- El título, a cargo de Mariana Pedroza, con ilustraciones de Bruno Valasse, presenta reflexiones sobre los principales retos que afronta México
El sábado 27 de febrero, en el Palacio de Minería desaparecieron el suelo y las paredes, la gente hizo las veces de transportadora eléctrica, sólo había que entrar y ya la masa iba llevándonos a todos; de paisaje teníamos muros de libros.
Ese efecto de repleto se fue a replicar al salón donde se presentó el libro Diez soluciones para el futuro hoy, de Mariana Pedroza, ilustrado por Bruno Valasse, y editado por la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal.
El clima tomaba a todos por sorpresa, el nublado frío de la calle, se disolvía en la sala que mantuvo el lleno total, convirtiéndose en el suave bochorno que acompaña al gusto y la expectación.
Comenzó a hablar Roxana Erdman, quien además de ser editora y escritora es especialista en publicaciones infantiles, para aclarar de entrada que este es un libro engañoso por su aspecto. Parece aludir a niños y jóvenes, pero es cierto que no sólo a ellos, ya que, como señaló, la pregunta “¿adónde va a parar esta sociedad? nos la hacemos todos, se la hicieron mis abuelos, mis padres y yo”. Sin embargo, tiene su público objetivo entre niños y adolescentes, porque la infancia siempre promete un cambio de paradigma desde la imaginación y la creatividad.
Sacar a la infancia del rebaño, sacarla de internet como único horizonte, es la apuesta de este libro, que, como afirma Roxana Erdman, es un anzuelo, un gancho, una provocación y la demostración de que aún podemos encontrar un sitio allá afuera distinto. Es necesario, primero, sacudir al lector para que salga de “la caja”, que forme un juicio propio a lo largo de párrafos sabrosos y accesibles. Que tome el libro y lo lea por mero placer. Y también para que, al leerlo, empiece a pensar en las próximas diez soluciones.
Un libro ágil por sus ilustraciones y que es la segunda parte de Diez problemas para México, que escribió intentando explicar las principales problemas del país, en ciencia, alimentación y movilidad, entre otros.
Tocaba entonces plantear soluciones. Tendemos a creer, dice, que existen soluciones verticales, que hay respuestas mágicas y que mientras dormimos algo va a llegar a solucionar el mundo. Este libro es para dejar de creer en eso y para pensar que si queremos cambios, se necesita tomar conciencia de que formamos parte de esos problemas, pero sobre todo saber que podemos combatirlos con una buena idea y con mucha terquedad.
Los diez proyectos de los que habla el libro son emprendedores, sus creadores nunca se imaginaron hacia dónde iban y lo exitosos que serían, refiere Francisco José González, abogado egresado de la Universidad Iberoamericana.
El objetivo es entender qué es el rendimiento social, qué implica un proyecto social. Reflexiona que también refleja los pasos y procesos concretos que llevan de una idea a la concreción en un proyecto. Y esto sirve para cualquiera que tenga una idea y no sepa cómo hacerla realidad. Este libro es entonces una herramienta para desarrollar ideas.
Diez soluciones para el futuro hoy reúne la cristalización del empoderamiento del ciudadano y abre espacios como Ciudad Pedestre, blog sobre la movilidad en México, de una educación que se dirija a desarrollar competencias y habilidades.
Alejandro Merlín, moderador de esta presentación, se sumó al entusiasmo de la plática y anotó que se dan soluciones a problemas de vivienda, de alimentación como la obesidad y la diabetes. Tener en claro que esas soluciones se construyen con ideas y que los niños y jóvenes sepan que pueden proponer y crear soluciones.
Mariana Pedroza habló sobre el capítulo de bioética en el terrible terreno de la experimentación con animales, asimismo abunda en la cuestión del uso de internet que cada vez plantea más riesgos y que por ello es obligatorio cuestionarse sobre ello.
Con información de la Secretaría de Cultura