- La búsqueda del poder por el poder mismo debe combatirse con el voto razonado: Alejandro Vázquez Zúñiga
- De acuerdo al candidato a alcalde del PRD, se deben descentralizar los servicios del primer cuadro
Además de un militante ideológico de izquierda, Alejandro Vázquez Zúñiga se define como un ciudadano con un proyecto para encabezar la presidencia municipal de Aguascalientes. Entre las principales anotaciones a la administración capitalina, el director con licencia del Instituto Municipal Aguascalentense de la Cultura (Imac) señaló la descentralización de los servicios públicos del primer cuadro frente a la necesidad de prestarlos equitativamente en las colonias de la periferia. Consideró justo el que un funcionario busque crecer su injerencia pública, lo que tampoco es justificación para perseguir el poder por el poder mismo sin un proyecto de servicio comunitario.
En entrevista con La Jornada Aguascalientes, Vázquez Zúñiga aseguró hay unidad en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) respecto a los perfiles electos como candidatos. Para el perredista, las cuotas de género deberán sentar bases para el acceso igualitario de hombres y mujeres en el ejercicio público: “Soy originario de Aguascalientes, nacido en 1980, provengo de una familia de clase media y me críe en el fraccionamiento López Portillo. Cursé mis estudios de preparatoria en el Cetis 80, en la colonia Insurgentes, tuve la oportunidad de estudiar en escuelas públicas, de llegar a la universidad, lo que desgraciadamente no es una posibilidad generalizada pero siendo de una familia de clase media me siento afortunado del trabajo de mis padres y del esfuerzo que ellos hicieron. Después de la universidad inicié como director de cultura de la Federación de Estudiantes de la UAA (Feuaa) con cuatro administraciones distintas. En los últimos semestres de mi carrera -Filosofía- inicié como profesor. Mi trayectoria universitaria se desarrolló en mi alma máter y he impartido también en la Concordia y la Cuauhtémoc. Cursé mis estudios de posgrado en la Universidad de la Concepción, en Chile, y actualmente estoy terminando mi tesis”.
–¿Desde cuándo militas en el Partido de la Revolución Democrática?
–La concordancia con la agenda de izquierda es algo que se me dio desde muy joven, de hecho me parece casi un contrasentido que un joven no tenga estas inclinaciones cuando lo absolutamente natural en la juventud es inclinarse hacia la izquierda. He sido en ese sentido militante ideológico desde hace muchos años, pero hace tres años hubo una invitación a acompañar en el servicio público al partido como director del Imac, fue una invitación que en ese momento sentí muy halagüeña para mi persona y también celebro mucho a la distancia que el partido se haya arriesgado con un cuadro externo al partido, pero que en lugar de repartir espacios como un botín político, buscaron el perfil adecuado, creyeron que yo lo era y en ese momento empezó mi camino dentro del partido. Ahora se presentó la posibilidad de contender por la alcaldía, estoy muy contento, tengo una filiación ideológica y mientras las bases estén en proyectos con este partido lo haré.
–Lo de los candidatos emergidos de la ciudadanía es un discurso adoptado por muchos partidos, incluyendo los tradicionales. ¿Qué diferencia hay respecto al resto de las propuestas?
–En lo personal no soy una persona formada en una estructura o disciplina partidista, sino que soy alguien que converge con el partido a raíz de cualidades de un proyecto y en esa concordancia creo que podemos presumir abiertamente que esto sí es una candidatura ciudadana. No formo parte de la clase política, de la élite política, no hay un compromiso con cuotas partidistas de este o de otros y lo que hizo el PRD fue invitarme como un ciudadano con un proyecto. Yo soy correspondiente a su confianza con el trabajo que se hace.
Puedes decir como partido que tienes perfiles ciudadanos pero si tu perfil más bien fue emergido de tus cuadros, pero ellos dicen que estuvieron esperando oportunidades, no creo que eso pueda considerarse como una verdadera emergencia ciudadana. Yo creo que el ciudadano aparece cuando un partido tiene la sensibilidad para invitar y acompañar un proyecto aún y cuando no haya surgido de la disciplina partidista.
–¿Cómo percibes a la militancia del PRD frente a los candidatos?
–Percibo unidad, me parece que se tuvo un proceso mucho más terso que en otros partidos, tan es así que los candidatos ya fueron elegidos por el Consejo Político Estatal. Hay un proyecto de sumar esfuerzos en el que se entiende que la sinergia de las fortalezas y el trabajo conjunto permitirá paliar las debilitamos que pudiéramos tener. Si logramos que nuestros proyectos favorezcan a la ciudadanía eso va a fortalecer naturalmente al partido.
–¿Qué opinas de las cuotas de género?
–Me parecen absolutamente necesarias, pero aspiraría a que lleguemos a un momento en que nos diéramos el lujo de no necesitarlas porque hubiera una normalización de la participación igualitaria en la vida pública. Me emociona concebir un país donde no precisemos de cuotas para entender que por estadísticas y por las cualidades innegables que la mujer tiene deberíamos de vivir en una comunidad en la que hombres y mujeres compartan injerencia pública, sueldos y oportunidades de trabajo igualitarios. Pero en un país que históricamente no lo tiene es aún más necesario.
–¿Como exfuncionario municipal, cuáles prioridades ves en el municipio?
–No trataría de esconder que buena parte de mi proyecto surge de haber observado estas necesidades. Una cosa que me parece muy clara es que muchas veces vivimos en el espejismo de que el centro de la ciudad es Aguascalientes, pero hay una periferia llena de riqueza ciudadana e inquietudes que nos deberían complementar que está invisibilizada en ciertos sentidos. El trabajo cultural suele concentrarse en esta zona y esto hace que las brechas educativas, culturales e informativas se vuelvan cada vez más grandes; tenemos una vida cultural rica en la ciudad pero estamos privando a la gente de las colonias de todo esto. En el instituto tratamos de ir hacia la gente, continuamos un proyecto de unidades de exploración artística en donde atendimos por lo menos 30 puntos distintos en la ciudad, con recursos federales se multiplicó a 70 en esta periferia, primordialmente dirigidos a niños y madres de familia.
–¿Qué hay de los servicios públicos?
–Es lo mismo, me parece que hay algo profundamente equivocado en el sistema que ponen en situación que un ciudadano de ciertos cuadros periféricos de la ciudad tenga calles menos acondicionadas, padezca faltas del servicio de alumbrado, o más dificultades para acceder al agua potable. Me parece que cada ciudadano debería poder acceder a los mismos servicios, no es una cuestión de proyección política sino de derechos humanos. Caminar incluso a otros servicios como es el acceso a internet y la cultura, que no son servicios básicos pero si imperantes para tener una sociedad con las mismas oportunidades.
–Fuiste crítico hacia el chapulinismo hacia los funcionarios que intentan perpetuarse en el poder. ¿Cuál es tu parecer ahora?
–Es una observación justa que se puede hacer a mi trabajo; aunque no me parece de ninguna manera escandaloso que alguien que tiene un proyecto pueda ir buscando crecer en los términos de injerencia pública. Lo que a mí me parece, digamos, injusto, es que el trabajo dentro de la administración pública se vuelva una búsqueda de la chamba misma antes que la de un proyecto de servicio comunitario. Me parece que la perpetuación en el ejercicio, la búsqueda del poder por el poder mismo, tiene que tener sus límites y en ese sentido creo que ni siquiera tendríamos que estar pensando en leyes que lo impidan, sino que el propio ejercicio ciudadano hiciera un voto de castigo si supone que lo que está haciendo es la perpetuación del propio poder. Todos los proyectos que caminemos hacia espacios de representación popular deberíamos de estar observados, juzgados, analizados, criticados; nadie debe sumarse como si la representación popular fuera un acto de fe o un asunto de colores, como los equipos de fútbol o por una mera simpatía histórica.
En mi caso la dirección que tuve del Imac no fue un puesto de elección popular sino un encargo del ingeniero Juan Antonio Martín del Campo, y ahora tengo la oportunidad de presentar un proyecto que puede tener un punto de injerencia mayor, no solamente limitado al ámbito de la cultura.
–¿Algún detalle adicional?
–Una invitación a los lectores a que pongamos sobre la mesa las necesidades ciudadanas y que así lo demande, lo revise con el criterio que caracteriza a un ciudadano que quiere comprometerse y corresponder a este ejercicio democrático con un compromiso.
