Construyendo prosperidad / Ciudadanía Económica - LJA Aguascalientes
21/11/2024

 

El Diccionario de la Lengua Española define la palabra ciudadanía como la cualidad y derecho de ciudadano. En la página http://www.significados.com/ encontramos que ciudadanía significa el conjunto de derechos y deberes a los cuales el ciudadano, el individuo está sujeto en su relación con la sociedad en que vive. Este concepto de ciudadanía está ligado a los derechos políticos, sin los cuales el individuo no puede intervenir en los asuntos del Estado y que permite la participación directa o indirecta del individuo en el gobierno y en la consecuente toma de decisiones colectivas relevantes. La ciudadanía implica derechos y deberes que deben ser cumplidos por el ciudadano, sabiendo que estos son condicionante básica de la supervivencia del individuo en la sociedad. La ciudadanía económica une las connotaciones de derechos civiles y políticos, originarios del término ciudadanía, con los derechos sociales y económicos que complementan a los primeros.

Al adoptar hace ya más de siete años el concepto de “ciudadanía económica” para denominar a esta columna, me propuse compartir aquí la síntesis y conclusiones de la línea de investigación y programa de trabajo que llevamos a cabo en la Fundación Ahora, A.C. Con ello, además de difundir resultados de nuestros análisis del entorno socioeconómico, quise reflejar con este concepto que existen formas y mecanismos viables a través de la cotidiana actividad económica que permiten al ser humano emanciparse de la actual dictadura del dinero y la economía de casino que hoy domina en nuestro país y en el mundo. Al iniciar el presente año 2016 resulta ya evidente que las perspectivas económicas se manifiestan bastante sombrías. Es por eso que ahora como nunca antes resulta fundamental replantear la forma en que se gestiona la economía.

En el ámbito mundial, el problema fundamental que ha provocado el actual estado crítico de la economía radica en que en casi todos los ámbitos y niveles de actividad se organizan negocios especulativos que carecen de sustentabilidad económica. En la ideología económica y empresarial preponderante se parte de la base del concepto de que los negocios y las empresas deben ser gestionados casi exclusivamente desde la prioridad egocéntrica de la ganancia a corto plazo. Además, se apoya en el criterio ideológico de que las leyes del mercado regulan por sí mismas la sustentabilidad económica y social de los negocios, y que, por tanto, no se necesitan criterios éticos, sociales y políticos que intervengan en su dinamismo interno. De este modo, se configura una ideología de la irresponsabilidad que afirma que los negocios sólo deben someterse al criterio de las leyes del mercado. Esto es una enorme falacia ideológica, pues el mercado es sólo un diseño metodológico, no un ente decisorio que, según la teoría, debería poder asignar eficientemente recursos en la actividad económica.

Aunado lo anterior, en México todas las decisiones económicas se han centralizado en una élite político empresarial que ha favorecido el desarrollo de monopolios de origen nacional e internacional y la política económica del Estado se ha sometido al interés de éstos. Esto ha dado pie a la desarticulación de la libre competencia y libre concurrencia -o acceso- a los mercados y, por lo tanto, al libre flujo de información que es condicionante fundamental para su funcionamiento.

So pena de caer irremisiblemente en una profunda depresión económica que tendría severas consecuencias personales, políticas y sociales, es urgente cambiar la manera de cómo hasta ahora se ha estado gestionando la economía.

Las actividades económicas y empresariales no son en primera instancia actividades mercantiles. Son antes que nada actividades ciudadanas. Se trata del libre tránsito de bienes y servicios en función del bienestar, del todo social. El dinero y todos los recursos que sirven para el libre flujo de la información económica, en consecuencia, deben ser públicos y de acceso irrestricto.

La economía y la empresa son ciudadanas (en tanto que las necesitan, piensan y desarrollan ciudadanos), se desarrollan en espacios ciudadanos; el mismo concepto de “mercado” solo puede desarrollarse en un espacio ciudadano, con reglas del juego claras y transparentes, en el que todos los actores económicos tengan acceso a información fidedigna, transparente y oportuna que permita el libre tránsito de bienes y servicios.

La requisición


El cambio que se requiere, como puede verse, es profundo. Se requiere desmantelar el actual sistema preponderante -centralizado, monopólico y piramidal- para sustituirlo por otro -descentralizado, ciudadano y reticular- que garantice la sustentabilidad y privilegie su legitimidad a través de la ética. Es una verdadera revolución.

Pero a diferencia de las revoluciones a las que la historia nos refiere, ésta no requiere de movilizaciones masivas y mucho menos de un movimiento armado. Demanda la no-cooperación con el sistema preponderante, con los monopolios y sus defensores, a través de un conjunto de acciones coordinadas y bien concatenadas que se inician con el cambio en los patrones de consumo. Para cambiar el modelo económico que progresivamente nos deshumaniza, se requieren sólo acciones a nivel personal, familiar y comunitario que, al realizarse simultáneamente por una gran cantidad de personas, induzcan a la transformación de manera pacífica y segura.

Los elementos requeridos para esta transformación son básicamente los siguientes: 1. La adopción del trueque como sistema de intercambio de bienes y servicios básicos, con el auxilio de un medio de pago comúnmente aceptado por el grupo humano entre el cual se establece dicho sistema de intercambio. 2. La decisión de crear, visibilizar y fortalecer el capital social de la comunidad. 3. El cambio de patrones de consumo, dejando de consumir lo que ofrecen las entidades monopólicas de todo tipo y 4. La creación de una base de datos con las habilidades, capacidades, aptitudes de las personas, así como de los bienes y servicios requeridos y disponibles en cada vecindario, barrio o comunidad.

La estrategia para el cambio será tema de los próximos artículos.

[email protected] | @jlgutierrez

 


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