Por Martín Barberena
El día D está cada vez más cerca y sin embargo al estado de Aguascalientes le volvieron a dar carácter de piloto. Ahora en términos electorales, “castigo a los ciudadanos, si se mueve el gobernador”, Trife dixit.
La anulación del Distrito I abre otros panoramas y modifica el escenario, al menos momentáneamente. Hay quien vio en ello una oportunidad para ensayo para el 2016, todo apunta que así será. Las alianzas se comienzan a bordar a la medida de los números. PRI-Nueva Alianza y Verde son garantía de triunfo en la mayoría de cargos, al igual PAN-PRD-Nueva Alianza… pero nada está escrito
En el PRI no hay mucho a donde ver ni voltear. Un candidato natural es el senador Miguel Romo y la candidata esperada Lorena Martínez de Profeco. El consenso se inclina por esta última. No hay en el espectro político local un político de la estatura de Lorena para disputarle la gobernatura. Pasa por un buen momento y sería gratificante que quien gobierna tenga una relación estrecha en los Pinos y continúe en la senda del progreso. De ser así ella sería la indicada. En el PAN son varios y en 15 años han aprendido y producido políticos de talante: Fernando Herrera, Rubén Camarillo, Juan Antonio Martín del Campo, Toño Arámbula y Martín Orozco, sin olvidar al nefasto Luis Armando Reynoso. Lo cierto es que ninguno de ellos tiene nada resuelto. El asunto se pone interesante si se torna hacia la capital. En este rubro el PAN tiene baraja amplia y el PRI continúa sin mostrar las suyas pese a los movimientos internos y la apertura a candidaturas ciudadanas.
En esta elección federal el PAN refrendó su prestancia en la zona urbana pero la diferencia vis a vis es poca. Lo cierto es que Nueva Alianza es el fiel de la balanza.
Lo curioso del hecho es que desde que hay alternancia en el gobierno (1995) da la impresión que los gobernadores prefieren hacerlo en cohabitación que con un correligionario. Las fórmulas González-Reynoso (1998-2001) Reynoso-Orozco (2004-2006) Lozano-Martínez (2010-2013) fueron menos bruscas y engorrosas que las vistas entre Reynoso-Arellano (2007-2010) o Lozano-Martín del Campo (2013-2016) y se demuestra que los pesos y contrapesos se hacen cada vez más necesarios entre gobernados y gobernantes. Un probable triunfo del PRI al gobierno y del PAN en la capital es una hipótesis no descabellada dadas las condiciones y los números actuales.
Los independientes todo parece indicar que se convierten en distractor y artilugio para apestados, oportunistas, vanidosos o megalómanos. La probabilidad de un triunfo en cualquier cargo son remotas. No somos Nuevo Leon y aqui no hay Femsa aunque resulta innegable que ruido harán.
Es así que lo mejor es guardar paciencia y prudencia.
Feliz año.