Mis lectores se dicen satisfechos por la postulación de la licenciada Lorena Martínez Rodríguez como aspirante a gobernadora de Aguascalientes (PRI) a través de un frente amplio de partidos políticos y de organizaciones políticas y de la sociedad civil. Opinan, mayoritariamente, que la “Coalición Electoral” será garantía de mayor justicia administrativa para los electores que no tienen voz. La pluralidad política resulta así el mejor sinónimo de Lorena Martínez, primera mujer que podría gobernar el estado de Aguascalientes que registra el mayor crecimiento económico de México, y cuyo reto consiste en lograr que el desarrollo económico se refleje en los bolsillos de muchas más familias.
En casi toda Europa y América Latina, por muchos años se ha practicado el modelo de la Coalición Electoral como una estrategia que garantiza la victoria de una candidata en las urnas y paso obligado para la formación de un “Gobierno de Coalición” que obligadamente adopte los proyectos específicos de bienestar para las minorías políticas y los transforme en políticas públicas viables, sin afectar a las mayorías. Este modelo lo representará, excelentemente bien, la exalcaldesa de Aguascalientes.
Entre los electores locales, “opinadores ocasionales del Face” y críticos de nuestro sistema político electoral, existe confusión en el tema de Coaliciones. Trataré de explicar en dónde se encuentran sus diferencias y coincidencias.
Las Coaliciones Electorales se pactan con el objeto de sumar sus votos en determinadas elecciones constitucionales (próximo 5 de junio de 2016 en Aguascalientes); mientras que las Coaliciones Políticas de Gobierno se arreglan para brindar gobernabilidad a la política legislativa y alcanzar mayorías para la aprobación de reformas constitucionales o leyes diversas donde se unen las voluntades de dos o más partidos para impulsar políticas públicas más justas en el poder ejecutivo.
Recientemente hablamos del modelo de Gobierno de Coalición que de forma incipiente funciona en Aguascalientes desde los comicios de 2010, cuando Panal y PVEM se coaligaron electoralmente con el PRI y hoy detentan posiciones en los gobiernos municipales, estatal y el federal posterior a los comicios federales en 2012 (ver mi artículo “Lorena Martínez Rodríguez: un Gobierno de Coalición”, publicado el 19 de enero por La Jornada Aguascalientes. www.lja.mx ).
La Coalición Electoral sólo tiene efectos en una elección constitucional sin que los partidos pierdan su propia identidad, y la Coalición Política es un pacto o unión entre personas, grupos sociales o estados para lograr un fin común. En consecuencia un “Gobierno de Coalición” consiste en la integración de individuos y programas políticos de los partidos coaligados dentro los planes de desarrollo que deberá ejecutar el nuevo Gobierno electo.
Es incorrecto confundir Coalición Electoral o Gobierno de Coalición con una Alianza Electoral. Desde un punto de vista legal, Alianza Electoral se observa cuando los partidos políticos, por mandato de ley, deben adquirir una nueva Identidad; esto es, un nuevo LOGO, diferente al tradicional de cada partido”. En otras palabras una Alianza Electoral será mucho más parecida a una “fusión de partidos”, lo que, por cierto, no es el caso.
En la Alianza Electoral, dos o más partidos forman una “nueva Entidad Electoral” (una especie de fusión que funde su identidad) y sus convenios incluyen un reparto previo de posiciones y votos. Este tipo de Alianzas son las predilectas de algunos partidos “minoritarios” pues con ellas garantizan su sobrevivencia política a costa de los votos de los partidos “mayoritarios”. En otras palabras, los partidos más débiles pactan la Alianza Electoral para sobrevivir electoralmente a costa de los partidos más representativos que sacrifican un remanente de sus votos a cambio de algunos acuerdos políticos de futuro.
La Coalición Electoral que postula Lorena Martínez para Aguascalientes intenta convencer a los partidos “pequeños” para que fortalezcan su militancia y generen cuadros políticos que mejoren la gestión de sus convicciones, de ninguna manera busca fusionarlos, ni reducir su influencia en la política local. Todo lo contrario. De ahí su aceptación más generalizada y viable. Y en el mismo sentido con la Sociedad Civil y el amplio agrupamiento de las asociaciones civiles y políticas de toda la entidad. Esta es una diferencia sustantiva en la visión del arte de gobernar.
Las condiciones de alta competencia electoral entre los dos partidos con mayor representatividad electoral en México (PRI y PAN), los ha obligado a no compartir más sus “remanentes” de votos, esto es, no más “alianzas electorales”. Sin embargo, se puede prever que al firmarse el Convenio de Coalición Electoral los partidos “pequeños” se van a reservar el derecho de algunas candidaturas significativas para sus militantes distinguidos.
Es frecuente que se pacten “Coaliciones totales” pero existen partidos “pequeños” que buscarán coaliciones parciales (más del 50% de todas las candidaturas) o “Coaliciones flexibles” (no más del 25% de cargos en disputa), porque les brindan la oportunidad de medir su propia influencia en algunos municipios y distritos, mientras que a los partidos “mayoritarios” les garantizan una mayor cohesión de su tradicional “clase política”.
La figura electoral que favorecería una política electoral clientelar más favorable a los partidos “chicos”, es la llamada “Candidatura Común”. En este modelo de participación electoral, los partidos “chicos” hacen campañas y reivindican sus convicciones políticas sin sacrificar sus votos individuales, ni avergonzar a sus militantes. Sin embargo, todos los votos a pesar de contar para esos partidos, también estarían previamente comprometidos a favor de un “candidato común” cuyo nombre aparece en las boletas electorales debajo del logotipo de cada partido. Esta figura jurídica, más parecida a los Frentes, no ha sido incluida en la legislación electoral de Aguascalientes.
Con la actual figura de Coalición Electoral los partidos “chicos” caminan sobre un terreno fangoso. Su influencia de votos parece reducirse en cada elección. La pérdida gradual de votación (véase el caso del PRD), obedece a que las reivindicaciones sociales y políticas de sus militantes resultan “sacrificadas” cuando los dirigentes pactan ciertas coaliciones “controversiales o contradictorias”, a cambio de posiciones de poder político en alcaldías, congresos y el Ejecutivo estatal, municipal y federal.
Las coaliciones “anti natura”, ha colocado a los partidos “chicos” (véase PRD-PVEM-PANAL-PT), ante la disyuntiva de avanzar gradualmente hacia el poder acercándose a los partidos con mayores posibilidades de triunfo, o bien, a mantenerse en la lucha social “estéril”, sin posibilidad de obtener posiciones políticas en gobiernos, ni de incluir sus programas sociales más avanzados en la políticas públicas que beneficien a sus militantes.
Coalición antinatural.
Espero u el pueblo de Aguascalientes reflexione.
Esto es intolerable y una burla.
Despierta Aguascalientes..
Unanse todos y ya no hay elecciones, ni partidos, ni propuestas diferentes, ni dinero que gastar pues ya serán uno sólo.
No ideologías, no formas distintas de gobierno todos se reparten el pastel, de quedan con el dinero.
No creen que esto raya en la burla, la falsedad de cada uno de los partidos, cinismo, falta de doctrinas ideológicas.