El problema de base es un claro desbalance entre la vida laboral y la vida cotidiana que está comprometiendo no sólo la satisfacción con la vida personal sino también nuestro compromiso cívico y la gobernanza en Aguascalientes.
La satisfacción con la vida o índice de bienestar autorreportado es lo más cercano a la medición de la felicidad personal, desde la óptica de la autonomía. Por más que se difunda que tenemos bienestar, progreso, calidad de vida, si esto no se percibe por las personas, no existe, y las consecuencias de esa ausencia son reales en términos de suicidio, divorcio y falta de compromiso social.
El balance afectivo refleja los estados de ánimo de nuestra vida. Estamos cerca permanentemente de experimentar nerviosismo, depresión, dolor y fatiga, en contextos de inmovilidad, violencia e inseguridad, particularmente entre mujeres del medio suburbano.
Durante la segunda mitad del siglo pasado, dentro del Primer Anillo de circunvalación, proliferaron las instalaciones para la atención materna e infantil así como planteles escolares para los primeros grados de la educación básica y secundaria. Eran sus destinatarios los miembros del baby boom de las décadas precedentes. En la actualidad, utilizan la infraestructura niños y niñas venidos de la periferia, donde la demanda es muy superior a la oferta sobre todo en materias de educación, salud y transporte.
Entre el Primer y Segundo Anillo se encuentran los asentamientos de la primera diáspora poblacional salida del centro y los barrios de la ciudad en busca de nuevas colonias, unidades habitacionales y fraccionamientos desarrollados para las nuevas generaciones. No cuenta con más escuelas y otros equipamientos que la primera demarcación y tiene más pobladores que la primera, sobretodo en edades escolares.
El Tercer Anillo, pensado en poner un límite a la ciudad, ha resultado ser un soporte para el crecimiento de la mancha urbana de la capital de Aguascalientes. Entre Segundo y Tercer anillo se han construido 338 escuelas que buscan soportar los requerimientos de las nuevas generaciones asentadas en estos espacios.
Pero la gran demanda de servicios de transporte, educación, y salud, entre otros, se encuentra más allá del Tercer Anillo o avenida Siglo XXI, en esa zona de la ciudad, crecida como un hoyo negro al amparo de la venta de terrenos agrícolas y a la proliferación de desarrolladores de vivienda oficiales, privados y comunitarios, se ha invertido en acciones de vivienda pero poco en servicios comunitarios. Uno de cada tres habitantes de la ciudad vive en estas condiciones, en general trabajando con bajos salarios, estudiando a distancias importantes y sobretodo haciendo uso de un sistema de movilidad con muchas carencias, que propicia traslados, lentos, costosos y estresantes.
Tanto los municipios extracapitales como la propia capital del estado y las deportaciones estadounidenses le han estado aportando cada día a esta franja suburbana más población, y con ella le han venido imprimiendo presión a los servicios.
Esta zona es donde más se van a asentar los próximos 200 mil habitantes de Aguascalientes. De no operar programas en contrario, muchos indicadores de seguridad humana y de bienestar se verán afectados, posponiendo su mejora para futuros cada vez más inciertos.