, con la utilización de expresiones con “chanfle” o “jiribilla”, como refiere Ricardo Espinosa, sentido figurado para decir que una frase lleva cierto “efecto”, como que va hacia un punto, pero al mismo tiempo va girando y tal vez por ese efecto vaya a caer en un lugar que no se imaginaba.

Para agregar valor al artículo de Aguilera, quisiera enfocar mi participación, de manera particular, aunque sea sucintamente, respecto a quién se beneficia o quién gana con la visita del papa a nuestro país, no sin antes realizar algunas reflexiones respecto al comentario inicia nuestro amigo Fernando Aguilera.

Coincido en que existe un hartazgo o aberración de los ciudadanos hacia los partidos políticos y las camarillas que los manejan. Sin duda que esto es así. Es cierto también que la política, hoy en día, es mucho más un espectáculo que un espacio para el encuentro de ideas. Que es más frívola, que soslaya los temas de fondo, los grave problemas que como sociedad padecemos.

Lo anterior lo vemos en todas partes; en las declaraciones que se publican en los medios de comunicación, que dicho sea de paso, algunos han contribuido a la reducción de la política en chismografía; en los debate en los congresos, más claramente en las campañas políticas que se han convertido a la política en un verdadero espectáculo en donde lo relevante no es quien está mejor preparado o tiene mejores ideas para ganar las elecciones, sino la mercadotecnia electoral, donde candidatos son exhibidos como productos.

Muchos se regodean al considerar a la política como algo sucio, como una práctica de cínicos, despreciable y, sin embargo, paradójicamente, todo mundo le quiere entrar; empresarios, periodistas, médicos, etc.

Al respecto considero que debemos ser más juiciosos. Creo que debemos tener cuidado para no darle la espalda a la política, porque estamos contribuyendo a que se vuelva más despreciable.

Con justificada razón se ha cuestionado la eficacia y calidad de nuestro sistema representativo. Es cierto que muchos de nuestros legisladores y autoridades han actuado en sentido contrario de lo que quiere la sociedad y que los ciudadanos no se sienten debidamente representados.


Pero también es verdad, como refiere Vargas Llosa, que aun, en esta ceguera política colectiva, han quienes, desde diversos espacios, con inteligencia han mantenido una actitud congruente y consistente en la defensa de la libertad, de los derechos fundamentales y de los asuntos que afectan a la sociedad.

Creo que no se debe perder la fe en la política, no se puede renunciar a la política. Sin duda se debe mejorar, se debe complementar, pero no eliminar. Esta tendencia despectiva y sistemática de desvalorización de la política entraña riesgos a la cultura democrática.

Recordemos que siempre están latentes, en nuestro país, los vientos y las tentaciones totalitarias y autoritarias. Como dijo el papa no dialoguemos con el diablo. Dicho lo anterior, a lo siguiente. ¿Quién se benefició con la visita del papa?

Ni duda cabe que pocos acontecimientos y menos personas han tenido la cualidad de generar tanto interés, congregar millones de personas, movilizar masas y convertirse en todo un suceso mediático como la visita del papa a México.

La personalidad del papa Francisco, su carisma, sus posturas reformistas, abiertas y tolerantes, así como sus habilidades diplomáticas y políticas desplegadas para incidir en decisiones trascendentales de algunos estados, como el restablecimiento de relaciones entre EU y Cuba, lo han colocado como una de las personas más influyentes alrededor del mundo de los últimos años.

Con estas credenciales, era evidente que algunos segmentos de la población tuvieran demasiadas expectativas en distintos niveles y diferente escala. Para algunos fue decepcionante porque estiman, que no les habló fuerte y directo a los políticos, empresarios , no acusó al sistema capitalista de ser el causante de la desigualdad que ha propiciado la delincuencia organizada, ni toco puntos clave para la sociedad mexicana, los desaparecidos, la pederastia entre otros. Entonces, ¿quién se benefició?.

Ésta, al margen de la fe, no es una pregunta retórica. Más allá del espejo, en primera instancia los grupos de interés identificados con la derecha. Además de ser patrocinadores (financiamiento) de la visita del papa, patrocinan el discurso de la expiación, el deseo y el pecado, donde todos son corruptos, ineficaces y pecadores, los políticos, partidos políticos y el mismo pueblo, menos la iniciativa privada.

El propósito es proyectar una imagen cierta y sensible con el interés comunitario. La estrategia, el mensaje. No estamos solos ante las desgracias de nuestro país. Es importante agigantar la fe. Recordemos que México, es el segundo país con más católicos del mundo después de Brasil.

Encontrar algo que mitigue nuestras penas y muestras de afección a nuestra sufrida nación, que si bien, no tienen el poder de curar, por lo menos, pueden ayudar a sobrellevar el sufrimiento, a pasar por él, aunque no consigan anularlo.

Palabras para recordar que, por encima de las más grandes aflicciones, una parte de la vida permanece intacta, que el tiempo todo lo borra y que la alegría de vivir volverá a perfilarse como algo posible, para eso están ellos, por eso traen al Papa. El deseo, obviamente, recuperar el poder, que realmente no lo han perdido.

El Estado laico, convertido en dogma de fe?. Por otra parte el Estado también se benefició de la visita del papa, particularmente en un momento en que se encuentra ávido de reconocimiento.

La visita del papa le viene a dar legitimidad al Estado y al gobierno mexicano. La recepción del presidente y de sus principales colaboradores en el aeropuerto, su asistencia a misa en la Basílica de Guadalupe le viene dar la oportunidad de producir muchas imágenes bellas y coloridas que influyen favorablemente en el ánimo de millones de mexicanos.

Una especie de expiación, donde el Estado queda absuelto de la culpa y de cargar con la pena del pecado por las acciones y omisiones cometidas para volver a clarificar su relación con su pueblo agobiado.

La teología explica que quien se somete a la expiación, limpia su pecado, accede al perdón de la culpa y se libera del castigo.

Con el ello, el gobierno no sólo aseguró el aplauso de las masas y la mayor parte de la atención de la prensa internacional, incluso, le permitió un amplio margen de maniobra, que tras la euforia y el gozo momentáneo de la visita del papa, le permitió, sin tanto sobresalto, un ajuste presupuestal al gasto gubernamental y un incremento a la tasa de interés referencial de los bancos.

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1 thought on “ESFERA PÚBLICA: Expiación, deseo y pecado

  1. Con su último párrafo, confirma lo anterior escrito por ud mismo, la política en México es despreciable y cínica.

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